María Blasco echa balones fuera y carga contra Barbacid, su antecesor al frente del CNIO
Lamenta que tuvo que devolver un crédito solicitado por el bioquímico que «comprometió la viabilidad del centro»

Mariano Barbacid, exdirector del CNIO. | EP
María Blasco, directora científica del CNIO, considera que no tiene ninguna responsabilidad con respecto a las cuentas del centro, que arrastran un déficit de 4,5 millones de euros y cuyos ingresos han caído un 22% durante su mandato. En su defensa, durante una rueda de prensa convocada este martes en las instalaciones del organismo, ha echado balones fuera y ha responsabilizado una vez más a Juan Arroyo, gerente del instituto, de la crisis que atraviesa el centro que ella dirige desde 2011. Sin embargo, en esta ocasión, y tras enumerar todos sus logros desde que está al frente del instituto oncológico, ha sacado a relucir por primera vez el nombre de Mariano Barbacid, director del centro desde su creación (1998) hasta junio de 2011, cuando Blasco asumió el cargo.
Según la actual directora científica, cuando ella cogió las riendas del centro tuvo que hacer frente a la devolución de unos créditos solicitados por Barbacid y Arroyo, que también fue gerente de Barbacid. Una situación que, según sus palabras, «comprometió la viabilidad del centro» y llevó al instituto «a una situación de números rojos».
«Mariano Barbacid y Juan Arroyo fueron responsables de pedir unos créditos por valor de 43 millones de euros para un ambicioso programa de desarrollo de fármacos que no produjo los beneficios esperados en cinco años. Estos créditos hubo que devolverlos, comprometiendo la viabilidad del centro», explicó María Blasco, y aseguró que sobre la creación de este programa hay un «informe negativo» del entonces presidente del Consejo Asesor Externo del CNIO, Joan Massagué.
«Estos créditos se devolvieron en el periodo durante el cual yo fui directora gracias al trabajo de una comisión económica nombrada por el Ministerio de Economía [capitaneado entonces por Luis de Guindos]. Gracias a esta comisión se pudo sacar al CNIO de una situación de números rojos», saca pecho la actual directora científica, que asegura que en los últimos diez años ha creado 18 nuevos grupos de investigación (investigación clínica, metabolismo, metástasis, inmunología o biología química), una oficina de innovación en la que se han cerrado más de 400 acuerdos al año y contratos firmados con la industria por un importe superior a 1,5 millones de euros en 2024.
Las palabras de Blasco sobre el estado económico en el que encontró el centro cuando ella asumió la dirección contrastan con el acta de la reunión del patronato del 22 de junio de 2011 en la que se nombra a María Blasco directora científica del CNIO, se aprueban las cuentas de 2010, se autoriza el mecanismo diseñado por Barbacid para ingresar más dinero y se agradece el «excelente trabajo» desarrollado por el investigador. «Es el momento de manifestar el reconocimiento y el agradecimiento del Patronato por el excelente trabajo desarrollado por el Dr. Mariano Barbacid», dice el documento al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
María Blasco carga contra Juan Arroyo
Blasco lamentó que tras la salida «conflictiva» de Barbacid, Arroyo no abandonase el barco junto a él. Para ella, el director gerente es el máximo responsable de la situación actual del centro. «El responsable de las cuentas del centro, así como de sus ingresos, gastos y contrataciones de todo tipo es el gerente», recalcó, además de asegurar que denunciará ante la Fiscalía «las graves consecuencias, no solo organizativas, sino también materiales de esta bicefalia».
Blasco afirmó que, desde su llegada al centro en el año 2011, ha pedido en reiteradas ocasiones el cese del director gerente, «aunque ese cambio nunca se materializó»: «En los últimos años, mi preocupación por la gestión del gerente ha ido aumentando debido a una demanda por prevaricación, tráfico de influencias, fraude y malversación a él y dos miembros de su equipo».
De esta forma, María Blasco defiende su gestión al timón del CNIO pese «a todas las dificultades», según ella, a las que tuvo que hacer frente al asumir el cargo. Pero en el centro son varias las voces que defienden la gestión de Mariano Barbacid –hoy jefe del Grupo de Oncología Experimental y descubridor del primer oncogén humano, un avance que revolucionó la forma de entender el cáncer– y Juan Arroyo.
Estructuras obsoletas y desigualdad salarial
Los investigadores han pedido a Blasco en varias ocasiones, según ha podido saber THE OBJECTIVE, que explique por qué no usó los mecanismos que diseñó Barbacid –y que recomendó el patronato por entonces– para mejorar la situación del centro y garantizar su sostenibilidad. Para Blasco esos mecanismos «ya no valen», pese a que durante los últimos dos años que el bioquímico español estuvo al frente del CNIO, los ingresos ascendieron a unos 54 millones de euros; y en 2023, apenas llegaron a los 43 millones.
Blasco no asume responsabilidad alguna de la situación del centro oncológico, con infraestructuras obsoletas –de sus cuatro microscopios confocales, una herramienta esencial para la investigación oncológica, solo funciona uno– y niega que ella tenga que ver con la desigualdad salarial. Sin embargo, según la plataforma CNIO First, una iniciativa creada por investigadores, «ella ha utilizado discrecionalmente un mecanismo derivado de la aplicación de la tasa de reposición para, en lugar de contratar personal, subir el sueldo a tres personas afines a ella, y se ha negado a hacerlo de forma transparente, y usando un mecanismo que hiciera posible beneficiarse a toda la plantilla, basado en un procedimiento público».
«María Blasco ha pasado del ‘se hace porque lo digo yo’, al ‘nunca se hizo’, por miedo a su cese. De no reunirse con nadie y no aparecer por el CNIO habitualmente a convocar una asamblea multitudinaria donde leer un manifiesto personal lleno de medias verdades y mentiras plenas», señala el texto, que concluye: «El viejo cuento del lobo disfrazándose de Caperucita».