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Sevilla recuerda al matrimonio Jiménez-Becerril 27 años después de ser asesinados por ETA

El alcalde ha maldecido a los que «se llevaron la vida» de Alberto y Ascensión en el lugar donde los mataron

Sevilla recuerda al matrimonio Jiménez-Becerril 27 años después de ser asesinados por ETA

Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García.

Sevilla ha rendido este jueves un nuevo homenaje al concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García, asesinados por ETA hace 27 años, en un acto en el que se ha reivindicado la memoria de las víctimas del terrorismo y donde se ha destacado que la ciudad «no les olvida».

En la céntrica calle Don Remondo, donde aquella fatídica madrugada del 30 de enero de 1998 fueron asesinados por ETA el concejal en el Ayuntamiento de Sevilla y su esposa, la corporación municipal, encabezada por el alcalde, José Luis Sanz, ha vuelto a realizar un sentido homenaje en nombre de la ciudad.

Minutos después de participar en una misa en la catedral de Sevilla, el alcalde, junto a los portavoces de tres de los cuatro partidos del Consistorio -PP, PSOE y Vox-, se han trasladado a la calle Don Remondo, acompañados por familiares de las víctimas y de los consejeros del Gobierno andaluz Antonio Sanz (Presidencia), Patricia del Pozo (Cultura y Deporte), y Jorge Paradela (Industria, Energía y Minas).

Entre los familiares estaba Alberto, hijo mayor de los asesinados y presidente de la Fundación Jiménez-Becerril, su tío Francisco, vicepresidente de la misma, además de su tía, Teresa, exdiputada en el Parlamento Europeo, quien tuvo también un recuerdo hacia su madre Teresa Barrio, fallecida el pasado 23 de noviembre.

Al homenaje han asistido también concejales del Ayuntamiento, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, y el delegado de a Junta en la provincia y presidente del PP sevillano, Ricardo Sánchez.

En su breve intervención, el alcalde ha maldecido a los que «se llevaron la vida» de Alberto y Ascensión en esa esquina -hoy regada de flores, velas y de una corona en la que se leía ‘Sevilla no os olvida’- y ha recordado que cuando los mataron la ciudad «enmudeció», aunque rápidamente «salió a la calle a condenar el chantaje y coacción» de ETA.

Ha tenido un recuerdo cariñoso para la familia de las víctimas y especialmente para Teresa Barrio, de quien ha destacado que «nunca dejó de dar la batalla» por mantener el legado de Alberto y Ascensión, pero sobre todo por «cuidar de una familia destrozada» que a día de hoy estará orgullosa de que «haya logrado este objetivo».

«Esta ciudad ni les ha olvidado ni les olvida ni les va a olvidar», ha asegurado Sanz, quien ha agradecido el apoyo mostrado por gran parte de la corporación municipal a la hora de respaldar este acto conmemorativo.

Por su parte, Teresa Jiménez-Becerril no ha querido calificar de «maldita» a la calle en la que fueron asesinados su hermano y su cuñada sino que ha calificado como «malditos» a los terroristas que acabaron con sus vidas, y ha arremetido contra los que «quieren imponer el olvido y que haya una falsa paz impuesta por los herederos de la banda terrorista».

«No hemos firmado el pacto de la vergüenza porque somos libres», ha señalado Teresa Jiménez-Becerril, quien ha añadido que la mayoría de los españoles no son esclavos de nadie y no van a «admitir lo inadmisible», al tiempo que ha censurado a los que «pactan con los que no condenan el terrorismo».

Tras recordar a los más de 360 asesinatos de ETA que siguen sin esclarecerse e insistir en que «no nos engañen: no tenemos que premiar a ETA por dejar de matar», ha recordado a su madre, que nunca asistió a este acto, y ha asegurado que «ya está en el cielo, a la vera de su niño Alberto». 

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