Ábalos pactó con una empresa malaya vender un local a cambio de una licencia bancaria
La compra no se materializó porque la sociedad de valores de Malasia sospechó que se trataba de una estafa

Carpeta que llevó José Luis Ábalos a la reunión con los documentos del local que pretendía vender.
El exministro de Transportes José Luis Ábalos hizo gestiones para que una sociedad de valores radicada en Malasia obtuviera una licencia bancaria en España. Y uno de las contrapartidas que obtuvo a cambio fue lograr que esta compañía accediera a comprar un inmueble suyo. Según la información a la que ha accedido en exclusiva THE OBJECTIVE, el que fuera mano derecha de Pedro Sánchez firmó un contrato de arras para la venta de un local de su propiedad a la empresa M24 Tawreeq SDN BHD a cambio de participar en las gestiones para la concesión de una licencia bancaria, cuya autorización corresponde al Banco de España.
El contrato se firmó en enero de 2022, seis meses después de que Ábalos saliera del Gobierno, cuando el exministro tenía el cargo de presidente de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. De hecho, el hoy diputado adscrito al Grupo Mixto, investigado por el Tribunal Supremo por presunta integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación participó en tres reuniones desde su salida del Gobierno en julio de 2021 para establecer los términos de estas gestiones. A una de ellas Ábalos acudió con una carpeta con membrete del Congreso de los Diputados a la que ha tenido acceso este periódico. En la misma se incluía toda la documentación para la venta del inmueble de su propiedad en Valencia como posible sede social de la nueva entidad bancaria.

«Acelerar la licencia»
Según fuentes conocedoras de la operación, la venta del inmueble solo fue «una parte del acuerdo» al que llegó el exministro socialista con la sociedad de valores para «acelerar la concesión de la licencia». De hecho, el contrato rubricado por Ábalos recoge esta aspiración de la entidad malaya, que «va a formar parte de un grupo financiero en España que empezará a operar a partir de febrero de 2022 en una sociedad que está en constitución» y que «tiene interés en la adquisición del local que se describe» en la calle Conchita Piquer, número 10 de Valencia. Un local comercial de 187 metros cuadrados que el diputado socialista, ex secretario de Organización del PSOE, tenía en propiedad con su «socio» Jaime Gustavo Casal Ardines.

Reunión con Koldo
Las citadas fuentes explican que la sociedad de valores malaya logró contactar a finales del 2021 con el exministro Ábalos a través de un grupo de intermediarios que se dedicaban a «agilizar trámites con la administración». En un primer encuentro en septiembre de 2021, el intermediario de la compañía se reunió con el empresario a los mandos del grupo, quien le comunicó: «Yo soy muy amigo de Ábalos y no te preocupes que yo te consigo esta licencia bancaria». A la semana, los dos comensales se citaron en un segundo almuerzo al que acudió Koldo García, como antesala para llegar al antaño hombre de confianza de Pedro Sánchez. Un almuerzo que tuvo lugar en el restaurante El Espigón de Madrid. Al término de la comida, Koldo llamó a Ábalos y éste «apareció a los postres». Fue entonces cuando el intermediario del inversor malayo trató directamente con el presidente de la comisión de Interior del Congreso los términos de la operación, así como «otras oportunidades de negocio».
Las citadas fuentes revelan que fue Koldo García el que garantizó la viabilidad de la concesión de la licencia bancaria alegando: «Nosotros tenemos a nuestros funcionarios». A lo largo de tres meses de supuestas gestiones, Koldo transmitió al intermediario de la sociedad malaya: «Tenéis que comprar este local a cambio de la licencia». El contrato de arras se firmó el 1 de enero de 2022 entre los dos propietarios del local comercial de Valencia, José Luis Ábalos y Jaime Gustavo Casal Ardines, y los dos representantes de la empresa compradora malaya, Raed Alharbi, vicepresidente de marketing y ventas de M24 Tawreeq, y Jorge Mejías Ruiz, partner y representante legal.

Sin embargo, la compra no se llegó a materializar nunca. Y la licencia bancaria no se llegó a obtener. La sociedad de valores malaya empezó a sospechar que se trataba de una «estafa» porque tras varios meses de gestiones la licencia no avanzaba.