Año negro en las prisiones catalanas: un asesinato y 607 agresiones a funcionarios
Los incidentes violentos se han triplicado desde 2016. El CSIF culpa al Govern por su política «laxa» con los presos

Una prisión, en una imagen de archivo. | TO
La violencia en las prisiones catalanas sigue al alza. Las agresiones contra funcionarios batieron en 2024 un nuevo récord: en total, se registraron 397 incidentes —528 leves y 79 graves—, un 7% más que en 2023, y más de 600 profesionales penitenciarios resultaron heridos, según datos de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Cabe destacar que desde que el departamento de prisiones catalán comenzó a contabilizar este tipo de sucesos en 2016, las agresiones se han triplicado (de 151 a 397) y los episodios cada vez son más graves. En marzo del año pasado se registró el primer asesinato de un funcionario perpetrado por un interno.
Ocurrió en la prisión de Mas d’Enric (Tarragona). El interno, que cumplía condena por un delito de homicidio y estaba destinado a labores de cocina, apuñaló mortalmente a Nuria L., la cocinera del centro penitenciario, y después se suicidó. El asesino era un preso de confianza y que había mostrado buen comportamiento; por ese motivo se le permitió el acceso a distintos utensilios de cocina, entre ellos, cuchillos. La muerte de la trabajadora fue el detonante de una ola de protestas contra el Govern por la que incluso se llegaron a bloquear los accesos a las cárceles de la comunidad autónoma durante algunos días.
Los sindicatos exigieron dimisiones por la falta de medios humanos y materiales, y una política penitenciaria que consideraban «laxa» y «ponía en peligro su integridad física». Finalmente, diez días después, el responsable de la prisión, Paco Romero, dimitió de su cargo. Desde CSIF, las fuentes consultadas advierten de que «2024, marcado por una gran convulsión, ha sido el peor año para las prisiones catalanas». «El asesinato de Núria anula cualquier posibilidad de un análisis optimista por parte de la Dirección General de Asuntos Penitenciarios. Este brutal asesinato conmocionó a todo el Estado y especialmente al colectivo de los trabajadores penitenciarios».
Agresiones sexuales
El CSIF responsabiliza directamente del asesinato de la cocinera de Mas d’Enric a los que entonces eran los máximos dirigentes del ámbito penitenciario: la exconsejera de Justicia, Gemma Ubasart, y el exresponsable de las cárceles, Amand Calderó, que fueron cesados tras la llegada de Salvador Illa al Govern. Entre tanto, desde esta organización también destacan el aumento en los incidentes de agresión sexual en los centros, pasando de 22 a 2023 a 27 en 2024, de los cuales, el 59,26% (16 casos) fueron protagonizados por internos extranjeros, mientras que el 40,74% (11 casos) por internos españoles.
Los centros penitenciarios de Brians 1 y Brians 2, ambos situados en Barcelona, continúan liderando la lista de prisiones con mayor número de incidentes violentos, seguidos de Quatre Camins y Puig de les Basses. Destaca también el «preocupante aumento» de agresiones en el centro penitenciario de jóvenes, donde, según advierten fuentes sindicales, «los internos muestran una clara resistencia a la convivencia pacífica y al cumplimiento de las normas».
Los funcionarios reclaman el reconocimiento como agentes de autoridad para frenar las agresiones de los presos, que de este modo estarían tipificadas como atentado; así como otras medidas, como el uso de aerosoles, el aumento de la plantilla, la restricción de acceso a los recintos penitenciarios «a asociaciones que fomenten la violencia contra los funcionarios» y la separación efectiva de internos violentos, que impiden la convivencia pacífica y la reinserción de otros presos».
En el resto de prisiones españolas
La violencia también se ha disparado en el resto de prisiones españolas, es decir, las que dependen del Ministerio del Interior. Las agresiones contra los funcionarios han crecido, sobre todo a partir de 2020 y 2021, según reflejan los datos de Instituciones Penitenciarias. Mientras en los citados años se registraron respectivamente 172 y 158 lesiones agresiones contra los trabajadores de las cárceles, en los tres años siguientes se han multiplicado por dos: 453 en 2022; 508 en 2023 y 460, hasta noviembre de 2024. Esto supone que las agresiones se han disparado de media un 187% y que los funcionarios sufren 40 agresiones cada mes, frente a las 13 que se producían antes de que terminase la crisis sanitaria.
De acuerdo con la estadística penitenciaria, la pandemia ha supuesto un punto de inflexión en las prisiones, habida cuenta de que en los años previos a la misma los datos eran similares. En 2018 y en 2019, el departamento de Prisiones contabilizó 115 y 220 agresiones contra funcionarios. Cabe destacar que la mayoría de estas lesiones han sido leves. Las graves representan un porcentaje menor. Por ejemplo, en 2022, el año en que se registraron más ataques, solo 11 fueron graves y uno muy grave, frente a los 239 que fueron leves y a 202, que fueron agresiones sin lesiones.