María Blasco se atrinchera en el CNIO a pesar de haber sido destituida
La exdirectora se ha acogido para no dejar su puesto a una disposición laboral que no aplica para los altos cargos

María Blasco, exdirectora científica del CNIO. | EP
«En la vida hay que saber llegar y saber marcharse». Así se pronunciaba María Blasco, la ya exdirectora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en una carta de despedida a sus trabajadores horas después de que el patronato comunicase su despido el pasado día 29 de enero. Sin embargo, parece no predicar con el ejemplo, ya que Blasco se niega a abandonar su puesto como directora hasta el próximo 20 de febrero, lejos de una salida elegante y respetuosa, pese a que su cese fue efectivo desde el día en el que se le comunicó su despido de forma oficial (la primera semana de febrero).
Así lo han transmitido a THE OBJECTIVE diversas fuentes internas del instituto oncológico, que señalan que la exdirectora sigue ocupando su despacho así como su plaza de garaje y «sigue dando indicaciones al departamento de comunicación para que envíe internamente las informaciones que le conviene».
Al parecer, no será hasta el día 20 cuando Blasco abandone definitivamente su puesto. Esa es la fecha en la que se cumplirán los 15 días que, según ella, le corresponde seguir como directora una vez le comunicaron oficialmente su cese. «Vuelve a malinterpretar una disposición del ámbito laboral que no aplica a altos cargos, como es su caso», explican las fuentes mencionadas. Según el artículo 10 del Real Decreto 1382/1985 de 1 de agosto, que regula la relación laboral de alta dirección, un alto directivo no tiene derecho al preaviso de 15 días del Estatuto de los Trabajadores; en su lugar, se le aplica lo pactado en su contrato de alta dirección, que suele incluir un preaviso mínimo de tres meses o una indemnización compensatoria.
Plaza de garaje y despacho
Paradójicamente, hasta el próximo día 20 de febrero, el CNIO cuenta con dos directores científicos, María Blasco y Fernando Peláez, director del Programa Biotecnología en el organismo, que asumió las funciones de director científico interino. Sin embargo, es Blasco la que sigue ocupando el despacho de la dirección cuando acude al centro e incluso la plaza de garaje reservada para este cargo, como se puede observar en la imagen facilitada a THE OBJECTIVE, donde aparece el coche de Blasco en la plaza reservada para la dirección del CNIO hace apenas unos días. Esto no ocurre con Juan Arroyo, el director gerente también cesado. Arroyo, según ha podido saber este medio, ya ha pasado a ocuparse de los asuntos económicos, área de actividad que ejerció cuando fue reclutado por el anterior director científico del centro, Mariano Barbacid.

Esta situación ha generado un nuevo malestar entre los trabajadores del CNIO, que no ven el momento de dejar esta etapa atrás y pasar página de forma definitiva después de dos meses de escandalosas informaciones y 13 años de «despilfarro económico». María Blasco fue despedida de su cargo como directora científica del CNIO el pasado 29 de enero tras salir a la luz su polémico programa de arte con viajes alrededor del mundo y una serie de publicaciones relacionadas con sobresueldos presuntamente indebidos, un contrato irregular y denuncias por abuso de poder.
CNIO-Arte fue el origen de toda la polémica y, en consecuencia, el patronato del centro decidió paralizar las actividades ligadas al programa a través del cual se compraron obras de arte por casi un millón de euros el pasado 17 de diciembre. Sin embargo, dos meses después de esta decisión, como ya contó THE OBJECTIVE, el CNIO sigue pagando los sueldos de las tres personas contratadas para este programa: el galerista Juan de Nieves, un ayudante y una trabajadora de comunicación.
El coste anual de esas tres nóminas es de 200.000 euros: el sueldo del responsable de CNIO Arte asciende a unos 100.000 euros anuales. Juan de Nieves desempeña el cargo de director de la Oficina de Imagen Institucional del centro. Es licenciado en Historia del Arte Moderno y Contemporáneo por la Universidad de Santiago de Compostela en 1987 y ha trabajado durante casi 20 años en el ámbito del arte. Su perfil y trayectoria profesional no tienen relación alguna con las investigaciones científicas ni con los objetivos de lucha contra el cáncer establecidos en los estatutos del CNIO.