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Jésica sobre Ábalos: «Me dijo que cogiera un piso y elegí ese porque estaba cerca de Ferraz»

Jésica: «Ábalos me dijo que mientras fuese ministro no se podía divorciar porque eso era un escándalo»

Jésica sobre Ábalos: «Me dijo que cogiera un piso y elegí ese porque estaba cerca de Ferraz»

Jésica Rodríguez.

Jésica, la mujer con la que el exministro José Luis Ábalos mantuvo una «relación particular», ha declarado este jueves ante el Tribunal Supremo y ha explicado, entre otros muchos asuntos, los detalles del piso que la trama del caso Koldo le pagó durante años. Un inmueble de lujo en el centro de Madrid en el que mantenía encuentros con Ábalos y que la propia Jésica escogió. Según su versión, el piso de Plaza España fue su elección porque «estaba cerca de Ferraz», en referencia a la sede del PSOE.

El fiscal ha preguntado a Jésica si recordaba cómo se había producido la búsqueda del piso en el que residió a gastos pagos a cargo de la trama. Dos años de estancia a razón de 2.700 euros mensuales. La entonces pareja de Ábalos, que el exministro conoció a través de un catálogo de contactos sexuales que le facilitó su asesor Koldo García tal y como ha desvelado THE OBJECTIVE, ha señalado que la elección del piso fue de lo más simple. Fue el primero que visitó y decidió no buscar más.

A la pregunta de si le dieron a elegir entre varios pisos, Jésica ha contestado rotundamente que no. «Él (Ábalos) me dijo que eligiera uno y esa fue la primera y la única casa que vi, era la que me gustaba porque estaba cerca de Ferraz y de la universidad». Es decir, de la sede central del PSOE, donde en aquel momento su pareja Ábalos acudía frecuentemente como secretario de Organización de la formación socialista. El inmueble de lujo que disfrutó durante dos años Jésica se encuentra a apenas un kilómetro de distancia de la sede de Ferraz, una distancia que se cubre en poco más de 10 minutos caminando.

«Imagino que cuando yo estuve viendo casas le mandaría al Sr. Ábalos distintas casas o él a mí, pero yo vi esa, fui a ver esa que era la que me gustó y estaba disponible», ha insistido Jésica. En cambio, ha reconocido que la vivienda de Plaza España también encajaba en los gustos y planes de Ábalos: «Estuvo viendo casas y cuando vio esa dejó de buscar».

Según ha relatado, en 2019, mientras compartía piso con amigas, Ábalos le hizo ver que debía mudarse a un lugar más acorde con su estatus. «Nosotros nos veíamos todas las semanas, entonces él tampoco podía venir a mi casa. Me dijo que cogiera un piso que me gustara», ha explicado la testigo.

Tal y como adelantó THE OBJECTIVE, Jésica ha reconocido que el alquiler mensual del inmueble ascendía a 2.700 euros, aunque ha asegurado desconocer quién efectuaba los pagos. «Yo no sé quién pagaba el piso, imagino que Ábalos coordinándolo con Koldo». Sin embargo, el juez ha insistido en que, si la relación sentimental había concluido en noviembre de 2019, resultaba llamativo que ella continuase residiendo en el apartamento hasta marzo de 2022. A esto, la testigo respondió: «Él lo que me dijo fue que mientras yo estudiase la carrera, podía seguir tranquilamente en la casa».

En noviembre de 2021, la situación cambió. Rodríguez recibió un aviso de que se debían cuatro meses de alquiler y que debía abandonar el piso de inmediato. «Yo escribí a Koldo para preguntarle qué pasaba con los meses de alquiler, y le pregunté también a Ábalos. No me dijeron nada», ha relatado.

Dos empleos públicos sin trabajar

En su interrogatorio, que ha durado 45 minutos, las partes también la han preguntado por sus contratos en Ineco y Tragsatec, empresas gestionadas por el Ministerio de Transportes. Al respecto, ha excluido de toda responsabilidad de dichos contratos al exministro al señalar que hizo todas las gestiones a través de Joseba y que, por tanto, no le pidió nada a Ábalos ni este medio para que la contrataran.

Según ha relatado, fue Ábalos quien insistió en que trabajase, ya que ella «no tenía interés» en hacerlo. Se le instó a que enviase un currículum a una empresa pública pero no lo hizo, y aún así le llamaron. Hizo una entrevista en la que se le requería el uso de la herramienta Office y le contrataron. Según su versión, le dieron un portátil para realizar un curso de riesgos laborales y, a partir de ahí, no supo nada más de la empresa. Así durante dos años en Ineco, con un sueldo de 1.060 euros, hasta que se extinguió su contrato y fue contratada por Tragsatec. «No se donde estaba el puesto de trabajo, he intentado recordarlo y no lo sé», ha admitido.

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