Muface abre una investigación interna sobre el uso de los pisos alquilados a la familia Gómez
La mutualidad busca comprobar si se les dio permiso para realquilar las propiedades del centro de Madrid

Begoña Gómez. | Una ilustración de Alejandra Svriz
El quién, cómo, cuándo y por qué de los alquileres de pisos y locales a precio de ganga a la familia de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez: eso es lo que busca la investigación interna que Muface, propietaria de esos inmuebles, ha abierto discretamente tras las exclusivas reveladas por THE OBJECTIVE. Desde un ático de 139 metros por sólo 850 euros, reconvertido posteriormente en pensión-picadero, hasta el local de la sauna Adán que gestionó durante décadas el patriarca de los Gómez, Sabiniano, y su hermano Enrique Francisco. Aún hoy figuran como titulares de los inmuebles, tasados en 1,2 millones. Muface busca ahora saber si el subarriendo estaba permitido por contrato o si el uso de los pisos difiere de lo declarado por los Gómez.
Dos pisos y un local que suman cerca de 700 metros cuadrados en el centro de Madrid, alquilados a precios muy por debajo del mercado. La mutualidad pública, propietaria de esos inmuebles, ha dado orden interna para que se fiscalicen estos contratos y los documentos anexos que los respalden, tal y como ha podido saber THE OBJECTIVE por fuentes del organismo. El departamento que tiene toda la información es la Subdirección General de Patrimonio de Muface.
Según las fuentes consultadas, en Muface «no se conocen muy bien las condiciones en las que fueron arrendados esos pisos y el local» de la calle San Bernardo de Madrid, próxima a la Gran Vía. Por ello, se van a revisar esos expedientes para comprobar si todo se ajusta a la legalidad o si, como ha apuntado este diario, esos pisos se han dedicado a usos que no son los declarados por los arrendatarios.
En concreto, el sexto piso de esa finca, el ático, fue destinado principalmente a alquiler de habitaciones tras una obra en su interior que modificó la estructura de la vivienda. Muface quiere saber si se realizaron esas obras -y otras posteriores- con permiso de la mutualidad. Con esa reforma, el piso pasó a tener multitud de habitaciones que se ofrecían como pensión a los clientes de la sauna Adán, también alquilada por Sabiniano Gómez a Muface. Tras el cierre de la sauna, el ático se reconvirtió en un alojamiento turístico que se publicitaba en internet con una capacidad de «14 habitaciones».
Por otra parte, la orden -verbal, según estas fuentes- de recopilar la información referente a estos contratos en favor de la familia Gómez busca determinar si el padre y el tío de Begoña Gómez solicitaron permiso a Muface -y si se les concedió- para subarrendar de nuevo la vivienda del sexto piso. Después del cierre del hostal en 2022, tras no superar la crisis provocada por la caída del turismo en la pandemia tal y como argumentaron a THE OBJECTIVE gestores del negocio, el ático volvió a ser reformado para dividirlo en tres apartamentos más pequeños. Dos se alquilaron y uno se lo quedó Enrique Francisco, tío de Begoña y socio de Sabiniano Gómez en sus negocios.
Aviso del Tribunal de Cuentas
De los más de 70 inmuebles que la mutualidad pública Muface tiene alquilados por toda España, al menos tres siguen arrendados a la familia de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez. Se trata del bajo, primer piso y ático del sexto de la finca ubicada en la calle San Bernardo de Madrid. Propiedades tasadas en 1,2 millones de euros que se convirtieron en negocios sexuales -como la sauna Adán– a cargo de Sabiniano Gómez y su hermano, Enrique Francisco. La familia política del presidente del Gobierno lleva gestionando estos inmuebles desde 1989, por los que pagan mucho menos de lo que cuesta un arrendamiento en el mercado actual: por ejemplo, 850 euros por el ático de 139 metros cuadrados reconvertido luego en 14 habitaciones para alquilar por horas y días. Este tipo de alquileres fueron analizados por el Tribunal de Cuentas, que reveló en su informe de conclusiones que la gestión de estos arrendamientos «presenta deficiencias en la forma de adjudicación» y que el control ejercido por la mutualidad de funcionarios sobre estos inmuebles es «insuficiente».
Muface aún no ha explicado oficialmente los detalles de estos tres arrendamientos, cerrados a precio de chollo con una normativa posterior a 1985 -es decir, no pueden considerarse renta antigua-. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas sí alertó a la mutualidad que su gestión de estos fondos patrimoniales presentaba, cuanto menos, lagunas. Lo hizo tras analizar a fondo el desempeño del organismo público que gestiona la sanidad de los funcionarios en la gestión de inmuebles del Fondo Especial -como se denomina este catálogo de propiedades- en 2002, repasando las cuentas del organismo desde el año 1997 y la forma en la que estaba estructurado su control de estos pisos y locales.
Según ese informe, que ha podido consultar THE OBJECTIVE, «el análisis de los inventarios de las cuentas de Inmovilizado material pone de manifiesto que Muface gestiona de manera distinta el inmovilizado del Fondo General y el del Fondo Especial (soportes materiales, criterios de amortización, etc.), que ha dado como resultado un deficiente control de los inmuebles del Fondo Especial».