Los lanzacohetes israelíes esquivan el veto del Gobierno y llegarán al Ejército español este año
El Ejército de Tierra ya prepara las pruebas de fuego del sistema para este verano pese a la situación política

Lanzamiento de los misiles PULS, equivalente israelí de los SILAM. | Elbit
El Gobierno anunció la anulación del contrato de suministro de munición con la empresa israelí IMI Systems tras el pulso planteado por sus socios de coalición. Pero lo cierto es que ni ese contrato se ha anulado aún oficialmente, como ha informado THE OBJECTIVE, ni tampoco va a afectar a otros contratos mayores y de gran relevancia estratégica como el caso de los lanzacohetes SILAM, capaces de golpear un objetivo en tierra hasta a 300 kilómetros de distancia con su munición más avanzada. Un programa de más de 600 millones de euros que se basa en una patente de la israelí Elbit, matriz de IMI Systems. No sólo sigue adelante, como desveló este periódico en plena amenaza de cancelaciones lanzada por el Gobierno, sino que sus plazos avanzan de forma determinante: ya se ha entregado el demostrador de prueba, las pruebas definitivas de fuego se preparan para este mismo verano y antes de que termine 2025 el Ejército de Tierra recibirá la primera sección del sistema.
El Mando de Artillería de Campaña tendrá a finales de este mismo año la primera sección del sistema de lanzacohetes SILAM. No hay duda alguna en Defensa ni en el Estado Mayor del Ejército de Tierra de que así será, a pesar de las complejas relaciones diplomáticas entre España e Israel y la amenaza de cancelar cualquier contrato armamentístico que suponga incorporar material israelí.
El calendario del proyecto sigue en pie y no se ha modificado ni una coma del plan. El Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña (RALCA) número 63, situado en Astorga y que será quien reciba los lanzacohetes, cuenta con que sea este mismo verano cuando se ponga a prueba de fuego el sistema. El paso previo y determinante para el inicio de las entregas, que se espera para finales de este mismo 2025 o, en las peores previsiones, «en los dos primeros meses de 2026». Con ello, asumen fuentes militares, llegará inevitablemente otra polémica política en el seno del Gobierno de coalición.
El SILAM (Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad) es una plataforma de artillería avanzada que España incorporará a sus Fuerzas Armadas como parte de su estrategia de modernización militar. Se trata de un lanzacohetes de largo alcance basado en el sistema israelí PULS (Precise and Universal Launching System), diseñado para ofrecer alta movilidad, precisión y capacidad de respuesta rápida en escenarios de combate. El SILAM permite el lanzamiento de distintos tipos de municiones guiadas y no guiadas, con alcances límites de 300 kilómetros, lo que lo convierte en una herramienta clave para reforzar la disuasión y la defensa en el marco de las operaciones de la OTAN. Aunque la tecnología original es israelí, el programa español prevé que su fabricación y mantenimiento se realicen íntegramente en territorio nacional.
Además, el Gobierno tampoco ha dado orden a Defensa de revisar los contratos de compra de misiles SPIKE LR2, también fabricados por Elbit. Otra compra de nivel estratégico para la operatividad de las Fuerzas Armadas españolas que está desarrollándose con un perfil bajo para no agitar polémicas.
Un contrato de 600 millones
Según fuentes del sector de Industria de Defensa consultadas por THE OBJECTIVE, a diferencia del contrato de munición del Ministerio de Interior, la relación de este supercontrato de Defensa con la israelí Elbit Systems se limita al pago de la patente, en el argot del sector, la transferencia tecnológica de vanguardia israelí. Se trata del sistema PULS (Precisión Universal Launch System) que sustituye al estadounidense HIMARS, que se utiliza por Israel en la franja de Gaza y que han adquirido varios países europeos como Dinamarca, Países Bajos y Alemania.
La presión del socio minoritario de la coalición de gobierno y la amenaza de IU con abandonar la coalición en caso de no forzar la cancelación del contrario de munición con la empresa israelí dispararon los nervios en el Ministerio de Defensa por los otros contratos que se habían adjudicado a compañías radicadas el país hebreo, después de la promesa del Ejecutivo de cancelar todos los programas de compra del material militar a Israel por en escalada bélica con Palestina. El Palacio de la Moncloa informó este jueves de la rescisión del contrato para ratificar que «la coalición progresista está firmemente comprometida con la causa Palestina y la paz en Oriente Medio. Por esto, desde el 7 de octubre de 2023, España ni compra ni vende armamento a las empresas israelíes, ni lo hará en el futuro».
Fuentes gubernamentales aseguran que el Ministerio de Defensa, encabezado por Margarita Robles, ha logrado tranquilizar a la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) ante el temor de que esas presiones de los socios de la coalición gubernamental pudieran comprometer la continuidad del contrato del sistema SILAM. Según confirmaban estas fuentes, el proyecto no se verá afectado y sigue adelante dada su relevancia estratégica para España en el actual escenario de rearme europeo.
Desde el Ejecutivo se insiste en que las adquisiciones en curso fueron iniciadas antes del 7 de octubre de 2023 y que, en caso de tratarse de armamento, no se ejecutarán. Sin embargo, el caso del sistema SILAM presenta particularidades: no implica la compra de munición, sino que se trata de un programa de fabricación nacional. Su producción se lleva a cabo en la planta de la empresa Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) en el parque tecnológico Rabanales 21 de Córdoba, una instalación que visitó recientemente la ministra Robles para supervisar los avances del proyecto.