Un estudio augura que en 2045 en España habrá más extranjeros que autóctonos
Alejandro Macarrón sostiene que Alicante será la primera provincia víctima de la «sustitución» y Córdoba la última

Ilustración de Alejandra Svriz
Los flujos migratorios descontrolados y la pérdida de españoles por más muertes que nacimientos están siendo tan intensos que, se si mantienen las pautas del último quinquenio, desde 2035 en adelante los nacionales autóctonos serían minoritarios en algunas provincias, y, desde 2045, en todo el territorio nacional. Esa es la llamativa conclusión a la que ha llegado el prestigioso demógrafo Alejandro Macarrón, responsable de Estudios y Análisis Social de CEU-CEFAS, tras analizar exhaustivamente datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Eurostat. «La sustitución no es un mito de la extrema derecha», advierte.

La «semidesintegración de la españolidad demográfica», en palabras de Macarrón, se produciría en menos de 20 años a nivel nacional, siendo Alicante la primera en registrarla (2035) y Córdoba la última, en 2073, detrás de Badajoz (2069) y Cádiz (2064). Las provincias que caerán más rápido (como Barcelona o Gerona) lo harán por recibir más emigración y tener una población más envejecida.

Esta progresiva sustitución se debe a la baja natalidad, al envejecimiento poblacional (mueren más españoles de los que nacen) y a la inmigración descontrolada. Esta tendencia se está cebando en especial con País Vasco y Cataluña, cuyas cuatro provincias tendrán mayoría de inmigrantes para 2039. Madrid experimentaría esta realidad en 2038, dentro de trece años. Siempre, si se mantuviera la dinámica actual.
Menos españoles
Pero no hay que esperar tanto. La pérdida de nativos españoles ya es una realidad de un tiempo a esta parte. Sin ir más lejos, la población nacida en España y que tiene una edad de entre 20 y 39 años ha caído en 4,57 millones en tan sólo dos décadas. Si en 2003 había 12.408.592 personas en esa franja de edad vital para la sostenibilidad de un país, en 2024 había 7.837.194, lo que supone una reducción del 36,8%. Es decir, la población joven autóctona se ha reducido a la mitad. Esto se debe a la «caída de la natalidad», pero también a la «inmigración y emigración neta», según otro estudio del propio Macarrón que reprodujo THE OBJECTIVE en su día.
No es el único dato demoledor. Desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, hay 621.466 españoles menos y 2.703.938 extranjeros más. Si se contaran como inmigrantes a los casi 600.000 hijos de mujeres extranjeras que nacieron entre el 1 de julio de 2018 y el 1 de julio de 2024, el balance sería de 1,2 millones de españoles autóctonos menos y 3,3 millones más de población inmigrante.
Actualmente, hay 39.761.459 habitantes que nacieron en España y 9.036.416, cifra récord, que nacieron fuera del país. De estos, la mayoría proceden de Marruecos, Colombia y Rumanía. Y se asientan fundamentalmente en Cataluña (1.965.171 de nacidos en el extranjero), Madrid (1.700.699) y Comunidad Valenciana (1.234.610). Esto supone que el 18,5% de los residentes ha nacido en el extranjero, lo que sitúa a España como uno de los países europeos con un porcentaje mayor.
Según el demógrafo Alejandro Macarrón, la caída de población nacional se debe, sobre todo, a que murieron 511.000 más personas de las que nacieron. Solo 110.000 emigraron. Esto es, 18.000 españoles al año, una cifra que Macarrón tilda de «muy baja» teniendo en cuenta «el paro juvenil, los bajos salarios y la carestía de la vivienda». «Muchos se habrían ido por tener pareja extranjera», abunda.
Macarrón alerta de que el saldo migratorio no compensará el «catastrófico déficit de natalidad de los españoles»: «No paran el envejecimiento social, solo ralentizan algo su avance. No muchos cubren empleos cualificados. No solucionan la soledad y desierto afectivo por falta de niños y la desestructuración familiar. Y hay riesgos de integración por exceso de inmigración y/o choques culturales».