The Objective
El buzón secreto

Bárbara Rey y su libro, el rey Juan Carlos y su venganza

Me hago preguntas: ¿Sigue guardando los vídeos de dormitorio para evitar represalias?

Bárbara Rey y su libro, el rey Juan Carlos y su venganza

Detalle de 'Yo, Bárbara' el libro autobiográfico que publicará próximamente Bárbara Rey. | Plaza y Janés

Tengo que empezar reconociendo que la vida amorosa de María García García no me interesa absolutamente nada. Que si estuvo con el futbolista Rexach, que si compartió ratos intensos con Alain Delon o Paquirri, que si tuvo un romance con Frank Francés –que me suena de algo, pero no sé bien quién es (mis disculpas)… Tampoco me llama lo más mínimo la atención conocer su pasado como actriz, cantante, presentadora o artista de circo, si es que algún día lo fue, porque tengo en gran aprecio a esa profesión y me parece muy complicada para incluirla en tu currículum sin una preparación previa muy especial.

A pesar de ellos, leeré el libro que Plaza y Janés va a publicar el 12 de junio titulado Yo, Bárbara, del que es autora Bárbara Rey. En contra de algunos comentarios que he oído, me parece un acierto que la editorial lo publique porque hay un montón de gente que le interesa seguir sabiendo detalles sobre su vida privada. Y también hay gente, como yo, que leeremos atentamente lo que cuente sobre una parte de su vida, sin duda privada, que ella convirtió en pública, al sacar partido de una relación amorosa que se moría en su propio beneficio y traspasar los límites de la legalidad. Hablo, claro está, del chantaje al Estado amenazando con desvelar fotos y grabaciones que se hizo con el ahora rey emérito Juan Carlos.

Ganar las querellas

No espero de ese libro, como reza una frase de la promoción –«Por primera vez, toda mi verdad»–, que nos cuente lo que realmente ocurrió en el mayor chantaje de la historia de este país, o uno de los mayores. Un libro es una oportunidad única para contar sin intermediaros lo que te dé la gana. En los documentales o programas de televisión siempre hay otro tipo de intereses, como los de los periodistas que participan, el director o la productora. En un libro, el único límite lo pone la editorial, cuya única preocupación, imagino por mi dilatada experiencia, es que si hay querellas, puedan ganarlas.

Bárbara Rey ha aparecido en unas cuantas de mis investigaciones periodísticas, entre ellas Al servicio de su majestad y La Casa II, la he mencionado en radio, televisión y en las páginas de diarios y digitales, en THE OBJECTIVE algunas veces. Siempre desde ese ángulo que me interesa del espionaje y la seguridad del Estado. Después de años, buscaré respuestas en el libro a algunas cuestiones: ¿Por qué decidió chantajear al Rey? ¿Dónde escondió el material para conseguir que el servicio secreto y los amigos del Rey pagaran? ¿La amenazaron los espías con matarla si no cesaba en su empeño de presionar al rey Juan Carlos? ¿Cuánto dinero ha cobrado entre ingresos directos y otros en programas de televisión o publicidad en un medio interpuesto? ¿Cómo manipuló al Rey para conseguir que le hablara mal de muchas personas, entre ellas de su propia familia? Una penúltima: ¿habría difundido los videos si el Rey y el servicio secreto se hubieran negado a pagar? Y la última: ¿Sigue guardando el material que no ha aparecido, incluido los videos de dormitorio, por algún motivo relacionado con su seguridad?

«Cosas que no tolero más»

Mientras espero poder leer las respuestas, se va a debatir y mucho si el rey Juan Carlos se querellará contra ella, tras haberlo hecho contra Miguel Ángel Revilla, el antiguo presidente cántabro. Leí hace unas semanas en Monarquía Confidencial, de Pepe Apezarena, que el emérito había declarado en privado que «hay cosas que no tolero más». No creo que se refiriera a su antigua amante, con la que siempre ha callado porque no le interesa enmierdarse en ese barrizal. Sin duda, soportará estoicamente los actos de promoción del libro y, con suerte, otros amantes le restarán protagonismo. Juan Carlos se vengará, no sé de quién, pero Bárbara no estará en su objetivo público, aunque si pudiera hacerla vudú, sin duda se lo haría.

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