Ágatha Ruiz de la Prada: «Los jóvenes solo trabajan por dinero y eso es un error»
La afamada diseñadora de moda conversa con Esperanza Aguirre sobre su filosofía laboral y su nueva biografía
Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) no solo ha vestido a medio mundo de rosa fucsia y corazones: también ha llenado su vida de planes, ideales y provocaciones. En esta charla con Esperanza Aguirre para El rincón de Espe, se cruza la diseñadora pionera en hablar de reciclaje con la nieta de una mujer que hacía de la compra un planazo, la hija de un coleccionista que compró el primer Tàpies de España y la matriarca que hoy celebra que su nieta coma repollo con un año. Con humor, desparpajo y memoria, Ágatha repasa sus biografías (cuatro hasta el momento), defiende el trabajo por amor y por placer, y reivindica la libertad de salirse de los márgenes –del tren, del protocolo o del molde.
ESPERANZA AGUIRRE.- Agatha. Muchísimas gracias. No te puedes imaginar la ilusión que me ha hecho que aceptaras venir al rincón de Espe.
ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA.- Hombre, sólo faltaría. Yo soy tu fan número uno de siempre, lo sabes. Siempre he sido tu fan y además me hace tanta ilusión que uno de los proyectos más importantes de mi vida, que es mi fundación, tú seas la presidenta, que eres mi presidenta.
EA.- Sí, bueno, pues es que para todos los españoles que van a haber, espero, este rincón de Espe. Agatha Ruiz de la Prada es verdaderamente una estrella. Y además presentas un libro, que lo has presentado hace poco. ¿Es biografía o qué es?
ARdlP.- Lo estoy presentando. Es mi segunda biografía. Bueno, tengo cuatro biografías, pero esta es la segunda de una serie. Hice una hace dos años y medio que se llamaba Mi historia. En Mi historia cuento todo tipo de barbaridades. Te la tengo que traer. Ahora te la voy a regalar porque estamos muy cerca de mi estudio. Y entonces cuento mi vida, que lo escribió uno que se llama… Ay, ahora te lo voy a decir.
EA.- Bueno, da igual. Tú le cuentas a él y escribe él lo que tú le dices.
ARdlP.- Pero yo ese libro me lo leí muchísimas veces, porque quería que no pusiera ninguna mentira.
EA.- Madre mía, qué peligro.
ARdlP.- O sea, yo quería que todo lo que pusiera ahí fuera verdad.
EA.- ¿Pero era toda la verdad, o solo parte?
ARdlP.- Demasiada verdad. Porque conté una cantidad de barbaridades que Pedro Narváez, que Pedro Narváez durante muchos años fue el que se ocupaba de la moda en el ABC. Entonces, como tú sabes que en esas épocas de horrible crisis de los odios de los mediáticos, pues yo salía poco, aunque yo siempre he sido muy del ABC, porque una tía abuela mía se casó con el dueño del ABC, entonces era un poco como del ABC, que era como de la familia, que se llamaba…
EA.- Luca de Tena.
ARdlP.- Tía Isabel Luca de Tena, pero vamos, Isabel Beltrán. Y se casó con un Luca de Tena, que él tenía muchos hijos, él era viudo o lo que fuera. Y entonces el libro fue un éxito, y lo presenté en más de 100 sitios. Lo presenté hasta en Guinea Ecuatorial, imagínate. Lo presenté en Andorra, lo presenté en Lisboa porque me lo tradujeron al portugués.
EA.- ¿En qué año fue eso, hace mucho?
ARdlP.- Eso fue hace dos años y medio.
EA.- Ah, ¿en dos años y medio has hecho cuatro biografías?
ARdlP.- He hecho dos biografías. Y entonces Imelda, que es mi editora, pues de enseguida dijo: «Tenemos que hacer otro». Entonces yo quise que me lo hiciera Pilar Vidal. Tú conoces a Pilar Vidal, que es una periodista muy divertida, muy divertida y muy amiga mía. Pero éramos demasiado amigas, y entonces me lo ha hecho una que se llama Rosanna Rezusta. Y el primer libro es como muy dramático, en el que la gente que lo lee dice: «¡Qué horror! ¡Pero qué cosas le han pasado a Agatha!» Y se queda todo el mundo como aterrorizado.
EA.- ¡Inmediatamente voy a leerme el primer libro, vamos!.
ARdlP.- Pero. Pero bueno, desde la primera página ya. «¿Pero cómo le ha podido pasar todo esto a Agatha?» Y este es mucho más en plan Bridget Jones, más divertido, más cachondo. Mi familia, mi abuela. Yo no sé si tú conociste a mi abuela de Barcelona.
EA.- No, pero he oído en una entrevista tuya que he escuchado que era la persona que tú más admirabas porque ella te admiraba.
ARdlP.- Y porque ella era muy alegre, muy positiva, muy optimista.
EA.- La madre de los Sentmenat, sería.
ARdlP.- La madre de los Sentmenat. Se llamaba Urruela, y entonces las Urruela tienen fama, la que más mi abuela, pero eran totalmente de planes. De «bueno, ¿qué plan hay hoy?» Y mi abuela hacía muchos planes, y para ella todo era un plan. Por ejemplo, iba a la compra todos los días con su –ella decía– mecánico.

EA.- Y era un planazo.
ARdlP.- Y era un planazo. Lo que era un planazo era comprar lo más barato que podía. Y entonces le decía a mi abuelo «Mery, ¿hay necesidad de que tengamos que comer lo más barato siempre?» Pero ella estaba feliz. Entonces una vez estaba comiendo Don Juan en su casa, una comida y tal. Y dice «Señor, mire, los tomates me han costado medio euro». Que ahí al otro le entró la risa.
EA.- Sería en pesetas. ¡Dos pesetas!
ARdlP.- Pero entonces el otro, que todo el mundo es más o menos cuando viene el Rey a tu casa, pues das lo más caro y lo mejor que tienes. Pues pensar que le decía esto mi abuela… Mi abuela era muy divertida. Y entonces esto era todos los planes. Un poco como tú cuando eras presidenta. Pues que ibas la semana del polo, la semana del tenis, la semana de yo que sé, la feria de no sé qué, un estreno en el Liceo –y eso que tenía muy mal oído–… Cualquier cosa era un buen plan. Una boda ya era un planazo. Un funeral. Todo era un plan. Y entonces aquí hablo. Pues esa especie de manía que he tenido yo toda mi vida con los planes.
EA.- Eso dicen de mis hermanas y de mí. Que si no tenemos plan, estamos muy preocupadas.
ARdlP.- Claro. Y eso que a mí, por ejemplo, me encanta estar en casa, porque lo que más me gusta del mundo es leer. Y para eso necesito mucha tranquilidad, mucho silencio y estar muy a gusto. Por ejemplo, ayer no fui a la presentación de tu libro y te quiero decir que rabié mucho por no ir, porque iba a ir, pero ya estaba súper cansada, había hecho un montón de planes. Sí, pero era un planazo que estaba encima, muy cerquita de mi casa, había quedado con Isabel.
EA.- Sí, que te has trasladado por aquí.
ARdlP.- Sí, me he trasladado a vivir cerca de mi tienda. Y entonces me perdí el plan, pero lo sentí muchísimo.
EA.- Oye, Agatha. Y me han contado –estas niñas son muy listas– que tu nieta anda con ocho meses.
ARdlP.- Mi nieta con ocho meses anda. Mi nieta es la pera. Y con un año come, pues qué te voy a decir yo, repollo. Imagínate, yo cuando era pequeña el repollo por dónde te lo podía tirar si no le han dado nunca. Yo me acuerdo cuando yo era un bebé, fíjate mal, nos daban pan con con vino y con azúcar. ¿Tú te acuerdas de eso?
EA.- Sí. Para abrir el apetito, decían.
ARdlP.- Entonces, ya te emborrachaban con seis meses o siete. Pero esta niña tiene un año y mes y medio, un año y dos meses y no ha probado el azúcar nunca. Es una niña que lo están llevando… Y entonces, claro, como la pobre tiene, pues come como una bestia, o sea, pero come verduras. Todo le encanta.
EA.- Pobre niña, tendrá hambre, come lo que le dan.
ARdlP.- Claro, pero yo en esa época era muy exquisita y no comía nada. Y yo con mis hijos me acuerdo que fue una lucha, porque cada comida era una lucha.
«El mejor plan, dentro de que me gustan muchísimo los planes, es trabajar»
EA.- He leído, que me ha hecho mucha gracia, que has declarado en una entrevista que te hicieron en Buenos Aires, que en la época nuestra éramos más libres.
ARdlP.- Mucho más libres. Y luego, además, una cosa que tenemos en común tú y yo es que para nosotras trabajar es un privilegio. Porque mi madre no trabajó, mi abuela no trabajó. Bueno, «no trabajó» quiere decir que no ganó dinero. Y mi bisabuela no trabajó y ahí no trabajaba nadie.
EA.- Las mujeres no trabajaban en general.
ARdlP.- Claro, y entonces a mí me parece que trabajar es la gran conquista que hemos tenido nosotros. Por eso me parece que el bien más preciado que yo tengo es mi trabajo. Entonces digo que el mejor plan, dentro de que me gustan muchísimo los planes, mi mejor plan es trabajar. Porque si el plan es malo, pues dices bueno, pues hombre, algo malo tiene que tener trabajar. Y si el plan es bueno, pues eso que te llevas por delante, ¿no?
EA.- Por supuesto. ¿Cómo ha cambiado tu relación con el amor?
ARdlP.- Bueno, yo creo que estoy mucho más abierta a mi edad que cuando era joven, porque yo creo que cuando yo era joven pues era. Estaban todas las niñas comme il faut y tal. Que yo, aunque conocía a todas las niñas comme il faut, pero yo nunca fui comme il faut, ¿eh? Y entonces pues te tenías como que casar bien y tal y cual cosa que yo nunca me casé. Ya estabas preocupada por los niños, estabas. Y ahora la verdad que no tengo ni preocupación de casa, ni preocupación de niños. Ahora es solamente divertirme.
EA.- ¡Es una maravilla!
ARdlP.- Claro, es que es divertidísimo. Bueno, tú has tenido la suerte de que, por ejemplo, a mí me parece que tu marido es uno de los tíos que más me divierte a mí de España. Me hace muchísima gracia.
EA.- ¡He celebrado bodas de oro! Imagínate.
ARdlP.- ¿De oro? Pues eso es un milagro. Yo me acuerdo cuando te decía él: «Esperanza, que suerte mañana, que tienes que ir a las 8 de la mañana, mañana domingo, a –yo que sé– a Carabanchel a inaugurar un tal. Yo me voy a ir a jugar al golf». Y yo lloraba de risa. La verdad que tiene mucho sentido del humor.
EA.- Tiene sentido del humor, que es lo más importante. Oye, una cosa. ¿Por qué llevaste la bandera republicana a la boda de los Reyes?
ARdlP.- Porque me pareció que iba a ser una boda republicana. No sé si has leído en el Hola de esta semana, que es divertidísimo, una entrevista que le hacen a Pilar Medina Sidonia.
EA.- Sí. «El rey firma algunas cosas…»
ARdlP.- Y entonces dice: «¿Y a usted qué le parece esto que hizo el Rey?» «Es que a mí me parece que este rey hace bastantes cosas arbitrarias». Y me parece que como yo soy súper fan de Pilar, pues esta también.
EA.- Pero yo soy fan del Rey.
ARdlP.- Bueno, pero que está muy bien. No todo el mundo tiene que estar todo el día… Y aparte que tampoco de decir arbitrario tampoco le ha la llamado un…
EA.- Hombre, arbitrario es…
ARdlP.- Ah, yo encuentro que es genial porque es una cosa muy…
«El Rey es humano, o sea que lógicamente no podemos estar todo el día haciéndole la pelota»
EA.- Es un insulto.
ARdlP.- No, es una cosa muy proustiana.
EA.- Que quiere decir que no son correctas.
ARdlP.- Bueno, pero es humano el Rey. O sea que lógicamente, no podemos estar todo el día haciéndole la pelota al Rey.
EA.- Bueno, ¿pero por qué creías tú que su boda iba a ser republicana?
ARdlP.- Me pareció. Tú sabes que yo fui a las tres bodas. La primera…
EA.- Si yo te vi en la boda de la infanta Cristina, elegantísima con la Señera.
ARdlP.- Pero la primera, que fue la más divertida de las tres.
EA.- A esa yo no fui.
ARdlP.- ¿No fuistes a Sevilla?
EA.- No fui requerida. Entonces no era importante.
ARdlP.- La de Sevilla fue muy guay porque era toda la ciudad en fiesta. Y como los sevillanos son tan simpáticos, se vistieron todos como si les hubieran invitado a todos a la boda. Entonces, ir por Sevilla y ver a todo el mundo…
EA.- Vestido de boda.
ARdlP.- Vestido de boda y pasándolo genial durante una.
EA.- Es que cómo son los sevillanos, ¿eh?
ARdlP.- Y entonces yo llevaba un traje con una tela buenísima, con una tela gorda, roja maravillosa y con unos claveles, que era como la bandera de España. Un traje muy español. En la segunda, en cuanto me invitaron, pensé… Me hice dos trajes y tal, pero pensé rápidamente en la bandera catalana. Y luego acuérdate que la segunda la hicieron en el Palacio Real de Barcelona, que es un palacio que regala mi familia a los Reyes, que eran los Bueno, eran 11 hijos y de repente no había un palacio real y le regalan el palacio dentro de una finca que tenían ellos enorme, que era Pedralbes, que era una finca de 400 hectáreas.
EA.- ¿Pedralbes era de tu familia?
ARdlP.- Era de mi bisabuela. Y le regalan el Palacio Real y luego no invitan a ninguno, porque a mí no me invitaron por ser Güell, a mí me invitaron por el innombrable. Entonces yo digo oye, fíjate, no han invitado a nadie, ni los Sentmenat, ni los Güell, ni nadie.
EA.- Yo no sabía que Pedralbes era un donativo que había hecho…
ARdlP.- Donativo total. By the face. 100%.
EA.- Explícales a los que estén viendo el rincón que además de grande de España, tiene los títulos más importantes de Cataluña.
ARdlP.- Bueno, es que eso la gente son cosas que dicen, ¿pero y eso pa qué sirve?
EA.- Para nada.
ARdlP.- Hoy me querían hacer una entrevista y le he dicho «no puedo porque tengo una cosa importantísima que hacer», que era lo tuyo. Era una radio muy importante de Cataluña, porque resulta que se ha vendido esta semana el castillo de Santa Pau y yo soy Baronesa de Santa Pau. Y entonces este castillo resulta que no sé por qué no va con el título, y era de esta de la Sarriera. ¿Sabes? Hay una Sarriera que tenía cinco o seis castillos.

EA.- ¿Porque compraba castillos?
ARdlP.- No. Porque le llegaban todos a ella. No sé porque le llegaban, porque teóricamente me tendría que haber llegado a mí. Y entonces me mandó una vez un abogado a Madrid, su abogado, para ver si le compraba el castillo.
EA.- A los compraba para luego vendérselos.
ARdlP.- No, no, era suyo el castillo y me lo quería vender a mí porque yo llevaba el título, pero yo creo que me pedía 2 millones y medio. Y ha salido en la prensa esta semana que lo han vendido por 400.000. Y a lo mejor por 400.000 sí me lo hubiera comprado.
EA.- Pues ejerce el derecho de retract y de tanteo.
ARdlP.- No porque se lo queda el Ayuntamiento.
EA.- Una cosa también que me ha impresionado mucho es que, aparte de que dices que admiras a tu abuela.
ARdlP.- A mi abuela Mary.
EA.- Materna.
ARdlP.- Materna, sí.
EA.- Que admirabas mucho a tu padre, que fue un grandísimo arquitecto.
ARdlP.- Yo también. Bueno, mi padre le admiraba mucho como arquitecto y como sensibilidad artística.
EA.- Te llevó hacia el arte moderno. Que era muy diferente tu casa en Madrid.
ARdlP.- Mi casa, era totalmente diferente. Yo iba al 90% de las casas que iban en Madrid. Si yo miraba las casas y decía 90, 95 te diría. Yo decía «menuda mierda de casa», porque todas las casas me parecían más feas que la mía. La verdad, fíjate, mi padre fue un compró el primer Tàpies en España y era una casa interna moderna.
EA.- Tenía una colección de arte moderno maravillosa.
ARdlP.- Maravilloso. Luego, como persona, yo diría que fue un padre muy complicado. Ya lo cuento. Un padre muy difícil porque le gustaban mucho las señoras y eso siempre sabes que para los hijos es pesadísimo porque te hacen sufrir mucho. Y eso que yo me aproveché mucho de eso porque tuvo muchas novias estupendas. Yo me hice muy amiga de las novias, de casi todas menos de la última. Y entonces, bueno, pues tenía una novia que tenía cuatro hijos chicos y tenía un armariazo la novia, de Christian Dior, de Chanel, de Kenzo de Saint Laurent… Y todo me lo regalaba. Entonces yo me pasaba horas en su armario.
EA.- Y tu pobre madre…
ARdlP.- Y mi pobre madre. Mi madre, fíjate, una vez dio una fiesta en casa porque nosotros éramos vecinos. Puerta con puerta con los Garrigues Walker.
EA.- ¿Cuántos hermanos sois?
ARdlP.- Yo soy la mayor de cinco. Y entonces éramos vecinos de los Garrigues. Y entonces dábamos unas fiestas súper bestiales. Entonces, por ejemplo, pues en una casa se tomaba el aperitivo y en la otra se cenaba. Y luego había música, O sea, puertas abiertas de toda la vida. Y entonces mi madre dijo bueno, me voy a hacer un traje bueno y tal. Y se hizo un traje como de Pertegaz, por ejemplo, y le costó 6000 pesetas.
EA.- Que era un dineral.
ARdlP.- El mayor dineral de su vida. No sé, mucho dinero era. Y entonces, de repente llegó esta novia de mi padre con un abrigo que le había costado 1 millón de pesetas, Imagínate. Mi madre ya tiró la toalla y dijo «No puedo competir».
EA.- Pobre, pobre.
ARdlP.- Porque era un abrigo de cibelina hasta los pies. De 6000 pesetas a 1 millón de pesetas, imagínate lo que fue. Me impactó la verdad. Pobres, la verdad. Me daba pena.
«Toda mi vida gira en torno al arte contemporáneo, y eso desde luego 100% se lo debo a mi padre»
EA.- ¿Y por qué tenía tanto dinero esa novia?
ARdlP.- Porque era cubana. Estaba casada con un cubano que se habían ido de Cuba pero que tenía mucho dinero. La verdad muy simpática. Y el día que se murió mi padre la busqué por debajo de las piedras, y la encontré, y le dije: «Celie, vente que se ha muerto». Me dijo: «Es que no he ido a la peluquería. Acabo de llegar de Nueva York». Y le digo: «Pero bueno, da igual», tal. Y luego me lo agradeció mucho, la puse en segunda fila.
EA.- ¿Ah, sí?
ARdlP.- Sí, la verdad que sí, porque mi padre pues era muy de señoras, era pesado para nosotros, pero bueno.
EA.- Pero bueno, lo importante que cuentas en esa entrevista es que él te acercó al arte moderno, y eso es lo que ha influido en tu visión artística de la moda.
ARdlP.- Toda mi vida gira en torno al arte contemporáneo, y todo lo que yo he hecho ahora ya se me ha complicado tanto con los viajes, el no sé qué, pero toda mi vida el hilo conductor ha sido el arte, y eso desde luego 100% se lo debo a mi padre. Pero en la familia de mi madre también hubo mucha cosa, porque los Güell fueron, tú sabes, los grandes mecenas de Gaudí. Entonces el 85% del trabajo de Gaudí lo pagó mi familia. Al final cuando piensas en en Barcelona, el personaje más importante, yo diría de la historia de Barcelona es Gaudí.
EA.- Sin duda.
ARdlP.- Es que no hay otro tío que lo conozca en China, en Japón, en en Oklahoma y en México, que cuando tú piensas Barcelona y piensas Gaudí, y eso es una cosa que mi familia pues apostó muchísimo por eso. Mi abuelo de pequeño vivió una temporada en el Palacio Güell.
EA.- ¿Cómo se llama esa casa de Gaudí que está en una esquina tan importante?
ARdlP.- La Pedrera. Pues ahí sí me acuerdo que ahí fui yo un año al colegio, en La Pedrera.
EA.- ¿Sí?
ARdlP.- Sí. Pero bueno, pues eso cambió la historia.
EA.- ¿Pero en Barcelona no llegaste a vivir?
ARdlP.- Sí, sí, sí, sí. Llegué a vivir porque mis padres… O sea, yo nací en Madrid, pero mi madre era de Barcelona. Mi madre era como la pija de Barcelona. Cuando mi madre llega a Madrid, encuentra. Se había casado con un señor…
EA.- ¿Porque dónde se conocieron ellos?
ARdlP.- Ellos se iban a casar. Mi madre llevaba dos años con uno, mi padre llevaba siete años con una… Una que se llamaba María Elena Covarrubias y no sé qué. Que la señora le dejó una semana antes de casarse. Algo haría mi padre para que la señora le dejara. Y mi madre siempre… Se casaron en seis meses y siempre pensó, desde el primer momento, mi madre dijo: «Me he equivocado». Me he equivocado porque se llevaron mal desde el principio. Mi madre era muy complicada y no tenía esa admiración que, por ejemplo, tú tienes por el humor de tu de tu marido.
EA.- ¿Tu padre tenía sentido del humor?
ARdlP.- Mi padre no. Mi padre era un genio de la estética, del arte de lo… Era muy cuidadoso.
EA.- Él compró el primer Tàpies.
ARdlP.- Sí, el primer tàpies se lo compró a Juana Mordó en esta misma calle, porque Juana Mordó tenía su galería aquí en Villanueva siete. Y yo venía muchísimo a Juana Mordó. O sea que fíjate cómo es la vida, que al final acabo yo en Villanueva cinco.
EA.- Una tienda maravillosa que acabo de ver.
ARdlP.- Sí, una tienda que aún no está inaugurada.
EA.- Te has trasladado.
ARdlP.- Me he trasladado y estoy volviendo a mis orígenes, porque lo bonito de esta tienda es que es una tienda, pero debajo de la tienda está el taller y está el estudio. Entonces yo imagínate, antes tenía mi tienda de Serrano, iba pues una vez al mes, dos veces al mes. Ahora voy 14 veces al día.
EA.- Te has trasladado a vivir al lado, o sea que…
ARdlP.- Claro. No pueden más de mí. O sea, están desesperados porque claro, es que…
EA.- Deseando que te vayas de viaje.
ARdlP.- Que me voy mucho. Pero antes, cuando iba Ágata…. Pero es que ahora es todo el rato. Entro, y vuelvo a entrar y vuelvo a entrar. No pueden más.
EA.- Pero ya sabes que el ojo del amo…
ARdlP.- Engorda al caballo. Espero que lo engorde mucho.
EA.- Sí, sí, sí. Pues nada, Ágata. ¿Qué más quieres decir de tu libro?
ARdlP.- Qué te quiero decir de mi libro. Pues nada, que es un libro muy entretenido, muy fácil de leer. A mí me encanta leer biografías.
EA.- A mí también.
ARdlP.- Me encanta leer biografías de mujeres, he leído muchísimas. Y este es el típico libro que, si te gusta leer, en un día y medio te lo has leído entero.
EA.- ¡Qué bien!
ARdlP.- Y yo no sé si hablo en este de ti, pero desde luego debería.
EA.- Pero como las editoriales no quieren poner índice onomástico, y piensan que vas a la librería y si tú no sales, no lo compras. Ya si sales y no te pones bien, tampoco lo compras. ¿A que no te han puesto índice de onomástico?
ARdlP.- No, no me han puesto. Pero en el otro estoy segura de que sales, y yo siempre, la verdad que qué bien lo pasamos cuando tú eras presidente, y qué maravilla las cosas tan bonitas que hiciste. Sí, hay que verlo.
EA.- Pues para mí es impresionante, Agatha, una mujer artista, empresaria… No sé cómo decirte. Encima mecenas, porque has trabajado muchas veces en cosas que no te han retribuido.
ARdlP.- Pero es que yo tengo una teoría. En toda mi vida yo he trabajado muchísimo en cosas que no me han retribuido, como tú dices, pero muchísimo. Yo te diría el 85% de mi trabajo. Y en cambio cosas que no me han costado nada, nada. O sea que las he hecho en muy poco rato. Pues este lo que con lo que he ganado dinero, con lo cual yo tengo en mi cabeza una distorsión que es que para mí el trabajo no es igual al dinero. Y hay mucha gente joven, por ejemplo, que piensa: «yo solo trabajo por dinero». Y no, tú tienes que trabajar por ideales.
«Yo creo que hay que volver a la idea de que hay que trabajar mucho en lo que te guste y en lo que tú creas»
EA.- Y porque te guste.
ARdlP.- Y porque te guste. Y hay muchos trabajos pues que te…
EA.- Y por ideales, lo que dices, sí.
ARdlP.- Y además ese trabajo al final es lo que te da pues la categoría. Por ejemplo, yo hago una exposición, estábamos hablando ahora de una exposición en Buenos Aires, y yo eso no lo hago por dinero, yo lo hago porque es importantísimo para mí. Y al final a lo mejor eso es lo que más me hace vender en Argentina, pero yo no lo hago para vender en Argentina, sino por el puro placer de…
EA.- Que te conozca la gente.
ARdlP.- De que vea la gente mi trabajo en Argentina y tal y cual. Entonces eso me cuesta mucho más que otras cosas que he hecho en Argentina, que a lo mejor las he podido hacer. Por lo tanto, yo creo que hay que volver a la idea de que hay que trabajar mucho en lo que te guste y en lo que tú creas, y no en lo que te paguen por.
EA.- Ya, lo que pasa que si no te pagan pues tienes que conseguir que te paguen de otra manera.
ARdlP.- Tienes que trabajar por dinero y por amor.
EA.- Claro. Yo me acuerdo cuando te conocí, fuiste de las primeras que hablabas del reciclaje y de la necesidad de reciclar. Y yo empecé, que era concejal de Medio Ambiente, poniendo en un barrio de Madrid la primera vez que se puso el reciclaje.
ARdlP.- Claro, yo me acuerdo de ti porque un día te pedí… Bueno, primero yo me acuerdo de ti porque cuando yo era pequeña teníamos una finca al lado de Madrid que era de mis abuelos catalanes, y entonces esa finca, La Caza, la tenían alquilados los Aguirre, Gabriel Aguirre. Y estaba Diego Prado, Gabriel Aguirre y venía mucho Luis Miguel Dominguín. Entonces de esa época conocía yo mucho a los Aguirre, porque en esa época pues me acuerdo cuando había una cacería, que ahora ya no hay, pero íbamos a comprar magdalenas y dábamos unos desayunos, y venía Luis Miguel Dominguín y era la pera. Y al cabo de muchos años yo daba una fiesta de reciclaje porque yo estuve en Los Verdes bastantes años.
EA.- Me acuerdo. En la calle esta que…
ARdlP.- En Marqués de Riscal. Y llamé y dije: «Por favor, ¿me podéis traer unos contenedores?». Y a la hora y cuarto estaban los contenedores ahí. Porque una cosa que me gusta muchísimo de ti, y en eso nos parecemos, es que tú no tienes ni miedo ni dudas. Entonces dijiste: «Esto, recado hecho», y ya está.
EA.- Y a mí una cosa que me gusta mucho de ti es que no te importan las críticas. Desde luego no las lees.
ARdlP.- Ni las leo, ni me importan.
«Pasé siete horas en un tren el día del apagón»
EA.- Y a mí me pasa lo mismo.
ARdlP.- Y es muy bueno, fíjate este año que me han criticado muchísimo, muchísimo.
EA.- ¿Por qué te han criticado?
ARdlP.- Buf. Por una pata que metí. Pero bueno. Siempre me critican por todo. Hasta por el tren, el otro día que me bajé de un tren. Que me bajé de un tren porque llevaba siete horas en el tren. El día del apagón, ¿no?
EA.- ¿Estabas en un tren el día del apagón? Ay, cuenta eso, por favor.
ARdlP.- Estaba en un tren y me dijeron: «Agatha se ha escapado del tren». Y yo no me había escapado. Yo fui a la Guardia Civil y le dije a la Guardia Civil, muy monamente…
EA.- ¿Te habías salido del tren?
ARdlP.- Claro. Llevaba siete horas.
EA.- ¿Pero qué hacías siete horas en ese tren? Pobre.
ARdlP.- Pues todos los trenes de España se quedaron parados.
EA.- Ya, 10.700 españoles.
ARdlP.- Claro. Entonces ahí estábamos en el tren, y al principio hacía buen día. Era bonito y tal. Pero yo pensé ahora llega la noche, esto se va a quedar aquí hasta las siete de la mañana.
EA.- Sin agua, sin luz…
ARdlP.- Sin agua, sin comida, oliendo el cuarto de baño que te puedes imaginar cómo… Entonces yo pregunté a la Guardia Civil, le dije: «Oiga…»
EA.- ¿Y la Guardia Civil estaba dentro del tren?
ARdlP.- Sí, gracias a Dios vinieron una pareja de la Guardia Civil.
EA.- Ah, vinieron, O sea, se podía salir.
ARdlP.- Ellos rompieron el…
EA.- El cristal.
ARdlP.- No. La verja del AVE para que pudiéramos salir a las matas, a hacer… tal y a darnos un paseíto. Entonces resulta que el mío estaba… Yo iba a Barcelona a presentar mi libro de Todo por un plan, que era a las 07.30 la presentación, y cogí un tren a las 11.22. Y yo veía que ese tren ya iba muy despacio, porque yo voy mucho en tren y ya me sé Madrid-Zaragoza, y ya íbamos muy despacio. De hecho el el el maquinista pues dijo estamos yendo muy despacio, Perdonen, pero hay mucho atasco, hay un tren que va con una hora de retraso delante nuestro. En fin. Y ahí va la.
EA.- Y en realidad qué pasaba.
ARdlP.- Y en realidad nos pararon en un momento dado. Pumba. Y yo que me han parado muchas veces en trenes, pero siempre ves algo, pasar algo. Pero ahí fueron siete horas y ahí no se vio pasar nada, que es lo que a mí me tenía más preocupada.
EA.- ¿En medio del campo?
ARdlP.- En medio del campo.
EA.- ¿En qué provincia era, pasado Zaragoza?
ARdlP.- Antes de Zaragoza, 40 kilómetros antes de Zaragoza. Y entonces tuvimos la suerte que estábamos muy cerca de un pueblecito. Y al principio pues poco a poco los del pueblecito nos vinieron a ver poquito a poquito…
EA.- ¡Oye, pero esto es apasionante y no me lo habías contado!.
ARdlP.- Nos iban trayendo cosas, nos trajeron agua. Luego trajeron de una pastelería. Yo iba con una amiga mía, y en cuanto paró el tren le dije: «vamos a comprar comida». Y dijo: «¡Qué tontería, Comida!» Pero si insisto, no va a ser cinco minutos. Y ya cuando fuimos solo quedaban unas hamburguesas. Y yo tengo por principio no comer nunca hamburguesa.
EA.- ¿Por qué?
ARdlP.- Porque no me gustan las hamburguesas.
EA.- Pero si es lo mismo que tomar albóndigas.
ARdlP.- Pero me dan, me da como cosa. Y entonces me guardé la mía por si la cosa se ponía muy fea y a las tres de la mañana me la tenía que comer. Había también un vigilante…
EA.- Siete horas entonces, desde la una del mediodía…
ARdlP.- De las 12.33 que pararon todos, hasta que yo a las siete o así me escapé del tren.
EA.- ¡Ah, 12.33, era el día del apagón!
ARdlP.- El día del apagón fue.
EA.- Ah, ¿pero ya iba despacio antes del apagón?
ARdlP.- Iba muy despacio. Estaban pasando cosas. Por eso yo. Todo lo que dicen… O sea, está clarísimo que desde que salimos de Madrid, que salimos puntuales, empezó eso. No iba a su velocidad. Eso iba muy despacio.
EA.- De hecho lo dijo el maquinista.
ARdlP.- Y lo dijo el maquinista, dijo perdonen que vamos tan despacio y tal y cual, porque si no nos hubiera tocado Zaragoza, que hubiera sido mucho mejor. Y bueno, una aventura, pero siempre se meten conmigo. Se ha escapado del tren, ha hecho no se qué.
EA.- Cómo que siempre, pero qué pasa, ¿que no se puede uno salir del tren si el tren se para?
ARdlP.- Bueno, en mi tren sí se podía salir, pero en otros trenes. La verdad es que, por ejemplo, muy cerca del mío había un tren que eran… Nosotros éramos 250 personas y el otro tren eran 1.200 personas. Y en el de 1.200 personas, por lo visto estaban en un sitio más peligroso que el mío y no se podía salir nadie ni se pudo entonces. Pero en el mío sí se podía salir.
EA.- ¿Por qué no se va a poder salir?
ARdlP.- Pues porque imagínate que había un terraplén por aquí y otro terraplén por allá y eran 1200 personas y era un lío. Pero en fin, que siempre se meten conmigo, pero como tú dices, a mí me da igual. Y yo te agradeceré toda la vida lo del contenedor. No se me olvidará mientras viva cuando tú eras concejal de Medio Ambiente.

EA.- Sí, concejal de Medio Ambiente de Madrid.
ARdlP.- Porque en teoría yo era de un partido muy diferente al tuyo, que era de los Verdes, y te dije: «¿Por favor, me podéis mandar un contenedor?» Y luego yo he sido la loca de los contenedores porque llevo como 15 años trabajando con ecovidrio.
EA.- ¿Y estoy yo equivocada o estás ahora haciendo contenedores? O no, cochecitos para la compra.
ARdlP.- Cochecitos para la compra también, pero contenedores he hecho muchos años, y de hecho en mi tienda vendo contenedores, que se me ocurrió, fíjate, la idea de hacer contenedores pequeñitos para la casa.
EA.- Sí.
ARdlP.- ¿Sabes cuántos hemos vendido? Más de 250.000.
EA.- Ah, no me extraña.
ARdlP.- Porque es un regalo muy bueno. Tú vas a la cocina, o sea, vas a cenar a casa de alguien y le regalas un mini contenedor. Es una idea buenísima. Buenísima. Y bueno, te voy a contar ya la última cosa que te voy a contar es que acabo de sacar unos productos de limpieza que son ecológicos y que son súper bonitos, y entonces yo creo que soy la primera diseñadora de moda del mundo que tiene sus propios productos de limpieza, no de limpieza de ropa, sino de limpieza de la casa.
EA.- Sí, sí. Es que he escuchado en esa entrevista tuya que no sabes cocinar, pero que limpiar sabes como nadie.
ARdlP.- Es que me gusta limpiar. Menos mal que a alguien me gusta limpiar, porque sítodos… Y también menos mal que a mucha gente le gusta cocinar porque si no nos moriríamos de hambre y desde luego.
EA.- Pues Agatha, muchísimas gracias.
ARdlP.- Muchísimas gracias, Esperanza.
EA.- Y vas a tener un gran éxito con ese libro. Lo voy a leer inmediatamente.
ARdlP.- Un beso muy fuerte. Muchas gracias.