Malestar en la Policía por la «insólita» protección a Leire Díez: «No se pone a casi ningún civil»
La escolta solo suele concederse en casos de alto riesgo. «Yo no lo he visto nunca, solo a testigos protegidos»

Leire Díez. | TO
La protección policial de la que dispondrá Leire Díez después de que interpusiese una denuncia contra Víctor de Aldama y solicitase una orden de alejamiento de él tras el incidente en la rueda de prensa que protagonizó la pasada semana ha generado gran malestar en la Policía Nacional por lo «insólito» de la medida, según denuncian distintas fuentes policiales. Según ha publicado este miércoles THE OBJECTIVE, la exmilitante socialista contará con una escolta en momentos puntuales, cuando asista a eventos públicos o multitudinarios y su integridad pueda estar en peligro, después de haber recibido también anónimos en su teléfono con amenazas de muerte.
La Dirección General de la Policía comunicó la decisión a finales de la semana pasada a Díez, después de que esta última cumplimentase en la comisaría un formulario de solicitud de orden de protección, según consta en la denuncia, a la que tuvo acceso este periódico. Esta medida de protección ha causado sorpresa y, sobre todo, indignación en el Cuerpo, incluso en la Brigada Central de Escoltas, que además de asumir las competencias de protección integral de altas personalidades del Estado y de algunos edificios públicos, también lo hace con los civiles que se determinen» en función del riesgo al que están expuestos. En este caso, Leire Díez, también conocida como la ‘fontanera’ de Ferraz.
Bajo este parámetro, explican fuentes policiales, se puso escolta, por ejemplo, al expolítico Alejo Vidal-Quadras después de su intento de asesinato en pleno centro de Madrid en 2023. «Imagina la gravedad que debe darse para que se disponga de escolta. Y a Vidal-Quadras se le puso tras el suceso, no antes, y eso que había estado anteriormente muy amenazado. La escolta no se pone a la ligera, si no no daríamos abasto en la unidad. Yo no he visto nunca que se ponga protección a civiles que denuncian amenazas, salvo que sean testigos protegidos. Puede haber algún caso, pero es muy raro y tiene que ser muy grave», advierten a este periódico fuentes internas de la Brigada de Escoltas de la Policía.
Sin un pronunciamiento judicial
Una circunstancia que no concurre, a juicio de estas fuentes, en el caso de Díez. Menos aún sin que haya un pronunciamiento judicial. En este sentido, fuentes policiales explican que se ha puesto la escolta cuando no hay ninguna orden de alejamiento contra el individuo, el empresario y comisionista investigado del caso Koldo Víctor de Aldama, sino una petición de la denunciante. «Solo un juez puede advertir si en realidad existen indicios de que la seguridad puede verse en peligro, lo que no se debe hacerse nunca es introducir recursos policiales en un tema político», advierten desde la Unidad Federal de Policías (UFP).
«Al darle la escolta a Leire Díez, habrá gente que nos la solicite, se la deneguemos y vaya a los tribunales a denunciarlo. No les faltará razón», señalan desde el departamento. Jupol, uno de los sindicatos mayoritarios de la Policía, critica que el caso de la ‘fontanera del PSOE’ supone un «uso abusivo e injustificado del sistema de escoltas policiales en España (…)». Principalmente porque «esta protegida con escolta policial, a pesar de que no existe, según la propia información pública, ninguna orden de alejamiento contra el individuo señalado».
Esta organización policial critica que España mantiene un modelo de protección institucional «sobredimensionado y completamente alejado de los estándares europeos». Y es que, argumentan, mientras en otros países europeos las escoltas personales están reservadas exclusivamente para cargos de alta responsabilidad en situaciones de riesgo real, aquí se ha convertido en una prerrogativa habitual para políticos, cargos menores e incluso para aquellos con simples vínculos administrativos o de asesoría, amparados por una lógica de poder que distorsiona los fines del servicio público». «Los policías tienen que estar en la calle, protegiendo a los ciudadanos, no prestando servicio de escolta a políticos, asesores o a ‘fontaneros’».
La denuncia ante la Policía
La denuncia policial, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, se formalizó al día siguiente del incidente, el jueves 5 de junio a las 19 horas, y en ella la exmilitante socialista denunció haber sido víctima de mensajes intimidatorios por parte del comisionista del caso Koldo, tras su comparecencia en el Hotel Novotel de Madrid. El atestado recoge que, según la versión de la denunciante, «al finalizar la declaración, apareció en la sala de prensa el señor Víctor de Aldama, que se acercó a la declarante de forma desafiante y empezó a dirigirse a ella en los siguientes términos a viva voz: ‘Fontanera, sinvergüenza, porque me amenazas de muerte, os vais a arrepentir de haber venido este día’».
Leire Díez también reporta el tono «intimidatorio» de Aldama, que siguió a la denunciante cuando ésta se disponía a abandonar la sala, «profiriendo insultos, siguiéndole, tuviendo (sic) que ser asistida por la seguridad del hotel, hasta una sala privada, toda vez que esta persona no cesaba en su hostigamiento».
Allí, Leire Díez permaneció un tiempo durante el cual «pudo escuchar desde el interior de la sala, como esta persona continuaba con los insultos retándole a que saliera». Con más de un centenar de medios a la espera en la puerta principal del establecimiento hotelero, la llamada fontanera del PSOE aguardó la llegada de la Policía Nacional, que acudió al lugar de los hechos tras una llamada del hotel Novotel, situado en la calle O’Donnell de Madrid. Una vez se personaron en el lugar de los hechos, la escoltaron hasta una salida trasera, donde solicitó un taxi para poder marcharse.