El clan del bar Franky: así montaron Cerdán y Koldo su primera red de mordidas en 2015
Emitían facturas por comidas falsas de miles de euros que luego pagaba una constructora y Koldo recogía en efectivo

Koldo García y Santos Cerdán.
El nuevo informe de la UCO sobre el caso Koldo, que habla de indicios de una «organización criminal» para el cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones, remonta los albores de la red de mordidas a 2015. Una época en la que Koldo García y Santos Cerdán colaboraban en Navarra para adjudicar a la constructora Acciona obras públicas en la comunidad foral. Montaron un sistema de cobros a través del bar Franky de Pamplona, que presentaba a la constructora facturas de miles de euros por comidas inexistentes que luego eran abonadas por la firma. Días más tarde, desde el local se avisaba a Koldo García que ya tenía disponible el «¡dinerito!», y él pasaba a recoger el dinero en efectivo.
Los inicios en el mundo de las mordidas de Santos Cerdán y Koldo García evocan situaciones que bien podrían salir reflejadas en una serie televisiva sobre los devenires de una incipiente organización criminal. Del estilo de Los Soprano. El informe de la UCO describe cómo Koldo comenzó a cobrar -presuntamente- esas comisiones por pequeñas adjudicaciones con un modus operandi de lo más rudimentario. En esa época, Cerdán era diputado en el Parlamento de Navarra y portavoz socialista.
Según la Guardia Civil, era el jefe de zona de Acciona en Navarra y La Rioja, Fernando Merina Vera, el que abonaba esas comisiones. Lo hacía a través del bar Franky de Pamplona. La «operativa de la compensación», como la denomina la UCO, era simple: el bar giraba facturas a Acciona por importes de entre 1.500 y 2.750 euros por comidas que nunca se habían producido. La constructora las abonaba vía transferencia bancaria y saldaba así la deuda ficticia.
Cuando los gestores del local recibían el pago, el asesor fiscal del negocio se ponía en contacto con Koldo García para advertirle de que ya estaba disponible el «dinerito!». Era la palabra clave -nada disimulada- para anunciarle a Koldo que ya podía pasar a recoger el dinero en efectivo.

La operativa en Navarra se alargó unos años, hasta prácticamente su salto a Madrid. En la agenda de Koldo aparecen anotaciones en esos años como «llamar a Fernando de Acciona tomar café tema dinero». Las mordidas se pagaban a plazos. En 2017, por ejemplo, se emitieron facturas a nombre de «UTE RECAJO» de 2.700 euros aproximadamente cada una.
Esta UTE estaba formada por Acciona e IC Construcción y Gestión de Obras. Sólo obtuvo un contrato, en 2015, por valor de 11,2 millones para la construcción de un enlace en la autopista A-68 a la altura de Recajo (La Rioja).
Durante esos años, Koldo -que trabajaba ya conjuntamente con Santos Cerdán-, solicitaba ingresos al delegado de Acciona. En 2017 le llega a pedir que le emita una factura falsa de comidas porque está metido en «un pequeño lío».
Pagos de Servinabar
La UCO también acredita pagos de la constructora Servinabar, propiedad de un amigo de Santos Cerdán y Koldo García. De hecho, reconoce que Cerdán tenía «capacidad de decisión» sobre esa empresa, que recibió uno de los mayores contratos de obra pública de las últimas décadas en Navarra. Sería, explica la UCO, una especie de evolución -del bar Franky a una constructora- para el movimiento de presuntas mordidas.

Cabe recordar que Servinabar, propiedad de Joseba Antxon Alonso Egurrola -amigo de Cerdán y Koldo-, es la empresa que formó la UTE con Acciona para las obras del túnel de Velate. Servinabar, incluida en una UTE, se hizo con la polémica adjudicación de 76 millones de euros, plagada de irregularidades, tal y como denunció la mesa de contratación y la Cámara de Comptos de Navarra. Como desveló este diario, su propietario, Joseba Antxon Alonso Egurrola, fue recibido a solas por la presidenta regional María Chivite en cuatro ocasiones entre julio de 2020 y septiembre de 2021.
El primer encuentro tuvo lugar el 24 de julio de 2020, semanas después de la fecha en la que Víctor de Aldama afirma que pagó 15.000 euros en un sobre a Cerdán en Madrid como desagravio por haber intercedido por una empresa para una obra pública en territorio presuntamente controlado por el secretario de Organización del PSOE. Lo llamó el cupo vasco. El pasado martes fue una de las constructoras en las que entraron agentes de la UCO para llevarse abundante material sobre contratos de obra civil.