La llegada de pateras a Baleares se dispara un 130% mientras crece la violencia de las mafias
La Guardia Civil investiga la aparición en las costas de cinco cadáveres de inmigrantes atados de pies y manos

Imagen de archivo de inmigrantes rescatados. | Europa Press
La llegada de inmigrantes en situación irregular a Baleares es ya uno de los principales desafíos a los que hace frente el Gobierno de Marga Prohens. En los últimos seis meses —hasta el 25 de junio—, han sido interceptadas en aguas de la comunidad autónoma 138 embarcaciones en las que iban a bordo 2.718 personas, un 130% más que en el mismo periodo de 2024, según los datos facilitados por fuentes gubernamentales. Cifras que marcan un récord histórico tanto en cayucos como en número de ciudadanos que han llegado por vía marítima a través de la ruta argelina a las islas, principalmente a Ibiza y Formentera, que son las que sufren mayor presión migratoria. Cabe destacar que el año pasado llegaron al archipiélago casi 6.000 personas, otro dato sin precedentes.
A este escenario se ha sumado el uso de una violencia inusitada por parte de las mafias dedicadas al tráfico ilegal de personas. En el último mes, la Guardia Civil ha hallado cinco cadáveres de presuntos migrantes atados de pies y manos en las costas de Baleares, motivo por el que ha abierto una investigación para conocer las causas de la muerte y por qué han aparecido en estas circunstancias. Hace unos días, la presidenta del Govern calificó de «escalofriante» el hallazgo de los cuerpos sin vida en el mar y denunció que este hecho suponía «la consolidación de la ruta entre Argelia y Baleares». La mayoría pertenecen, según fuentes policiales, a inmigrantes víctimas de naufragios cuando intentaban alcanzar el archipiélago.
La investigación del instituto armado se produce en plena oleada de pateras a las costas baleares. El pasado fin de semana, los servicios de emergencias y de Salvamento Marítimo notificaron la llegada de 340 inmigrantes irregulares. Según el último informe del Ministerio del Interior, la ruta marítima de Baleares es la travesía migratoria más activa en el Mediterráneo español. Del total de inmigrantes llegados a la Península y Baleares hasta el pasado 15 de junio (4.587), el 59,2% han arribado a las costas del citado archipiélago. Ante esta situación, Prohens ha pedido el Gobierno central que «no deje sola» a la región y «refuerce la protección de las fronteras».
Sin medios
El principal problema al que se enfrenta este archipiélago es que ninguna de sus islas está preparada para asistir a las miles de personas que han llegado en los últimos meses. El aumento de los flujos migratorios ha dejado al borde del colapso los centros de menores, encargados de tutelar a los jóvenes que llegan hasta las costas en las pateras. Actualmente, la ocupación está por encima del 600%. Baleares, de hecho, es una de las regiones que más se esfuerza en la acogida de adolescentes extranjeros no acompañados; tutela a unos 630, aseguran fuentes autonómicas.
La situación es especialmente preocupante en las islas más pequeñas como Ibiza, que solo cuenta con un centro de este tipo. La falta de espacio y de personal comienzan a hacer insostenibles estos espacios, por lo que la mayoría de menores se derivan a los de Palma, que también está al límite. En el caso de los adultos, tras pasar 72 horas bajo custodia policial se derivan a centros habilitados por el Ministerio de Migraciones en la Península.
Las fuerzas de seguridad y los equipos de salvamento soportan cada vez más trabajo y una falta considerable medios para hacer frente al mismo. Una circunstancia que, señalan fuentes policiales, las mafias aprovechan para introducir a los inmigrantes en las islas donde es más patente este déficit: Ibiza y Formentera. Los sindicatos denuncian desde hace tiempo las malas condiciones en las que trabajan y en las que se recibe a los inmigrantes. Exigen a Interior reforzar las plantillas, dotar de medios adecuados a los agentes y crear un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE). Una infraestructura que ya existe en otras regiones como Canarias y que resulta clave para agilizar la atención inicial a los ciudadanos que llegan y aliviar las dependencias policiales.
Profesionalización de las mafias
Cabe destacar, además, que al igual que ocurre en Canarias, las embarcaciones cada vez son más grandes y, por tanto, traen a más personas. En septiembre del año pasado se interceptó una con 101 personas, la de mayor tamaño registrada. Hasta entonces había sido un cayuco localizado en Formentera con 58 la que más inmigrantes había traído al archipiélago. Todo se debe, explican fuentes policiales, a la profesionalización de las mafias dedicadas al tráfico ilegal de personas: cuentan con barcos mucho más potentes, capaces de hacer el trayecto desde Argelia en apenas seis horas, para después regresar y poder hacer otro viaje de vuelta si se dan las condiciones propicias en el mar.
Hasta hace no muchos años, el peligroso trayecto implicaba unas 20 horas de travesía en una barca común. Ahora, las fuerzas de seguridad han detectado lanchas impulsadas por motores de hasta 300 caballos que hacen el trabajo en menos de la mitad de tiempo. Un negocio ilegal que mueve millones de euros y por el que las mafias tienen tarifas fijas: los inmigrantes pagan entre 800 y 1.000 euros por el trayecto más largo. Si desean llegar más rápido, en las que ya se conocen como pateras-taxi, deben abonar 3.000 euros más.
El objetivo de los inmigrantes, la mayoría argelinos, no es el archipiélago. Al estar suspendidos los acuerdos de devolución entre España y Argelia, una vez son puestos en libertad, incluso con una orden de expulsión los inmigrantes cogen un ferry a la península para después dirigirse a Francia, donde suelen tener familia. O esperan a ser trasladados por las autoridades a centros de acogida en la Península para posteriormente emprender su viaje.