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El dueño de Servinabar se niega a responder al Senado si pagó a Cerdán comisiones por obras

No ha hablado sobre la venta de la mitad de su empresa a Cerdán ni del pago del ático desvelado por TO

El dueño de Servinabar se niega a responder al Senado si pagó a Cerdán comisiones por obras

El constructor Joseba Antxón Alonso Egurrola, dueño de Servinabar.

El empresario guipuzcoano Jose Antxón Alonso Egurrola, propietario la constructora Servinabar, estaba citado esta mañana en el Senado para comparecer ante la comisión de investigación del caso Ábalos. Su papel en la trama es clave, ya que habría sido quien presuntamente pagó comisiones a cambio de obras y gestiones con la administración navarra al exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Es quien también firmó la escritura de compraventa por la que Cerdán adquiría cerca de la mitad de las acciones de la constructora a la que luego regarían con contratos. Y también quien, como ha desvelado THE OBJECTIVE, le pagaría el ático en Madrid a Santos Cerdán. Además, se le preguntó por los pagos de su compañía a la ONG Fiadelso, controlada por el exministro José Luis Ábalos. Alonso Egurrola se ha negado a responder las preguntas de los senadores alegando que está inmerso en un proceso judicial por esos mismos asuntos.

Alonso ha argumentado que como los presuntos delitos por los que se le investiga son prácticamente idénticos a los que intenta esclarecer la comisión, había tomado la decisión de comparecer sin tomar la palabra.Acto seguido, el empresario ha solicitado al presidente de la comisión, Eloy Suárez de la Mata (PP), que suspenda la sesión, a lo que el senador del PP le ha respondido que la sesión continuará a lo largo de la mañana.

Su testimonio es clave para entender buena parte de los movimientos que la trama realizó durante años en Navarra, uno de los epicentros de la presunta operativa de cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones. Además, Alonso Egurrola es la pieza que vincularía al Gobierno foral de María Chivite con las obras públicas señaladas, especialmente la del túnel de Belate. Se trata de una adjudicación de 76 millones de euros que está bajo la lupa por las irregularidades denunciadas por miembros de la mesa de adjudicación, que terminó en manos de la UTE formada por Servinabar y Acciona. Cabe recordar, como desveló TO, que Antxón Alonso y Chivite se reunieron en privado, en el despacho de la presidenta, al menos en cuatro ocasiones en el plazo aproximado de un año.

Negó mordidas en el Supremo

Joseba Antxón Alonso reconoció ante el Tribunal Supremo a principios de este mes de julio que pagó un sueldo a Koldo García por conseguirle obras privadas antes de que este se convirtiera en asesor de José Luis Ábalos en el Ministerio de Transportes.

No obstante, el dueño de Servinabar negó haber pagado mordidas por amaños de obra pública y explicó que el contrato que suscribió con Santos Cerdán fue un compromiso de futuro que nunca tuvo validez. También declaró Fernando Merino, exdirectivo de Acciona en Navarra, quien igualmente negó las dádivas y defendió que, para conseguir licitaciones en Navarra y el País Vasco, era necesario concurrir en UTE con una firma local. El juez impuso a ambos la prohibición de salir de España y la obligación de comparecer cada quince días.

El juez Leopoldo Puente imputó a varios empresarios el mismo día que a Cerdán, al considerar que «habrían podido intervenir en la indebida adjudicación» de obras públicas a cambio de mordidas. El pasado viernes comparecieron ante el Supremo el valenciano José Ruz y los hermanos Antonio y Daniel Fernández Menéndez, cuñados de Merino, el primero en declarar este lunes. El plato fuerte, sin embargo, fue Alonso, quien reconoció que conoció al exsecretario de Organización del PSOE cuando este era concejal en la oposición en Milagro.

Ambos se unieron en un proyecto de viviendas que finalmente no salió adelante, según explicaron a THE OBJECTIVE fuentes presentes en el interrogatorio. Alonso, que solo respondió a las preguntas de su abogado, relató que Cerdán se planteó abandonar la política en 2015, tras los malos resultados electorales del PSOE en Navarra. Entonces le habló del proyecto «privado» de Mina Muga y le expuso la idea de unirse como socio en Servinabar, que posteriormente obtuvo contratos por valor de 75 millones de euros. Fue entonces cuando redactaron un borrador de escritura.

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