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La inteligencia española se prepara ante una ruptura con EEUU por la crisis de Huawei

Estados Unidos sopesa si cortar la colaboración de inteligencia con España tras las revelaciones de TO

La inteligencia española se prepara ante una ruptura con EEUU por la crisis de Huawei

Pedro Sánchez y Donald Trump en una cumbre de la OTAN. | EFE

La crisis bilateral abierta entre Estados Unidos y España por la inclusión de Huawei en el sistema de escuchas policiales Sitel –desvelado por THE OBJECTIVE– no ha terminado. La carta enviada por el Congreso y Senado estadounidenses a los directores de las principales agencias de inteligencia alertando de esas relaciones del Gobierno de Pedro Sánchez con la tecnológica china es sólo el primer paso, tal y como admiten fuentes de la seguridad del Estado. Ahora le tocará a la jefa de inteligencia de Donald Trump, la polémica Tulsi Gabbard, elevar el asunto a la Casa Blanca antes de tomar una decisión.

La respuesta de Washington podría ir en la línea de la propuesta remitida desde el Congreso y Senado por afines a Trump, que supondría limitar el flujo de información hacia España. Un escenario en el que ya trabaja la comunidad de inteligencia española, que ya ha mantenido varios encuentros por este asunto. Uno de ellos, con responsables de alto nivel, celebrado en Moncloa. Ya se elaboran planes de contingencia para mitigar esa posible pérdida de acceso a información de inteligencia estadounidense.

La pelota del asunto Huawei y España está ahora en el tejado de la Casa Blanca. Según explican fuentes consultadas en el ámbito de la inteligencia española, se espera que Estados Unidos tome una decisión al respecto en los próximos días o semanas. La urgencia de la respuesta de Washington «dependerá del grado de gravedad que le dé al tema la directora de Inteligencia Nacional», en referencia a Tulsi Gabbard, jefa y coordinadora de todas las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Ella era la principal receptora de esa carta redactada por los líderes de los comités encargados de la Inteligencia del Senado y del Congreso, en la que citaban una información de THE OBJECTIVE y alertaban a Gabbard sobre la posibilidad de que el Partido Comunista Chino pueda tener «acceso encubierto al sistema de interceptación legal de un aliado de la OTAN». Solicitaban «revisar los acuerdos de intercambio de inteligencia con el gobierno de España».

El asunto no se va a quedar ahí, tal y como asumen en la comunidad de inteligencia civil y militar española. Es previsible que la propia Gabbard, explican, eleve este asunto a la Casa Blanca. Pese a que Gabbard no es en sí miembro del gabinete de Donald Trump, su estatus le da el acceso -al igual que ocurre con el director de la CIA, John Ratcliffe– y participa activamente en las reuniones sobre seguridad nacional en la Casa Blanca. Especialmente en las del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), el mayor órgano de decisión sobre estas cuestiones -y en el que también están presentes el secretario de Defensa y el fiscal general, otros dos receptores de la carta alertando sobre Huawei-.

El alto nivel al que se dirige la misiva enviada por el Congreso y el Senado hace prever que el asunto llegará a oídos del propio Donald Trump. Su relación con Sánchez es complicada, como se vio en la última cumbre de la OTAN. Por ello en España, explican las fuentes consultadas, ya se baraja la posibilidad de que la respuesta sea una limitación contundente -aunque «temporal»- del flujo de información de inteligencia. Se trataría, entienden, de una «medida de presión para que se tomen decisiones sobre Huawei», en referencia a la presencia de la firma china en sistemas informáticas de áreas sensibles como Sitel, las investigaciones sobre terrorismo y mafias o hasta en algunos sistemas militares.

En cualquier caso, ese previsible veto a España, a pesar de que el Gobierno ha defendido a capa y espada que Huawei no representa ningún tipo de problema de seguridad, ya ha calado en la inteligencia española. Según confirman, hay planes de «contingencia» en diseño para buscar cómo contrarrestar que España se quede parcialmente ‘a ciegas’. En cualquier caso, asumen estas fuentes, la información relativa a posibles amenazas inminentes o a medio plazo -como las de terrorismo- sí seguirían activas. O eso, al menos, es lo que esperan. La decisión estadounidense se espera para la primera quincena del mes de agosto.

La preocupación en España no sólo viene dada por un posible veto estadounidense, sino por la posibilidad de que este provoque un efecto dominó en otros aliados de la OTAN. Países como Polonia, gran productor de inteligencia sobre Rusia en la zona del este de Europa -donde hay diversos contingentes militares españoles desplegados-, han tomado decisiones radicales en el pasado en lo referente a la inclusión de Huawei en terrenos que afectan a la inteligencia. La OTAN, en general, señala a la firma china como un potencial foco de amenaza a la integridad de sus comunicaciones.

España estaba avisada

La advertencia directa de Estados Unidos no es la primera. En el pasado, la OTAN y la Unión Europea ya habían advertido de esos riesgos vinculados a Huawei, aunque España hizo oídos sordos. Uno de los documentos más completos lo publicó el Centro de Excelencia en Defensa Cibernética de la OTAN (CCDCOE). Bajo el título Huawei, 5G, and China as a Security Threat, el informe detallaba cómo los equipos de Huawei, al formar parte de infraestructuras clave de comunicaciones, podrían facilitar el acceso del Gobierno chino a datos sensibles. El texto subraya que, dada la legislación china en materia de inteligencia (especialmente la Ley de Inteligencia Nacional de 2017), cualquier empresa con sede en el país tiene la obligación legal de cooperar con sus servicios de inteligencia, lo que convierte a Huawei en un «actor de riesgo estructural».

Las advertencias no han sido solo técnicas, sino estratégicas. En palabras del ex secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la Alianza debía «garantizar que nuestras infraestructuras de comunicaciones sean seguras, resilientes y libres de interferencias externas», afirmó Stoltenberg en varias ocasiones en su mandato entre 2019 y 2023.

En la cumbre de Londres de la OTAN, celebrada en 2019, los líderes aliados, sin mencionar directamente a Huawei, también alertaron sobre la necesidad de proteger las tecnologías críticas frente a «actores estatales hostiles». Diplomáticos occidentales reconocieron que la preocupación central era China y, en concreto, la penetración de Huawei en el corazón de los sistemas de comunicación aliados. En especial en el core del 5G y las redes militares.

Huawei, ‘Caballo de Troya’

La Asamblea Parlamentaria de la OTAN, por su parte, ha debatido en varias sesiones el papel de empresas chinas en redes de seguridad europeas. En esos foros, parlamentarios de Estados Unidos, Reino Unido y Lituania señalaron a Huawei como un «caballo de Troya tecnológico» con capacidad para interrumpir o manipular comunicaciones estratégicas en caso de conflicto.

Fuera del marco OTAN, el grupo de inteligencia Five Eyes —formado por EE. UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda— ha sido aún más explícito: todos sus miembros han restringido o vetado el uso de Huawei en redes 5G por considerarla una amenaza a la soberanía tecnológica y a la integridad de sus comunicaciones estratégicas. En 2020, el Reino Unido revirtió su postura inicial y ordenó la retirada total de Huawei de sus redes antes de 2027, citando análisis de sus servicios de inteligencia.

En paralelo, la Comisión Europea y su grupo de expertos en ciberseguridad recomendaron excluir a Huawei de las infraestructuras críticas, advirtiendo de su escasa transparencia y el riesgo de que su equipamiento pueda incluir puertas traseras difíciles de detectar. Esta misma semana, tras explotar la polémica por la noticia desvelada por TO, la Comisión ha vuelto a insistir en «restringir o excluir» a Huawei de terrenos sensibles para la seguridad del Estado. El Gobierno, sin embargo, insiste en que no hay problema alguno.

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