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Los chiringuitos financieros atrapan a jóvenes que buscan casa: «Me estafaron 4.200 euros»

Se aprovechan de su desesperación para ofrecer milagros financieros. La CNMV alerta del auge de estas estafas

Los chiringuitos financieros atrapan a jóvenes que buscan casa: «Me estafaron 4.200 euros»

Venta de pisos en una inmobiliaria, en una imagen de archivo. | EP

Comprar una vivienda se ha convertido en un gran quebradero de cabeza para los jóvenes españoles. Con los precios disparados en las ciudades y una cuota de alquiler por las nubes que en muchos casos supone más del 50% del salario, la posibilidad de adquirir un inmueble es prácticamente una utopía para este segmento de la población. Una desesperación crónica ante el mercado inmobiliario que los delincuentes están utilizando como gancho para atrapar a decenas de víctimas con la falsa promesa de conseguir milagros financieros. «¿No tienes el dinero necesario para la entrada y los gastos de la hipoteca? No te preocupes, nosotros estudiamos la operación y lo conseguimos», le aseguran al cliente. 

Una promesa tras la que se esconde el engaño y la desaparición, poco después, tanto de quien la ofrece como del dinero que suelen pedir a los jóvenes para iniciar todo el proceso y conseguir supuestamente cientos de miles de euros para la casa de sus sueños. Los estafadores operan bajo lo que ahora se conocen como chiringuitos financieros. Una actividad delictiva que está ganando terreno en el sector inmobiliario y que se ha disparado sobre todo en el mundo de la inversión con empresas que prometen altas rentabilidades y se escapan después con los ahorros de las víctimas. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha alertado de que estas estafas se han multiplicado por ocho en los últimos seis años, sobre todo a raíz de la pandemia. 

Nicola G., italiano afincado en Madrid, ha sido una de las últimas víctimas. Tras buscar vivienda durante algunas semanas, este joven de 32 años dio con una que le encajaba en el centro de Madrid. Fue cuando la inmobiliaria le ofreció hacer un estudio financiero con un agente, Jaime B. «para poder gestionar la viabilidad económica», según reza la denuncia policial, a la que ha tenido acceso este periódico. El problema surgió cuando el citado agente le dijo que la empresa no veía óptima su operación, pero otra financiera con la que trabajaba los fines de semana, de nombre Ipso Finance, sí que podía ofrecerle los más de 400.000 euros que necesitaba para la vivienda.  

Un préstamo puente

El principal obstáculo para este futuro comprador es que no tenía suficiente dinero ahorrado para la entrada de la vivienda. Así que este supuesto agente financiero le ofreció la posibilidad de obtener «un préstamo puente, consistente en tener un préstamo que luego no figuraba en el banco hasta que no le aprobasen la hipoteca». En un primer momento, Nicola G. lo declinó, pero como no encontró otra financiera que le aprobase la operación, volvió a contactar con Jaime B., el cual le asegura que «puede conseguir aún más hipoteca». El primer paso es abonar en una cuenta 3.000 euros para iniciar todos los trámites. 

Tras firmar un supuesto contrato sobre el primer préstamo de 60.000 euros, el joven le hace una primera transferencia de 1.200 euros y facilita al asesor seis nóminas, contratos de trabajo, movimientos de los últimos seis meses, la vida laboral y la última renta. Todo parece ponerse en marcha, pero Jaime B. vuelve a pedir dinero a la víctima: un depósito de 3.000 para «pagar las arras del piso y otros gastos que después, una vez conseguido el préstamo, se le devolvería». En conversación con este periódico, Nicola cuenta que hizo dos transferencias, una de 2.000 y otra de 1.200 en cuento percibió su salario, y que «aceptó hacer esos pagos movido siempre por la recomendación de la inmobiliaria».

Poco ahorro y desconocimiento

Por norma general, la entidad bancaria financia hasta el 80% del valor de tasación del inmueble, en caso de ser la primera vivienda, y hasta el 70% si es la segunda. Sin embargo, cabe señalar que también existen las hipotecas al 90% e, incluso, al 100% de financiación en el caso de ser funcionario o tener acceso a un aval del ICO. Una cantidad que obliga en la práctica a que el comprador tenga en efectivo ahorros por valor del 20% del inmueble. A esto hay que añadir otros gastos. Entre la tasación de la casa, el notario, el registro y los correspondientes impuestos, los expertos recomiendan tener unos ahorros de entre un 10% y un 12% del precio de la vivienda.

Con los precios disparados, es cada vez más complicado llegar a esta cantidad, lo que se convierte en un caldo de cultivo perfecto para que los jóvenes caigan en situaciones de posibles estafas como estas. Por ejemplo, en Madrid, según los datos de idealista, el precio del metro cuadrado se sitúa de media en torno a los 5.700 euros. Esto supone que un piso de 50 metros cuadrados podría tener un precio de alrededor de 285.000 euros (dependiendo de las zonas). Con estas cifras, para acceder a una hipoteca convencional, se requiere aportar al menos un 30% del precio de la vivienda, es decir, más de 85.000 euros en ahorros solo para cubrir la entrada y los gastos e impuestos asociados.

Fuera de la financiación bancaria tradicional, para particulares «los únicos que prestan son chiringuitos financieros, normalmente fuera del control y supervisión de los reguladores, siempre en la línea de la legalidad, si no fuera de ella, con contratos de adhesión abusivos», explica a THE OBJECTIVE Julián Salcedo, presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios del Colegio de Economistas de Madrid. Este tipo de financiación alternativa normalmente va dirigida más que a comprar un inmueble para primera residencia a «solucionar un problema de necesidad, impagos, posibilidad de ejecuciones hipotecarias, compra de inmuebles en subastas o procedentes de herencias o liquidación de herederos, etc.», apunta el experto.

Otros afectados

En el caso de este joven italiano, la realidad es que jamás inició ningún proceso para comprar la casa y los 4.200 euros que le dio al asesor han desaparecido. Según reza la denuncia, tras realizar las transferencias, Jaime B. «mareó a la víctima quedando en distintos sitios de Madrid, pero nunca se presentaba». Tras alertar de lo que estaba sucediendo a la inmobiliaria, cuenta Nicola, el presunto estafador se puso en contacto él para asegurarle que le devolvería el dinero por una transferencia inmediata, incluso mandándole una foto de la misma, pero los 4.200 euros nunca le llegaron. Un modus operandi bajo el que habría engañado a al menos otras tres personas y que la Policía Nacional de Madrid está investigando, según ha podido saber este periódico.

THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con el trabajador de Ipso Finance para recoger su versión sobre estos hechos. Jaime B. niega haber cometido una estafa y asegura que el cliente estaba al tanto de los riesgos de la operación. «Me puse en contacto con él para poder realizarle la devolución del depósito y por motivos ajenos quiso mejor denunciar y ver qué ocurría». Frente a esto, el afectado ha aportado a la Policía todas las pruebas (correos, llamadas, mensajes y documentos) bajo las que el presunto delincuente iba llevar a cabo la operación y después nunca ejecutó. «Me ha estafado 4.200 euros, he quedado en muchas ocasiones con él para que me devolviese el dinero y nunca venía, por eso decidí denunciar», insiste. 

Estafas con falsas inversiones

En el caso de las inversiones, la actividad delictiva se enfoca sobre todo en las redes sociales y tienen como público objetivo también a los más jóvenes. Noticias que aparecen en banners y en las que un algoritmo financiero te ofrece ganar miles de euros de la mano de algún famoso, o vídeos que aparecen en tu WhatsApp en los que empresarios o banqueros conocidos te enseñan como multiplicar sus beneficios invirtiendo. Todo ellos son fraudes, un tipo ilícito sobre el que la Policía Nacional ha tumbado a numerosas organizaciones criminales en los últimos años, entre ellas las que conformaba el entramado de Herrero Brigantina. 

Hace un año, en julio de 2024, en el marco de la operación Coraza, agentes de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UFEF) desarticularon al citado grupo criminal por estar involucrado en una macroestafa con productos de inversión de alta rentabilidad, defraudando entre 40 y 70 millones de euros a cientos de personas que habían contratado sus servicios. La trama grupo contaba con un departamento comercial especializado, integrado por exbanqueros y profesionales de seguros, y llevaba a cabo agresivas campañas de marketing para crear una imagen de éxito y ganarse la confianza de los inversores. Incluso llegaron a recibir premios de diversos organismos nacionales.







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