La mitad de la flota apagafuegos no podrá volar en dos días por falta de pilotos
La normativa aeronáutica deja sin relevo a los profesionales y más de 100 aparatos se quedarán en tierra

Un helicóptero trabaja en las labores de extinción de un incendio. | Europa Press
España arde en un verano infernal y 2025 ya acumula la mayor superficie quemada de las últimas tres décadas –el sistema de vigilancia satelital Copernicus cifra en 350.000 hectáreas la superficie afectada por los incendios en el país este año–. La campaña de incendios de este verano ha vuelto a evidenciar la falta de medios apagafuegos, como viene contando THE OBJECTIVE, y ahora suma un nuevo frente crítico: la falta de pilotos especializados para estas operaciones.
La situación obedece a la fuga de profesionales hacia otros países europeos con mejores condiciones laborales, a las jubilaciones y al trasvase de pilotos hacia otros sectores. Turquía, Grecia, Italia e incluso varios países de África están siendo el destino de los pilotos españoles que, una vez formados aquí, son contratados por empresas extranjeras para operar en estos lugares que les pagan entre 50.000 y 60.000 euros más al año.
Una situación que se agrava aún más en situaciones de emergencia como la actual debido a la normativa de horas de vuelo, que deja sin relevo a los profesionales. Con una flota de algo más de 600 pilotos dedicados a la extinción de incendios, desde el sector advierten que «se van a ir parando aeronaves», ya que hay aparatos disponibles «pero no hay pilotos». «En dos días, el 50% de la flota se quedará en tierra porque no hay pilotos», asegura a este medio Ignacio Gracia, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Trabajos Aéreos y de Emergencias (Ataire). En la actualidad unas 250 aeronaves, entre helicópteros y aviones, trabajan en la extinción de los incendios.
Así también se pronuncia en este medio Manolo González, uno de los mayores expertos del sector, ahora asesor de compañías aéreas: «El incremento de la flota operada en extinción, la aparición de nuevas compañías en países europeos y los mejores precios que se pagan en esos contratos han creado un gran problema al sector, que es la falta de pilotos especializados en estas operaciones».
Seguir los pasos de Portugal
Ambos expertos indican que este problema de la falta de pilotos se agrava en momentos críticos como el que sufrimos actualmente, debido a la normativa aeronáutica. «La normativa aeronáutica solo permite que un piloto opere como máximo 22 días continuados antes de descansar un mínimo de ocho, y que el máximo de horas que pueda volar en esos 22 días sea de 80, con ocho horas como máximo al día. «Con los incendios que hay buena parte de los pilotos cubren sus 80 horas en 10 o 12 días, y hay que sustituirlos por otros que no existen (más allá de una reserva del 10-12% que mantienen las empresas para imprevistos)», relata González, que asegura que la alternativa es «parar los medios aéreos».
Portugal ha salido del paso hace unos días publicando una exención a una norma similar que rige en ese país que permite incrementar las horas voladas siempre que el piloto se encuentre bien y no sufra signos de cansancio, bajo control del departamento de operaciones y con su visto bueno, y todo ello durante los días que dure la emergencia. En España, la Asociación de Trabajos Aéreos y de Emergencias (Ataire) lleva días peleando con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para que se solucione el problema de manera similar, de momento, sin éxito.
Ignacio Gracia, de Ataire, lo cuenta así a THE OBJECTIVE: «Portugal lo ha hecho muy bien. Tú no puedes imponer a nadie que vuele más de lo que marca la norma, pero si a título personal los pilotos comunican a la empresa que pueden seguir unos días no debería haber problema. Las empresas conocemos a nuestros pilotos, sabemos que hay gente con capacidades superiores, con experiencia… Haciendo una auditoría continuada de la situación, siempre, por supuesto, de forma voluntaria, esa sería una solución para salir del atolladero, como ha hecho Portugal». Además, Gracia asegura que «genera más estrés y más problemas a los pilotos el hecho de tener que estar controlando si nos pasamos de las horas que el hecho de seguir trabajando».
La respuesta del Ministerio de Transición Ecológica
De momento, desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) lo que proponen es una solución parecida a la de 2022, hasta hace diez días el año más negro en lo que llevamos de siglo en lo que se refiere a incendios. Por entonces, Miterd hizo una exención a la norma de poder llegar a 120 horas al mes –o sea, 40 horas más–. Pero el problema, explica el directivo de Ataire, es que cuando el piloto vuelve a hacer el siguiente relevo su contador no empieza a cero, sino con 40 horas, es decir, que en ese ciclo solo le quedarían 40 horas más: «Esto significa que ahora podríamos salvar de esta forma esta racha, pero si septiembre nos vienen mal dadas estamos otra vez en la misma situación». Así, la única solución práctica dada la situación actual es seguir la línea de Portugal, aseguran desde Ataire. Comunidades autónomas con incendios graves, como Galicia y Extremadura, también han pedido que se solucione el problema.
«Llevamos desde el lunes 11 de agosto avisando al Ministerio de que esto iba a pasar. Se lo pusimos encima de la mesa. Ayer [haciendo referencia al lunes 18 de agosto] empezaron a preocuparse, pero ya hemos perdido muchos días; y ahora plantean hacer una extensión similar a la del año 2022, pero ya se les ha dicho que eso no nos soluciona nada. La situación es muy grave», advierte Ignacio Gracia.