España y Reino Unido pretenden derribar la Verja de Gibraltar en enero de 2026
La Policía española será la encargada de realizar los controles Schengen en puerto y aeropuerto

Frontera entre España y el Peñón de Gibraltar. | Francisco J. Olmo (Europa Press)
La verja que separa España y el Peñón de Gibraltar tiene los días contados. Tras el histórico acuerdo logrado el pasado 11 de junio, que pone fin a los cinco años de limbo en que quedó Gibraltar tras el divorcio británico del bloque, España y Reino Unido tienen pensado retirar la Verja a principios del año que viene, según ha adelantado El País.
Los gobiernos de España y Reino Unido esperan tener listo el texto jurídico definitivo del acuerdo en octubre, para que posteriormente se ratifique y entre en vigor alrededor de la Navidad, lo que permitiría retirar la Verja en enero de 2026. Según señala el ya citado diario, Bruselas considera acertada esa estimación de tiempos, pero no descarta alguna demora extra.
Así, el texto en inglés está prácticamente listo, pero según las fuentes de la Comisión Europea consultadas por El País, hay que tener en cuenta que hay que traducir el acuerdo a 23 idiomas y que todavía se tiene que aprobar en el Parlamento Europeo, por lo que puede haber algunas complicaciones que retrasen las fechas estimadas.
Con la supresión de la Verja, los controles se trasladarán ahora a puerto y aeropuerto, donde la Policía Nacional española será la encargada de realizar los controles Schengen completos, tras renunciar los británicos a que fueran agentes de Frontex y no españoles quienes asumieran esa tarea. «También quedarán acordados controles sobre visados y permisos y una estrecha cooperación entre las autoridades policiales y judiciales», asegura Exteriores.
Circulación de mercancías
Por lo que se refiere a la circulación de mercancías, han quedado fijados los principios que sustentarán la unión aduanera entre la UE y Gibraltar. En este sentido, está previsto que las mercancías puedan entrar sin controles por carretera tras haber sido sometidas a «las formalidades aduaneras en un puerto español».
Actualmente, la práctica totalidad de las mercancías que llegan a Gibraltar lo hacen a través de la Verja, tras llegar principalmente al cercano puerto de Algeciras, por lo que esto no supondrá un gran cambio. Las autoridades gibraltareñas han accedido a que sean las autoridades españolas las que realicen los procedimientos aduaneros, ya que carecen de capacidad para poder realizarlas en su territorio.
Armonización fiscal
Por otra parte, añade Exteriores, se ha llegado a un acuerdo sobre los principios de «imposición indirecta» que introducirá una convergencia con tipos europeos en Gibraltar por fases, incluyendo el tabaco. Esta «armonización fiscal», puntualiza el comunicado, «se extiende también a los impuestos especiales sobre carburantes y bebidas alcohólicas».
Además, se crea un mecanismo que garantizará el libre mercado y evitará distorsiones, para que esta libre circulación beneficie plenamente a toda la zona, subraya el departamento que encabeza Albares.
También se refirió a esta cuestión el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, en una entrevista en la GBC, en la que explicó que habrá una «cláusula de salvaguarda» y el Peñón cobrará una tasa de compra –nunca un IVA y no aplicable a servicios– mínima del 15% . Gibraltar, que parte de un tipo actual del 3%, tendrá un periodo de transitorio de tres años para llegar hasta el 17% y equipararse así al mínimo en la UE. Asimismo, Picardo aclaró a los gibraltareños que no podrán seguir reclamando la devolución del 21% del IVA que pagan por los productos que adquieren en España cuando regresan al Peñón, lo que a su juicio contribuirá también a «acercar los precios» a ambos lados.
Uso compartido del aeropuerto
El aeropuerto estará abierto para su uso civil tanto para vuelos británicos como europeos y españoles, y su gestión quedará encomendada a una empresa mixta. «Es otra apuesta por hacer de la zona un núcleo de prosperidad», defiende Exteriores.
El uso compartido del aeropuerto había sido una de las reclamaciones del Gobierno español, la cual chocaba con el hecho de que el aeródromo es también una base militar británica. Respecto a esta última, el ministro de Exteriores británico, David Lammy, ya dejó claro que seguirá funcionando como hasta ahora, con «cero cambios».