La hipocresía del Gobierno con los menas
La comparación de Ángel Víctor Torres entre niños ucranianos y marroquíes resulta capciosa si observamos los datos
Dicen que son «niños y niñas» que huyen de conflictos y que requieren de solidaridad. Pero de solidaridad ajena. Ese es el discurso cacareado por el Gobierno de España en los últimos años para justificar la acogida de menas (menores extranjeros no acompañados). Sin embargo, la realidad, como tantas otras veces, va contra el discurso del Ejecutivo socialista.
Los datos del Ministerio de Migraciones evidencian que el 60% de los menas proceden de Marruecos, que el 94% son varones y que, para más inri, solo alrededor del 30% son acreditados como menores tras las pruebas de determinación de edad. Es decir, que en la mayoría de los casos ni son niños (mucho menos niñas) ni huyen de conflictos armados.
Contra el dato, el relato en el que insistía este lunes el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, que preguntaba capciosamente al PP «¿por qué no se ponían impedimentos a la llegada de niños y niñas ucranianos y sí se ponen cuando son africanos?».
Lo primero que cabría responder al ministro es que los ucranianos huyen de un conflicto y se quedan temporalmente, no como los marroquíes, que no huyen de ninguno, proceden de un país que usa la inmigración como arma de guerra híbrida, y no se vuelven. Y lo segundo es que esa misma pregunta podría hacérsela a sus socios catalanes y vascos, que son los primeros que se han lavado las manos en el reparto de menas, o a compañeros de su partido como el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala. Digo yo que si apelan a la «solidaridad» con esos «niños y niñas», podrían predicar con el ejemplo.