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'Caso Mati Muñoz': Interpol investiga a otros trabajadores del hotel donde la asesinaron

Los agentes indagarán en los vínculos familiares de la directora del alojamiento con un policía local de Lombok

‘Caso Mati Muñoz’: Interpol investiga a otros trabajadores del hotel donde la asesinaron

Matilde Muñoz en uno de sus viajes por el sudeste asiático. | Cedida

A falta de que se conozcan los resultados de la autopsia de Matilde Muñoz, la policía local de Senggigi, la zona de playa en la isla de Lombok (Indonesia) en la que fue hallado el cuerpo sin vida de la española el pasado sábado tras dos meses desaparecida, ha dado prácticamente por cerrada la investigación. Tras la detención de dos hombres, un empleado y otro exempleado del hotel, el Bumi Aditya, en el que estaba alojada la víctima, los agentes barajan entregar el caso en los próximos días a las autoridades competentes. En paralelo, no obstante, la Policía de Indonesia ha asegurado que seguirá adelante con la investigación y, según confirman a THE OBJECTIVE fuentes próximas a la familia de Mati, Interpol también va a abrir pesquisas de forma paralela ante las sospechas de que haya más personas implicadas en el crimen. 

Según la versión de los acusados del asesinato, S.U., de 34 años, y H.R., alias Ge, de 30, ambos vinculados con el citado complejo hotelero, entraron a robar en la habitación de Matilde Muñoz, el bungaló 107, en la madrugada de 2 de julio, mientras ella dormía. Cuando buscaban dinero y objetos de valor en la habitación, la española se despertó y les recriminó lo que hacían. Los dos detenidos acabaron con su vida asfixiándola con las manos. En una primera declaración ante la policía de Senggigi, los trabajadores del hotel mantuvieron, sin embargo, que la víctima había fallecido tras ser empujada por uno de ellos tras una discusión. 

Tras robarle el dinero que tenía, unos 156 euros en metálico, envolvieron su cuerpo en una sábana y lo trasladaron a un cuarto próximo al bungaló que nadie utilizaba en el hotel. El cadáver, siempre según el relato de los dos arrestados, permaneció allí hasta el pasado domingo 24 de agosto. Ese mismo día, ante las primeras pesquisas del caso, los dos acusados decidieron tirar algunos objetos de Mati en un vertedero del hotel —encontrados por la policía local poco después— y trasladar el cuerpo hasta la playa de Batu Bolong, donde tras cavar un pequeño hoyo, depositaron lo que quedaba del cuerpo de la española de 72 años. Los investigadores creen que decidieron acabar con ella ante la posibilidad de que les conociera y de que uno de ellos, trabajador del complejo, fuese despedido por ello.

Incógnitas del caso

Para el entorno de Matilde Muñoz, sin embargo, son todavía muchas las incógnitas que quedan por despejar. Tanto la familia como las amigas de Mati, que se han encargado de hablar con la prensa para que el caso tuviese notoriedad, la gerente del hotel, Nurmala Hayati, y Abhi, su mano derecha y encargado del mantenimiento, han estado en el centro de la sospecha por todas las incongruencias que han manifestado en los dos últimos meses. Por este motivo, según ha adelantado ABC y ha confirmado este periódico, Interpol y policías llegados desde Yakarta investigarán al personal del hotel y también las conexiones familiares que al parecer tiene la directora del alojamiento con la policía de Senggigi para descubrir si el caso ha estado viciado desde el principio.

«¿Cómo es posible que el cuerpo de Mati estuviese en el cuarto del hotel un mes y medio y la responsable no lo supiese? ¿Por qué Nurmala nos mintió desde un primer momento y nos dijo que se había ido a Laos durante dos semanas? Está claro que la policía local no está viendo cosas o las está tapando», denuncia Aarti Fernández, amiga de Matilde, en conversación telefónica con THE OBJECTIVE. El sobrino de la víctima, Ignacio Vilariño, también ha apuntado este lunes en la misma línea, en declaraciones a EFE: «No solo son ellos dos, hay más gente implicada, así lo creemos absolutamente». 

Laos, la denuncia y la moto

Cabe recordar que, entre las incongruencias de Nurmala Hayati, según denuncia el entorno de la fallecida, está la de que no pudiese supuestamente denunciar la desaparición porque no era familiar de Matilde, algo totalmente falso. Principalmente, porque tras las dos denuncias en España, el abogado de Mati fue el que finalmente la interpuso en Lombok. En una conversación a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, Hayati le cuenta a un sobrino de la víctima que «ha estado en la comisaría de policía y, como resultado, no ha podido poner una denuncia porque no es familia de Matilde». Y prosigue: «Tengo familia en la policía y les he pasado una foto de Matilde, con la esperanza de que puedan ayudarnos a saber dónde está. Os ayudaré en todo lo que pueda». Un vínculo entre la responsable del hotel y el cuerpo local que ahora investigará Interpol. 

Antes, no obstante, la gerente del Bumi Aditya siempre había mantenido que Matilde estaba en Laos. Fue lo que trasladó a una pareja de amigos de la víctima con los que había quedado el 24 de julio y que, tras ser contactados por las amigas de la desaparecida, se acercaron al hotel días antes para tratar de averiguar cuál era su paradero. La trabajadora les aseguró que se había marchado e incluso les enseñó un mensaje de WhatsApp, que en teoría la propia Mati había mandado a Mala. En el mismo, con fecha de 5 de julio, la desaparecida decía: «Perdón mala, estoy en Laos, no podré volver hasta dentro de dos semanas».

El círculo íntimo de la desaparecida, sin embargo, siempre descartó que lo mandase Matilde porque llevaba cinco días sin hablar por teléfono con ninguno de sus conocidos y, sobre todo por la gran cantidad de las faltas ortografía que tenían los mansajes. Además, tenían la certeza de que no tenía ninguna intención de irse a Laos, sino que planeaba irse a finales de julio a Bangkok, según le contó a una amiga en el último audio que mandó Mati antes de que acabasen con su vida. Tenía comprados incluso los billetes, aseguran las fuentes consultadas por este periódico. 

La habitación de Mati Muñoz

Otra incongruencia que también detectó la familia fue que el personal del hotel justificó que entró con la llave de repuesto en la habitación de la desaparecida, días después, porque debía devolver el casco y la moto que Mati tenía alquilada para moverse por la isla. Así se lo había trasladado el dueño de la empresa de alquiler. Las amigas de la azafata jubilada hablaron con el responsable de la citada compañía, pero les negó tal extremo. Es más, según consta en una conversación de WhatsApp, el hombre era amigo de la propia Matilde, y solía darle clases de inglés y español. Estaba preocupado porque llevaba más de una semana sin verla por allí. 

Por otro lado, también descubrieron que en la habitación, además de estar completamente desordenada e incluso con colillas por el suelo —algo totalmente inusual en Matilde—, la televisión también había desaparecido. Los trabajadores del hotel siempre mantuvieron que no había, pero la desaparecida pasó a finales de junio una foto de su estancia a sus amigas, donde, según ha podido comprobar este periódico, se observa la pantalla justo enfrente de la cama. Si hay algo que terminó de disparar las sospechas de la familia fue cuando, tras una primera inspección del hotel, los empleados del hotel llevaron a la policía local a la habitación 111 cuando la de Mati era la 107. «¿Pero cómo puede ser posible? Es para alucinar, de verdad. Y los policías ni se enteraron», denuncia el entorno de Mati.







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