Boris Izaguirre: «A mí me encanta pagar impuestos, me parece un deber cumplido»
El escritor y presentador, a punto de cumplir 60 años, repasa su vida personal y profesional en ‘El rincón de Espe’
Boris Izaguirre (Caracas, 1965) es escritor, guionista, presentador y una de las figuras más carismáticas de la televisión en el ámbito hispano. Se dio a conocer en España en los años noventa como guionista de series de culto como La tía Tula o La dama de rosa, y más tarde alcanzó una enorme popularidad como colaborador en programas de televisión, donde su ingenio, sentido del humor y estilo inconfundible lo convirtieron en un referente mediático. Finalista del Premio Planeta con Villa Diamante en 2007, ha cultivado con éxito la novela, el ensayo y la crónica, siempre con una mirada lúcida y provocadora sobre la sociedad y la cultura. Cosmopolita, versátil y apasionado por la comunicación, Boris Izaguirre repasa junto a Esperanza Aguirre su vida personal y familiar en sus «dos culturas»: España y Venezuela.
ESPERANZA AGUIRRE: Boris, muchísimas gracias por haber aceptado venir a El rincón de Espe. No sabes la ilusión que me hace.
BORIS IZAGUIRRE: Y a mi también la ilusión que me hace poder estar contigo y, sobre todo, tratarte de tú, porque no es por nada Esperanza, como tú eres una mujer tan importante, estaba todo el tiempo pensodo que lo importante es dejar claro que nos podemos tratar de tú, porque también tenemos años conociéndonos.
EA: Y tanto.
BI: Nos conocimos haciendo primero una entrevista en la Cadena Ser en La Ventana, cuando estabas en el Senado. Me acuerdo perfecto que yo estuve muy empeñada en decir no, no, tenemos que tratarla de usted, porque también es cierto que cuando no te conoces yo creo que estoy más acostumbrado a moverme en el usted y luego pasar al tú.
EA: Boris, yo aquí procuro traer a gente que le interesa a todos los españoles. Y tú, desde luego, eres uno de ellos.
BI: Muchas gracias.
EA: Una de las cosas que querrán saber porque estamos a 1 de septiembre es qué tal las vacaciones.
BI: Han sido muy bonitas, sobre todo porque pude visitar a mi padre en Venezuela. Ya sabes que es mi país de origen.
EA: ¿Qué edad tiene tu padre?
BI: Mi papá tiene 94 años y es viudo. Mi madre murió lamentablemente en el 2014 y él vive extraordinariamente bien, muy cuidado por mi hermano mayor, que también es una oportunidad de estar con él, que lo disfruto muchísimo porque le tengo mucha admiración de su esposa, que se ha convertido como un ángel de la guarda en la casa de mi padre y es una visita muy agradable también a veces conflictiva, porque Venezuela es un país difícil.
EA: ¿Vamos a dejarlo solo en difícil?
BI: Me gustaría decirte que sí, que para mí es importante mantener esta especie de tregua que he conseguido con mi propio país y también con mi propio hecho de haber sido una persona que de repente se marchó de allí, nunca por razones políticas, sino por razones muy personales. Yo acepté un trabajo que me hicieron en la televisión de Galicia y ese trabajo permitió que yo luego conociera a Rubén en esa misma ciudad y ya mi vida pues se organizó. Yo adopté la nacionalidad en el 99.
EA: Tendrás la doble.
BI: Tengo la doble. Y eso durante un tiempo fue muy conflictivo porque las leyes del gobierno actual venezolano pues no ven con buenos ojos que tú andes con dos pasaportes en ese país y sobre todo que no te hagas el venezolano. Y durante mucho tiempo fue muy difícil conseguir el venezolano. Yo afortunadamente el año pasado lo conseguí y desde entonces pues puedo viajar con esta tranquilidad.
EA: Seguro que en Venezuela tendrás muchísimos admiradores también, ¿no?
BI: Pues sí, la verdad que han crecido mucho con los años también. Yo creo que ha ayudado mucho MasterChef. De hecho, en la calle me paran y me dicen: «Boris MasterChef», que me da mucha risa. Yo creo que yo todavía sigo siendo en Venezuela el hijo de Rodolfo y Belén. No solamente lo soy para mí mismo, pero también lo creo que lo soy mucho para la gente.
EA: Boris, estás lleno de admiradores. ¿Por qué crees que todos los españoles te quieren?
BI: Siempre he pensado que este a lo mejor yo fui como muy honesto al principio. Mis primeras apariciones, como tenía que aparecer hablando en gallego y lo tenía que leer, ponían como un humo así para que no se viera que yo estaba leyendo el texto en el idioma. Yo soy experto leyendo el telepronter, lo aprendí mucho en Telemundo y me encanta.
EA: Yo lo usaba siempre, hasta en el parlamento.
BI: ¿Y en el parlamento los tienen? Pues me parece muy bien.
EA: En el Parlamento de Madrid los puse yo, claro. Si tienes un hemiciclo, pues el telepronter es una maravilla porque te estás dirigiendo a la oposición.
BI: Pero también mucha gente piensa que eso podría restar naturalidad.
«Nunca he ocultado mi acento. Tampoco mi pluma, ni muchas de mis opiniones y orientaciones, y eso yo creo que sentó bien»
EA: Me hizo mucha gracia porque yo presentando una vez quiénes eran los candidatos a las alcaldías de los municipios de Madrid, tenía que decir el nombre y dos apellidos de la candidata. Doña Carmen García San Juan, el municipio de El Escorial, lo que fuera. Y entonces las señoras que estaban ahí: «¡Qué cabeza tiene esta mujer! ¿Cómo se sabe los nombres de los pueblos?»
BI: Yo creo que en una época, perdona que de repente divague mucho con este tema, pero es que me encanta. Soy muy defensor también de que la buena naturalidad es la que es ensayada y por ejemplo la que puede ser incluso leída. En una época, Obama, que tenía una dicción increíble en su idioma y una oratoria fantástica, una manera de construir, se le acusó de que leía prompter y es probable que lo leyera, pero lo hacía muy bien.
EA: ¿Por qué te crees tú que te quieren los españoles?
BI: Insisto que en eso yo creo que ha sido la honestidad. Bueno, yo nunca he ocultado mi acento. Tampoco nunca he ocultado mi pluma, ni tampoco he ocultado muchas de mis opiniones y de mis orientaciones, y eso yo creo que sentó bien. Y luego yo pienso que yo entendí que el sentido del humor es algo muy importante en esto.

EA: Esa era la otra pregunta que te iba a hacer. ¿Cómo utilizas el sentido del humor? Para mí el sentido del humor es lo más importante.
BI: Yo creo que aprendemos a valorar muchísimo la ironía como una demostración de inteligencia en las personas y yo a veces ni me molesta, que es ironía, pareciera a veces perderse, pero también pienso bueno, es que es una cosa para la gente que realmente está tranquila con su propia inteligencia y es probable que en los años que uno vive necesitas la madurez para también tranquilizarte con tu inteligencia y respetar la ironía y aceptarla.
EA: Hablando de madurez, tienes que decir a los espectadores porque esta entrevista va a salir justamente cuando va a llegar a la que me dijo a mí José Pedro Pérez Llorca, que en paz descanse, cuando cumplí esa edad, me dijo que sepas que estás llegando a la mejor década de la vida.
BI: Yo estoy convencido de ello. Voy a cumplir 60 años.
EA: 60 y mira cómo está.
BI: También he recibido mucha ayuda, tanto de Maribel Yébenes como de mí mismo y de mi entrenadora en la piscina, Nayara, que le mandó un beso enorme. Alfredo y otro entrenador. Y la verdad que sí, mucha ayuda he recibido. Pero bueno, la verdad que es el 29 de septiembre todavía en este momento de esta entrevista sigo teniendo 59 años. Es que yo creo que a mí lo que me interesa es ser septuagenario.
EA: Esa soy yo.
BI: Me parece fenomenal. Y estás estupenda. Y yo creo que el 70 hace buenísimo. Yo he acompañado a a muchas amigas mías a cambiar de décadas y he visto que yo creo que el mejor proceso es el que va de los 50 a los 70, y yo creo que me gustaría también vivir mis 60 años como una preparación para llegar a los 70.
EA: Cambiar de décadas es estupendísimo, pero creo que aún lo valoramos más las personas que hemos tenido algún contratiempo en la salud. Yo he tenido un cáncer. Y yo sé que tú has tenido un ictus.
BI: Yo tuve un ictus que la verdad es increíble cuando lo recuerdo, como nos fuimos dando cuenta. El ictus fue eso, que lo que te iba a decir. Yo estaba intentando entrar a la casa, ya había tenido un evento un poco extraño grabando un episodio de MasterChef que fui como invitado. No es que fuera que fuera un negro en mi visión, sino que directamente no tenía referencia ninguna de ese sitio. Y me asombré mucho. Ellos reaccionaron también, porque eso se ve inmediatamente. Samantha me preguntó: «¿Pero qué te pasa? ¿No has dormido o algo así?» Pasó todavía una semana entera para que realmente yo fuera a hacerme unos exámenes y en los exámenes dijeran que podían detectar que a lo mejor podía haber un tumor cerebral. Y ahí sí que me di cuenta. Y es verdad que vino a visitarme Isabel Preysler y de repente ver a Isabel allí ya un poco me dio a mí todavía más sensación de que la situación era importante porque Isabel realmente estaba allí.
EA: ¿Qué relación tenías con Isabel?
BI: Tengo una relación muy grande. Ha sido una amiga extraordinaria durante muchos años. Una persona que admiro muchísimo y me encanta compartir muchas cosas con ella. Y en ese momento me pareció que realmente ella estaba allí un poco también para ‘enseriarme’.
EA: ¿Enseriarte?
BI: Porque yo estoy convencido que todo esto sucedió porque yo de repente me descarrilé. Y fue importante porque yo creo que no solamente sirvió para ubicarme, sino también para liberarme, porque muchas veces este tipo de situaciones conllevan una cierta esclavitud.
« Me hubiera gustado haber entendido un poco más la bisexualidad. ¿Por qué quedarse restringido solo a una parte?»
EA: ¿Y qué es lo que tenías? ¿Un tumor?
BI: Se descubrió que era un coágulo. Un coágulo en la carótida derecha. En abril del 22. Era Semana Santa.
EA: Después de la pandemia.
BI: Muchos amigos míos opinan que puede tener con las vacunas o no…
EA: A mi marido le dio un ictus también después de la vacuna.
BI: ¿Y cómo lo viviste?
EA: Con mucha suerte, porque resulta que cuando te hacen un scanner escáner con contraste, el contraste deshace los coágulos. Entonces llegamos al hospital y el médico le dijo: «Levante los brazos». Y entonces dijo: «al escáner». Y el escáner le disolvió el coágulo.
BI: A mi me lo tuvieron que operar con una anestesia local. Me acuerdo de eso perfectamente. Es verdad que yo no puedo acabar con mi propia cosa histriónica, pero en mi visión de las cosas, de repente me miré las uñas y me di cuenta que no estaban bien.
EA: Las uñas.
BI: Las uñas de las manos y de los pies. A mí me crecen mucho. Es una cosa de los Izaguirre que tenemos, como uñas de vampiro. Y te hierve. Debe de ser por una verdad que yo no puedo entrar en un quirófano en este estado.
EA: ¿Y te hiciste la manicura?
BI: La pedí porque en esa época por la pandemia la habían retirado. Pero tú imagínate Esperanza, si algo llegaba a pasar ahí y de repente lo último que aparecía de mí era yo con unas uñas largas. Y también dije que si me van a poner esa bata de las operaciones de los hospitales, pues si pudiéramos buscar la manera posible de que yo tenga algo por lo menos debajo, un poquito más adecuado. Y me permitieron ponerme un bóxer que me compré.
EA: Bueno, Boris, yo he leído que a ti lo que de verdad te enseñó, tu mundo académico, fue la televisión. Mucho. Y dentro de la televisión, ¿qué programa es el que más te enseñó a ti?
BI: Yo empecé escribiendo telenovelas. La dama de Rosa, que fue una telenovela. La Dama de Rosa es una adaptación muy libre de El Conde de Montecristo, de Gabriela Suárez.
EA: ¿Cuántos años tenía cuando llegaste a España?
BI: Tendría 26 años. He vivido más tiempo de mis 60 años en España que en Venezuela. Y a mí me gusta pensar así. Y me encanta tener dos países, tener dos pasaportes.
EA: Dos patrias. Es muy bonito.
BI: Porque me parece muy importante incluso como ejercicio de integración.
EA: Dos patrias, dos banderas.
BI: Sí, dos familias, exacto. Porque al final es cierto que los países y sus culturas se convierten también en amores. Yo la idea de patria, la verdad que te la respeto muchísimo, pero yo prefiero más lo de las dos culturas. Y prefiero muchísimo más lo de tener siempre todo en dos. Como por ejemplo, yo a veces pienso que quizás yo me quedé un poquito corto en ser de una sola sexualidad.
EA: ¿Ahora quieres ser multisexual?
BI: Me hubiera gustado haber entendido un poco más la bisexualidad. ¿Por qué quedarse restringido solo a una? Pero sí es cierto que en mi época, considerabas que la gente que se declaraba bisexual era porque no tenía el coraje suficiente para asumir la homosexualidad. Y eso también fue una ideología que de alguna manera a mí me sirvió un poco para también manifestarme y reivindicar muchas cosas sobre lo homosexual, pero creo que ya están reivindicadas.
EA: Y tu padre, que tiene 94 años, ¿qué opina de la situación en Venezuela?
BI: Él es mucho más crítico y mucho más feroz con la situación en Venezuela que lo que puedo ser yo, porque mi punto de vista es que a mi papá lo respetan muchísimo. Sigue publicando en el periódico El Nacional, que es un periódico prohibido y muy vigilado y sometido.
EA: Si quieres mantener la facilidad de ir allí a ver a tu padre cuando quieras, es bueno que no seas crítico. Pero nos puedes contar qué opina tu padre.
BI: El considera que es una dictadura. Nunca estuvo de acuerdo con Chávez. Yo me acuerdo muy al principio, cuando esto era una discusión en la familia. Mi papá decía: «No podemos estar de acuerdo con un militar», porque es verdad que en la generación de mi padre las dictaduras que eran básicamente militares y entonces él consideraba que eso le hacía muy difícil encajar el discurso de Chávez de otra manera. Y ya desde ya, desde el principio fueron ellos a todas las marchas desde el 2001 al 2004, cuando hubo el referéndum, todas esas cosas ellos la vivieron.
EA: Porque él había dado un golpe de Estado.
BI: Yo viví ese golpe de Estado, Esperanza. Y eso sí te puedo hablar perfectamente porque me acuerdo de ver a mi madre en camisón, que también es una visión. Es decir, en un golpe de Estado puede pasar que de repente ves a tu madre en camisón diciendo esto es un golpe de estado y mi hermana y yo completamente así, riéndonos un poco porque pensamos que era una mujer muy seria, muy pequeñita, pero muy seria. Me dijo: «mira, es que ustedes nunca han vivido un golpe de Estado, no saben de lo que trata». Mi mamá se murió a los 82 años. O sea, era dos años menor que mi papa.
EA: ¿En qué barrio de Caracas?
BI: San José, que es como la parte de arriba de la Pastora. Ellos nacieron allí y es increíble que vivieron allí. Hicieron vidas muy separadas y de repente, en un momento determinado de los años 60, se se encontraron y yo creo que se enamoraron profundamente. Y luego decidieron tenerme a mí. Y yo soy un poco como el hijo. Yo soy el del medio. Luego viene mi hermana Valentina, que es la última.
EA: ¿Y cómo conseguiste hablar gallego?
BI: Lo escribía y lo intentaba decir lo más fonéticamente posible, pero la verdad que también en el momento determinado pues desistimos de todo ello porque era un poco enrevesado y luego sobre todo que era un poco muy mentira, me tenía que poner esa cortina de humo para que no se viera. Lo que yo leía era el horóscopo en un programa de televisión de la mañana. Pero yo no soy astrólogo, yo tampoco soy brujo. Y en irme de un día caminando por la calle Santiago. Una señora me dijo: «Por favor, dime que le va a pasar a los acuarios». Y yo, señora, no le puedo mentir aquí en la calle.
EA: ¿Cómo se llama tu horóscopo?
BI: Libra como Rubén. Y así somos. Y así hemos estado juntos. No es buena idea dos Libras juntos, muy difícil tomar decisiones.
EA: Te lo iba a decir.
BI: Es muy difícil tomar decisiones porque los Libra somos muy indecisos y a todo le damos una vuelta. Pero mira, con todo y eso, tenemos 33 años tomando una que otra decisión.
EA: ¡Qué maravilla! Bueno, ¿alguna otra cosa que quisieras decir a todos los admiradores que tienes en España?
BI: Me ha encantado venir aquí a conversar contigo. Cuando quedé finalista del Premio Planeta, tu viniste a acompañarnos a entregarlo en el Ritz. Y también Juan José Millás, que era el Premio Planeta de ese año, había sido siempre bastante más crítico contigo que yo, pero yo me acuerdo de decir que agradecía muchísimo tu presencia, porque eso significaba que el diálogo realmente es posible y que dos personas que no necesariamente piensan igual pueden pasar un tiempo muy agradable conversando.
EA: Sin duda. Yo es que te agradezco muchísimo que hayas venido, porque sé que tienes muchísimos admiradores.
BI: Millones nos vendrían bien para el Instagram, para monetizar mi Instagram, pero con los que tenemos es suficiente. Y agradezco mucho que que creo que a lo largo de los años tenemos esta amistad curiosa donde sabemos sondear las cosas en las que a veces no estamos de acuerdo, con las que en realidad sí estamos de acuerdo.
EA: En la mayoría estamos de acuerdo. En la política estaré más de acuerdo con tu padre.
BI: Yo creo que con el tiempo es verdad que uno va un poco también perfilando. Probablemente, parte del proceso de madurez, uno es más tolerante con ciertas cosas políticas que en otro momento.
EA: Yo creo que no se puede ser tolerante con la intolerancia, por eso a mí no me gusta el mundo del islam, porque creo que son intolerantes, entonces es muy difícil tolerarlo.
BI: A veces no sé si decir una frase como esta no pueda ser también un poquito como extremadamente conservadora.
EA: Si quieres conservar la libertad, la propiedad, el imperio de la ley. Todo eso es Occidente.
BI: Y en eso yo creo que estamos en ello.
EA: No todas las culturas son iguales.
BI: ¿Y a veces no te preocupa pensar que también hay un proceso de decadencia inherente en el propio Occidente?
EA: Claro que me preocupa. Por supuesto que me preocupa, porque hemos decidido que todas las culturas son iguales y no, no todas las culturas son iguales.
BI: Y esa cosa de igualarse que es una cosa. Yo lo he visto mucho pasar en el chavismo, por ejemplo.
EA: Yo no estoy de acuerdo con la lucha contra la desigualdad. La desigualdad no ha matado a nadie. Lo que mata es la pobreza. Yo soy la mayor de ocho hermanos. Mismo padre, misma madre. No podemos ser más diferentes.
BI: Pero también alguna persona te puede decir que precisamente plantearlo así estás un poco más cerca del liberalismo y el liberalismo a veces ha sido muy salvaje.
EA: Pues no, yo no lo creo. Yo creo que el liberalismo es lo mejor que podemos hacer.
BI: Me encanta oírtelo decir.
EA: Yo soy liberal, lo he sido toda mi vida.
BI: Me encanta. Y no crees que también algunas veces uno puede llegar a también a pensar sobre todo si uno se ha criado en el liberalismo. Yo me vine a vivir a un país que se ha ido desarrollando todavía mucho más a lo largo de estos 33 años. Y ha entrado en todas esas políticas liberales. El producto soy yo mismo. Entonces yo tengo esa contradicción.
EA: Ojalá que hubieran entrado políticas liberales aquí. ¿Tú has visto la motosierra de Milei aquí en España?
BI: ¿Y tú estás de acuerdo? A mí me encanta pagar mis impuestos.
EA: ¿Te gusta pagar tus impuestos?
BI: Sí. No tengo ningún problema. También recibí una lección y una colleja importante cuando tuve una sociedad, como muchas personas en mi profesión. Pagué mi multa, que me parece muy bien. Yo sí estoy de acuerdo en pagar impuestos. Precisamente por eso no soy rico. Y porque veo que las personas que tienen más problemas para pagar impuestos generalmente son las personas con más beneficios. A mí como ciudadano, me parece realmente un deber cumplido poder pagarlos. Es verdad que últimamente he conseguido esta fórmula que exijo en todos mis contratos que retengan la mayor cantidad posible.
EA: Para no tener que pagar.
BI: Para que no vuelva a pasar esta situación. Por ejemplo en Venezuela no tenemos la cultura de impuestos. Te lo enseñaban en la clase de Moral y Cívica, que era una asignatura que teníamos con ese nombre.
EA: ¿Y qué decían? Que había que pagar impuestos.
BI: Los impuestos han de pagarse. Era una gran contradicción. Pero bueno, el Tercer Mundo es así.
Era una gran contradicción. Pero bueno, el Tercer Mundo es así.
EA: ¿Venezuela cómo va a ser el Tercer Mundo?
BI: Yo tengo 60 años escuchando que nosotros pertenecemos a una cosa que se llama en vías de desarrollo.
EA: Bueno, España también, cuando yo nací, por supuesto. Nos convertimos en la novena potencia del mundo con el denostado Franco.
BI: Hay que saber revisar a Franco. Yo me he leído el libro de Ian Gibson y me lo leo varias veces. También porque tiene que ver con la novela que yo quiero escribir.
EA: ¿Sobre qué quieres escribir la novela?
BI: Es una novela que empieza en Madrid en 1954. Mi protagonista en esa fecha cumple 40 años y entonces es la historia, como esta mujer de repente, tiene que enfrentar sus 40 años a esa sociedad. Y es actriz y ha tenido un gran éxito como actriz, pero de repente se ve involucrada en situaciones más complicadas.
EA: El Premio Planeta, con tus 60.
BI: El premio Planeta siempre ya sabes que para mí quedar finalista fue un cambio muy grande, porque me permitió luego escribir todo lo que quería escribir. Fue como un impulso, y luego me hizo parte de un club del que me siento muy orgulloso de formar parte.
EA: Boris, muchísimas gracias. Muchísimas gracias por estar aquí. Yo sé que este podcast se va a ver mucho.
BI: Se nos ha ido el tiempo, pero realmente en una nube hemos entrado. Te lo agradezco enormemente.