Caos en las cárceles catalanas por la invasión de drones con droga y móviles para presos
Se disparan los incidentes con drones furtivos que abastecen ilegalmente a los reclusos de las prisiones catalanas

Un agente de los Mossos junto a un dron. | Generalitat de Cataluña
La Generalitat de Cataluña lleva tiempo desarrollando la denominada Policía Aérea de Mossos d’Esquadra, una «fuerza aérea» -así la define el Govern- nacida para el control del espacio aéreo catalán. Sin embargo, pese a lo prometido, la falta de medios y de coordinación ha provocado que se den situaciones de «auténtico caos» en un escenario concreto: las prisiones catalanas, donde los funcionarios denuncian que la entrada de drones clandestinos cargados de estupefacientes y teléfonos móviles es cada vez más frecuente. «No hay semana que no se notifique uno o dos incidentes», señalan fuentes sindicales. Mientras, la prisión de Brians se consolida como una de las más violentas y peligrosas de España.
«El Plan Estratégico de la Policía Aérea de Cataluña quiere desplegar la fuerza aérea de los Mossos d’Esquadra en los años entrantes y controlar el espacio aéreo». Así declaraba en 2024 sus intenciones el Gobierno de Salvador Illa al presentar su flota de 24 drones con la intención de asumir la vigilancia de los cielos catalanes. Sin embargo, de lo prometido al hecho hay un largo trecho. Al menos así lo están experimentando en primera persona los funcionarios de las prisiones catalanas, que denuncian a THE OBJECTIVE la situación límite a la que se están enfrentando en materia de seguridad.
Según explican estas fuentes, los incidentes con drones controlados por delincuentes que introducen efectos prohibidos en las cárceles catalanas son cada vez más habituales. Los «ovnis», como ya los han bautizado, son frecuentes en centros penitenciarios como Brians 1 y Brians 2, donde las mafias que controlan las cárceles recurren a los aparatos no tripulados de cierto tamaño para introducir por el aire droga y teléfonos móviles, los dos bienes más preciados en el mercadeo entre presos.
Un «ovni» de madrugada
Esta misma semana se ha producido uno de esos incidentes. Según fuentes penitenciarias, el personal de la prisión detectó pasadas las dos de la madrugada la presencia de un aparato sobrevolando el módulo 1 de Brians. En esta ocasión fue visto en vuelo, algo que no siempre ocurre y que impide actuar. Rápidamente, se peinó la zona del patio para intentar detectar si el dron había lanzado algo en esa área, detectando e incautándose de un paquete que contenía barras de hachís y un teléfono móvil. La descarga estaba pactada de antemano con alguno de los presos con más poder de la prisión. El hallazgo, explican, fue puesto en conocimiento de los Mossos d’Esquadra, que abrieron diligencias de investigación.
Incidentes como estos son cada vez más comunes en las prisiones catalanas sin que prácticamente se pueda hacer nada para evitarlo. «No se pueden abatir a tiros y quienes los operan saben cómo sortear los sistemas inhibidores que hay instalados», explican fuentes penitenciarias. La otra opción es que la vigilancia de Mossos pueda lograr abatirlos antes de que lleguen al centro penitenciario. Sin embargo, pese al anuncio de un plan de medios antidron por parte de la dirección de Mossos, no hay en estos momentos en servicio ningún arma específica capaz de hacer frente a estos aparatos.
Sin rifles antidron ni medios
Los Mossos, explican fuentes del cuerpo, sí disponen de un sistema móvil para crear una especie de cúpula digital capaz de detectar cualquier dron -incluso los de reducido tamaño- y, si así lo decide el operador, derribarlo. Se denomina Kuppel, es de diseño y fabricación alemana y ya ha sido instalado en el aeropuerto de El Prat, en el complejo petroquímico de Tarragona y en el Camp Nou.
Sin embargo, este sistema no es barato y la Generalitat no lo ha impulsado para su implantación de los centros penitenciarios de la región. Las unidades de Mossos responsables de la vigilancia de las cárceles atraviesan por problemas de efectivos y carencias de medios, tal y como han denunciado. Según explican fuentes policiales, se ha llegado a plantear al departamento de Interior la adquisición de rifles antidron como los que tiene en servicio la Policía Nacional -el UAV Jammer UAV-D04JAI-, capaz de derribar un dron con una señal eléctrica que inutiliza su sistema de navegación o roba el control del aparato a su operador original. A día de hoy, la petición no ha sido atendida.
Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE en las prisiones catalanas, la dejadez en este aspecto supone «un grave error de cálculo». «De momento es droga y móviles, pero en algún momento pueden ser armas blancas o algo peor. No sólo es un riesgo para los internos, sino para el personal que trabajamos en estos centros. De qué sirve tres rondas de cacheos o pasar por arcos a las visitas si por el aire te entra de todo sin que te enteres».