La Comisaría de Información no alertó a los policías de la presencia de radicales en la Vuelta
No se trasladó el informe preliminar previo para conocer el perfil de los manifestantes y su posible peligrosidad

Altercados violentos contra la Policía en el final de La Vuelta. | EFE
La falta de coordinación operativa durante la última etapa de la Vuelta Ciclista a España sigue generando un terremoto interno en la Policía Nacional. Una de las principales críticas apunta directamente al comisario general de Información, Javier Antonio Susín Bercero, ascendido al cargo por el ministro Fernando Grande-Marlaska hace un año. Según fuentes policiales consultadas por THE OBJECTIVE, la Comisaría General de Información (CGI) no distribuyó a las unidades operativas el habitual informe de previsiones, que suele entregarse días antes de cualquier evento sensible desde el punto de vista del orden público. Este documento, elaborado por la Brigada de Información, era fundamental para que las unidades desplegadas en la calle —en este caso la Unidad de Intervención Policial (UIP), los Guías Caninos, la Unidad de Subsuelo, Brigada Móvil, Drones y Antidrones, y las comisarías locales de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes— conocieran el perfil de los manifestantes, su número estimado y su posible peligrosidad.
Esta vez, el informe simplemente no existió. «Nos mandaron a ciegas. No sabíamos ni cuántos eran, ni de qué grupo, ni qué intención traían. Nada. Es la primera vez que pasa algo así», denuncian fuentes policiales a este periódico. «Siempre, aunque la información no sea del todo precisa, al menos se nos da algo. Esta vez no hubo absolutamente nada. Una chapuza». Los efectos de esa falta de previsión se vieron en las calles del centro de Madrid, donde se registraron disturbios que se saldaron con 22 agentes heridos y solo dos radicales detenidos.
A pie de calle, el desconcierto fue absoluto. «Nos encontramos con grupos muy organizados, claramente coordinados, pero nadie nos había advertido de su presencia. La Brigada Provincial de Información (BPI), que normalmente nos informa previamente, esta vez no dieron nada, ni una pista», explican desde una de las unidades desplegadas el domingo. «No hubo ni informe preliminar, ni análisis, ni evaluación de riesgos. Nada. Y eso no se le puede achacar a un fallo humano: fue una decisión», afirman categóricamente fuentes cercanas a la estructura operativa.
No les dejaron actuar
La indignación en el seno de la UIP —Unidad de Intervención Policial— es palpable. Considerada por muchos como la mejor unidad de orden público del mundo, su reputación ha quedado seriamente dañada por lo que muchos dentro califican como una operación «boicoteada desde arriba». «No nos dejaron hacer nada. Nos tuvieron con las manos atadas mientras nos lanzaban vallas, cascotes, conos, botellas y latas de cerveza». Más allá de la ausencia de inteligencia previa, en la Policía se empieza a hablar abiertamente de una «influencia política directa» en el fracaso del dispositivo. Según señalan fuentes internas, desde el Ministerio del Interior se habrían dado instrucciones de «no escalar» la respuesta policial. «La orden era clara: aguantar y no actuar. Pero ¿cómo se supone que vamos a proteger a los ciudadanos, y a nosotros mismos, si ni siquiera sabemos quién tenemos delante?», se pregunta un mando intermedio.
La desmoralización en la UIP ha alcanzado niveles preocupantes. «Muchos compañeros se están planteando pedir la baja de la unidad. Nos sentimos vendidos. No solo por la falta de medios, sino por la falta de respaldo institucional. Aquí se ha jugado con nuestra seguridad para evitar titulares incómodos». Pese a no tener esos informes previos sobre el terreno, los agentes pudieron identificar in situ, tal y como ha adelantado El Mundo, a un total de nueve personas condenadas por terrorismo de ETA que buscaban unirse a las reivindicaciones que terminaron por obligar a suspender la última etapa de la Vuelta Ciclista a España. Algunos han estado en prisión por pertenecer a la kale borroka, causar desórdenes públicos y colaborar con la banda terrorista. Las mismas fuentes apuntan que con el informe preliminar previo estas personas podrían haber sido identificadas antes de llegar a la capital desde el País Vasco.