Los tíos de Begoña Gómez explotaron otra 'sauna' hasta que Sánchez ganó las primarias
El local se encuentra en el barrio de Tetuán y aparece vinculado a Francisco Enrique y Conrado, hermanos de Sabiniano

Begoña Gómez. | Una ilustración de Alejandra Svriz
Dos de los tíos paternos de Begoña Gómez –Francisco Enrique y Conrado– mantienen cargos en una empresa que ha estado vinculada a negocios de prostitución, saunas y masajes. THE OBJECTIVE ha podido constatar que la sociedad RE 121, creada en 1999, sigue administrada de forma solidaria por los hermanos del padre de Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno. Junto a ellos, con el mismo cargo, está Roberto Hernández. La sede de la empresa está en San Bernardo, 38 (Madrid) y permanece en apariencia activa, según el registro Insight View.
En esa dirección postal está el edificio de Muface en el que la familia Gómez regentaba varios inmuebles, entre ellos una sauna gay –Adán-, que ya ha sido cerrada, y el ático arrendado por apenas 850 euros mensuales a la mutua pública que luego dividieron en 14 habitaciones y terminó convirtiéndose en una próspera pensión, como desveló en exclusiva THE OBJECTIVE. Junto a la sauna Adán, la familia política de Pedro Sánchez fue desarrollando otros negocios sexuales vinculados a su empresa San Bernardo 36. Es el caso de la Azul, en la calle Concepción Arenal, y la sauna Princesa, muy próxima a la calle que lleva ese mismo nombre en la capital.
Pero no fueron las únicas sociedades que se dedicaron a la explotación de negocios familiares. RE 121, administrada por la familia de Begoña Gómez, ha estado vinculada durante años a algunos de los locales de alterne y sauna radicados en la calle Pensamiento, 27, muy cerca del Paseo de la Castellana y de la estación de metro de Cuzco. Estos negocios están en el distrito de Tetuán de Madrid, próximos al estadio Santiago Bernabéu y la calle Comandante Zorita, donde pasó su infancia Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno fundó en 1993 las Juventudes Socialistas de Tetuán y se ha mantenido vinculado al distrito.
Según ha podido constatar este periódico, en el bloque de Pensamiento, 27, que ocupa prácticamente una manzana, hay tres locales de saunas, barras de alterne y habitaciones por horas. Los nombres actuales son Bellagio, Sapphire y Freud. Esos lugares han cambiado de nombre de forma habitual y han sufrido numerosas reformas y cambios tanto en el exterior como en el interior en los últimos años.

Los locales permanecen activos. Pese a que supuestamente el local que gestionaba la familia de Begoña Gómez pasó a otras manos durante las primarias que auparon a Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE, RE 121 mantiene vínculos con esa dirección. La empresa perdió su NIF en el verano de 2022 por no presentar cuentas en el registro durante varios años, pero a día de hoy aparece vinculada a Pensamiento, 27 y al negocio de las saunas en las Páginas Amarillas. También diversos buscadores registrales sitúan su sede en la calle Pensamiento, donde se ubican esos locales.
Lo confirman sus empleados
La hoja de esta sociedad ha sido provisionalmente cerrada por incumplimiento de obligaciones fiscales, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 96 del vigente Reglamento del Registro Mercantil y el vigente artículo 131 del texto refundido del impuesto sobre sociedades de 5 de marzo de 2004, destaca la Agencia Tributaria. Sin embargo, este cierre provisional no implica el fin de sus actividades. Dos empleados vinculados a los negocios de Begoña Gómez aseguran que la familia siguió explotándolos hasta las primarias del PSOE, y no descartan que se hayan utilizado testaferros para seguir el negocio.
RE 121 podrá recuperar su NIF si resuelve los problemas con Hacienda. La revocación, pese a todo, supone la pérdida inmediata de la capacidad de actuación legal y fiscal de la empresa. Una sociedad con el NIF revocado no puede facturar, contratar, otorgar escrituras ante notario, operar con bancos, vender participaciones ni inscribirse en registros públicos.
Los tíos de Begoña Gómez
La cabeza visible durante años del emporio de negocios sexuales de la familia Gómez fue el propio suegro de Pedro Sánchez, Sabiniano Gómez. A partir de 2006 y coincidiendo con la boda de su hija con el actual presidente del Gobierno -que ya ejercía en política como concejal del PSOE en Madrid-, el patriarca de los Gómez decidió poner los negocios de saunas y prostíbulos en manos de sus hermanos.
Uno de ellos, que ahora aparece vinculado a este nuevo local de saunas heterosexuales, es Francisco Enrique. Fue él quien se puso al frente de las saunas en 2006 cuando Sabiniano decidió apartarse. Dirigió el conglomerado de negocios hasta 2013, cuando se puso al frente a otra persona vinculada a la familia.
Francisco Enrique, además, figura actualmente como único arrendatario del bajo, primer piso y ático del edificio de San Bernardo 38, en pleno centro de Madrid, donde se ubicaba la sauna Adán y la pensión que regentaba la familia política del presidente del Gobierno. En el contrato figuraba también Sabiniano hasta su fallecimiento. El ático se convirtió en pensión por habitaciones vinculada a la sauna. Posteriormente, cuando el hostal cerró en plena pandemia, los 140 metros cuadrados se dividieron en tres apartamentos. Uno de ellos se convirtió en la vivienda de Francisco Enrique.

Otro de los tíos de Begoña Gómez cuyo nombre aparece unido a los locales de la calle Pensamiento es Conrado Gómez. Es el hermano de Sabiniano que estaba bien conectado con ambientes de la formación de extrema derecha Fuerza Nueva, el entorno en el que el suegro de Sánchez conoció al comisario de la Policía Nacional Enrique García Castaño, alias El Gordo.
Cámaras ocultas para grabar a «ministros»
El presidente del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernard, desveló en una entrevista con THE OBJECTIVE que El Gordo le había confesado que en las saunas del suegro de Sánchez, durante la década de los 80 y 90, se instalaron una serie de cámaras y micrófonos con la intención de grabar a personalidades de la política, la judicatura o los medios de comunicación con el objetivo de extorsionarles.
El entonces inspector, que luego alcanzaría el cargo de jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional y que fue socio del comisario José Manuel Villarejo, le confesó a Bernard que la operativa oscura de las saunas les había permitido grabar hasta a «ministros del PSOE».