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'Caso Mati Muñoz': nuevas pruebas apuntan a la participación de más personas en el asesinato

La Fiscalía indonesia analizará un informe aportado por la familia para decidir si imputa a la gerente y al contable del hotel

‘Caso Mati Muñoz’: nuevas pruebas apuntan a la participación de más personas en el asesinato

Matilde Muñoz, la española asesinada en julio en Indonesia. | TO

El caso de Matilde Muñoz, la mujer de 72 años que murió brutalmente asesinada en la isla de Lomkok (Indonesia) en la madrugada del pasado 2 de julio, podría dar un giro de 180 grados. Casi un mes después de que las autoridades indonesias hallasen el cuerpo sin vida de la española enterrado en una playa de la zona costera de Senggigi, nuevas pruebas apuntarían a la participación de más personas en la muerte de la azafata, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Hasta ahora, la policía mantiene que fueron un empleado y un exempleado del hotel en el que se alojaba la víctima quienes acabaron con la vida de Mati tras robarle tres millones de rupias indonesias —unos 150 euros— de su habitación.

Los dos acusados del asesinato confesaron el crimen tras ser detenidos. Según relataron a los agentes, mientras buscaban dinero y objetos de valor en el bungaló, el 107, la española se despertó y les recriminó por lo que hacían. Para evitar ser descubiertos, los dos detenidos dieron primero una fuerte paliza a la víctima y después la asfixiaron, según han revelado los resultados de la autopsia. Envolvieron su cuerpo en una sábana y lo trasladaron a un cuarto próximo del hotel. El cadáver permaneció allí hasta el pasado 24 de agosto, es decir, casi dos meses. Ese día, ante las primeras pesquisas del caso, los dos presuntos implicados decidieron tirar algunos objetos de la desaparecida en un vertedero del hotel y trasladar su cuerpo hasta la playa de Batu Bolong, donde finalmente lo enterraron. 

Hasta aquí, la versión oficial. Desde que Matilde Muñoz desapareciese, sin embargo, la familia y amigos de la víctima siempre han puesto en el punto de mira a la encargada del hotel, el Bumi Aditya -en el que estaba alojada la española- y a su mano derecha, el contable del establecimiento: Nurmala y Habib, respectivamente. Las incongruencias que mostraron ambos trabajadores desde un principio siempre hicieron sospechar al entorno de Mati —afincada en Mallorca y que pasaba largas temporadas viajando por el sudeste asiático— incluso una vez iniciadas las pesquisas policiales. 

Una investigación paralela

Tanto es así que a través de personas y amigos residentes en la zona de Lombok, la familia ha ido haciendo una investigación paralela con distintas pruebas que ha recabado desde que se perdió la pista de Mati. Un dosier que incluye incluso testimonios grabados de personas próximas al hotel que podrían resultar claves a la hora de implicar a los citados trabajadores. La novedad es que tras la insistencia de la familia, la Embajada de España en Yakarta ha trasladado todas las pesquisas sobre el asesinato a la Policía de Yakarta, Interpol y el Ministerio de Exteriores de Indonesia. Y, según aseguran a este periódico fuentes próximas al entorno de la víctima, los agentes indonesios trasladarán la próxima semana las pruebas a la Fiscalía encargada de caso, que decidirá si procede o no investigar a los empleados. 

En el informe, al que ha tenido acceso este diario y remitido a la delegación española en Indonesia, el entorno de Matilde hace una exposición cronológica de los hechos, entre los que destaca, por ejemplo, que el cuerpo de Matilde Muñoz permaneciese oculto en las dependencias del hotel durante 42 días. «Resulta inverosímil que ni Nurmala ni Habib —con acceso diario a los cuartos de servicio— detectaran el olor o la presencia del cadáver, más aún cuando en dichas estancias se encuentran el cuadro eléctrico, el router de internet y el almacén de ropa de cama y toallas». 

El testimonio del exmanager del hotel

De hecho, prosiguen, durante esas fechas, vecinos del hotel declararon haber percibido un fuerte hedor, que atribuyeron inicialmente a un animal muerto, según los testimonios obtenidos por la familia. La dinámica laboral del hotel exige que el empleado de tarde, diariamente y antes de las 18 horas, acceda a ese cuarto para accionar el cuadro eléctrico. Sin embargo, nadie descubrió el cuerpo allí. Como prueba de este extremo, el dosier también cuenta con el testimonio grabado del imán de la mezquita de la zona y exmanager del hotel Bumi Aditya, que afirma que «resulta imposible que los responsables del establecimiento ignoraran lo ocurrido, contextualizando el funcionamiento del hotel». 

«Es implausible que un homicidio cometido en turno de noche derivara en un cadáver oculto durante semanas en un cuarto de uso cotidiano sin ser detectado por el personal, salvo con la colaboración activa de quienes tenían el control de esas instalaciones», destaca el informe. Además, cuentan también con el testimonio de un huésped, de nombre Youseff, que declara haber dormido a escasos 12 metros de la habitación de Matilde la noche de los hechos, aporta conversaciones posteriores con Nurmala y «desmiente categóricamente» la versión de Habib, que lo señaló como su ayudante para acceder días después de la desaparición a la habitación de Matilde. 

El teléfono de Mati Muñoz

Por otro lado, la familia mantiene que Nurmala y Habib manipularon el teléfono de la víctima para fabricar mensajes falsos, simulando su marcha voluntaria. La gerente del Bumi Aditya siempre había mantenido que Matilde estaba en Laos. Fue lo que transmitió a una pareja de amigos de la víctima con los que había quedado el 24 de julio y que, tras ser contactados por las amigas de la desaparecida, se acercaron al hotel para tratar de averiguar cuál era su paradero. La trabajadora les aseguró que se había marchado e incluso les enseñó un mensaje de WhatsApp, que en teoría la propia Mati había mandado a Mala. En el mismo, con fecha de 5 de julio, la desaparecida decía: «Perdón Mala, estoy en Laos, no podré volver hasta dentro de dos semanas».

El círculo íntimo de la desaparecida, sin embargo, siempre descartó que lo mandase Matilde porque llevaba cinco días sin hablar por teléfono con sus conocidos y, sobre todo, por la gran cantidad de las faltas ortografía que tenían los mensajes. Además, estaban seguros de que no tenía ninguna intención de irse a Laos, sino que planeaba irse a finales de julio a Bangkok, según le contó a una amiga en el último audio que mandó Mati desde su teléfono. 

El vínculo del hotel con la policía

También destacan el hecho que de Nurmala no pudiese supuestamente denunciar la desaparición porque no era familiar de Matilde, según trasladó entonces al sobrino de la víctima, Ignacio Vilariño. Algo totalmente falso, principalmente porque tras las dos denuncias en España, el abogado de Mati fue el que finalmente la interpuso en Lombok. En una conversación a la que tuvo acceso este diario, la responsable le cuenta que «ha estado en la comisaría de policía y, como resultado, no ha podido poner una denuncia porque no es familia de Matilde». Y prosigue: «Tengo familia en la policía y les he pasado una foto de Matilde, con la esperanza de que puedan ayudarnos a saber dónde está. Os ayudaré en todo lo que pueda». 

El vínculo de Nurmala con un funcionario de la policía de Lombok, al parecer un agente de inteligencia, es otro de los aspectos que también denuncia la familia, ante la sospecha de que las autoridades pudiesen haber manipulado o torpedeado la investigación para tapar la implicación de los empleados del hotel. Según el informe, existen varios hechos que lo acreditan: «No interrogar a Youseff —único cliente próximo a la escena—, no acordonar la habitación hasta casi dos meses después o realizar inspecciones oculares deficientes, que pasaron por alto la presencia de joyas rotas y objetos personales de la víctima en su habitación.




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