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Defensa arma sus drones Predator para ponerlos al servicio de la OTAN en el Báltico

Fuentes militares explican a TO que se trata de una «imposición» de la Alianza que el Gobierno ve con ciertos «recelos»

Defensa arma sus drones Predator para ponerlos al servicio de la OTAN en el Báltico

Un MQ-9 Reaper con misiles Hellfire. | Ejército de EEUU

El Ministerio de Defensa se prepara para la consecución de un hito en materia de armamento: artillar sus aeronaves no tripuladas MQ-9 Reaper, también conocidas como Predator B, para hacerlas capaces de llevar a cabo ataques aire-tierra. Una capacidad de la que disponen estos drones que no se contempló a la hora de su adquisición en 2015. El Ejército del Aire, tal y como ha podido confirmar THE OBJECTIVE, ya tiene listos todos los kits para que los Predator B puedan portar misiles Hellfire y acaba de formalizar la compra de vehículos especiales para cargarlos. Uno de los escenarios en los que se plantea su posible uso es en la misión de policía aérea del Báltico que despliega la OTAN en Lituania. También se contempla desplegarlos en otras misiones de la Fuerza de Respuesta de la Alianza (NRF).

Se trata de una de las aspiraciones que lleva persiguiendo desde hace una década en el Ejército del Aire: disponer de drones artillados con capacidad para ataques aire-tierra. Algo que ya tienen desde hace años muchos los aliados de la OTAN, pero que en España no se ha llegado a concretar, principalmente por cuestiones puramente políticas.

Los Predator B, que operan actualmente desde la base aérea de Talavera la Real (Badajoz), de momento sólo pueden realizar misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Es decir, utilizar sus sensores para recopilar información sobre cualquier área de operaciones. Una capacidad muy solicitada por los contingentes desplegados en misiones internacionales o también en la vigilancia de espacios de soberanía nacional, como el Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, carecen de capacidades de ataque. Pero eso es algo que cambiará próximamente.

El Ejército del Aire ha formalizado un contrato que da pistas sobre ello: la adquisición de tres «equipos posicionadores de carga de armamento», vehículos especiales que utiliza el personal armero para transportar, elevar y facilitar la colocación de misiles o bombas en cazas o helicópteros, y también en drones. De hecho, van dirigidas al Ala 11, al Ala 14 y al Ala 23. Esta última es en la que están en servicio las cuatro unidades del MQ-9 Reaper.

Equipos posicionadores de carga de armamento. | Ejército del Aire

Fuentes militares consultadas por THE OBJECTIVE confirman que los tres vehículos adquiridos -por un importe que ronda el millón de euros en total- van destinados «a los Eurofighter de Morón y Albacete, y las del Ala 23 de Talavera son para los Predator».

En los documentos del contrato se especifica que este nuevo equipamiento servirá directamente para su despliegue en la Baltic Air Policing, la misión de control y vigilancia de los cielos del Báltico frente a los continuos desafíos de Rusia a la soberanía aérea de las tres repúblicas bálticas. España colabora en esta misión de la OTAN con el despliegue de varios cazas Eurofighter. Pero la misión -de la que este diario ha sido testigo presencial recientemente- está actualmente bajo un rediseño -los anfitriones piden mayores compromisos frente a la amenaza de Moscú- y ya se valora que la futura definición del despliegue podría involucrar a aeronaves no tripuladas aportadas por países de la Alianza.

Por otra parte, la documentación del contrato también cita el escenario operativo de la NRF, la NATO Response Force. Se trata de la fuerza militar conformada por todos los aliados que debe estar alistada y operativa ante cualquier eventualidad que se produzca en el continente europeo o allá donde se la reclame. Tiene dos cuarteles generales en Napoles (Italia) y Brunssum (Países Bajos).

Fuentes militares explican a TO que la capacidad artillada de los Predator es una «imposición» de la OTAN que el Gobierno ve con ciertos «recelos». Especialmente por su socio de Sumar, que ha mantenido posiciones críticas con este tipo de armamento no tripulado y las posibles implicaciones éticas que conlleva su uso. Podemos, por ejemplo, los calificó de «drones asesinos» con motivo de la cumbre de la OTAN en Alemania en 2018.

Una década para artillar los Predator

El proceso de incorporación del MQ-9 Reaper a las Fuerzas Armadas españolas arrancó formalmente en 2015, cuando llegó la autorización estadounidense para la venta y el Gobierno español, en aquel momento con Mariano Rajoy al frente, dio el visto bueno al programa.

La compra, planteada inicialmente como un proyecto para misiones de vigilancia avanzada, incluyó cuatro aeronaves y las estaciones de control en tierra. La adquisición fue presentada como un paso necesario para modernizar las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) del Ejército del Aire en un contexto de «amenazas asimétricas y misiones multinacionales».

La llegada física de las aeronaves se materializó entre 2019 y 2020, cuando España recibió los primeros componentes y unidades. Se inició la fase de pruebas de vuelo desde la base aérea de Talavera la Real, sede del Ala 23 de la que ahora dependen estos drones. Esos primeros meses sirvieron para completar la puesta a punto de las plataformas, entrenar tripulaciones y personal de mantenimiento, y validar procedimientos operativos. Pese a que los drones no estaban armados, su personal sí recibió formación para utilizarlos en combate en un curso desarrollado en una base militar de EEUU.

Desde el diseño y la compra se contempló la posibilidad técnica de dotar a los MQ-9 de armamento, aunque las aeronaves se recibieron y operaron inicialmente desarmadas. A lo largo de los años siguientes se fueron realizando ensayos y evaluaciones sobre la capacidad de integración de sistemas de guiado y empleo de armamento aire-superficie. Pero políticamente seguía sin ser del todo «bien visto» en el ministerio, aseguran fuentes militares.

En 2023, se intensificaron las pruebas y los informes técnicos sobre la posibilidad de artillar las aeronaves. También el Consejo de Ministros autorizó la compra de misiles Hellfire y señaló que podrían ser utilizados en el Predator. Pero el hito comenzó a tomar forma este mismo año con la adjudicación de varios contratos destinados a equipar y certificar la flota para su artillado.

En este 2025 también se ha producido un hito importante en el servicio de los MQ-9, con sus primeras misiones de vigilancia marítima del Mediterráneo en el marco de la operación Sea Guardian de la OTAN.

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