Óscar Puente se niega a aclarar si Ábalos colocó a su amiga 'favorita' en el ministerio
Exteriores, Defensa, Justicia, Derechos Sociales, Política Territorial, Sanidad y Transformación Digital lo han descartado

Ariadna R. P. | THE OBJECTIVE
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha optado por el silencio cuando se le ha preguntado si su antecesor, José Luis Ábalos, situó en un cargo de su departamento a una de sus amigas más cercanas, la malagueña Ariadna R. P. El silencio no es casual ni neutro: responde a una solicitud planteada por THE OBJECTIVE a través del Portal de Transparencia, un procedimiento ordinario al que cualquier ministerio está obligado a contestar. El equipo de Puente tramitó la petición, pero decidió cerrarla de golpe, con un lacónico rechazo y sin ofrecer explicación alguna. Una negativa que contrasta con la respuesta de otros ministerios, que no han tenido inconveniente en dar curso a la misma pregunta y aclarar que no existen registros de la joven ni en nóminas ni en bases de datos oficiales.
La diferencia es reveladora. En Exteriores, Defensa, Justicia, Derechos Sociales, Política Territorial, Sanidad y Transformación Digital, la respuesta ha sido unánime: «Tras analizar los datos proporcionados en la solicitud, no hay constancia de pagos ni tampoco constan registros en las bases de datos de personal laboral o funcionario de este departamento». En otras palabras: ahí no trabajó Ariadna. Sin embargo, justo en el Ministerio de Transportes, el lugar donde casualmente sí pudo haber sido colocada por Ábalos, el Gobierno decide levantar un muro de opacidad. Una maniobra que no hace sino alimentar las sospechas sobre un nuevo episodio de colocación de mujeres del entorno personal del exministro en cargos públicos.
No es la primera vez que ocurre. El caso de Ariadna se suma a una lista cada vez más incómoda para el PSOE y el propio Ábalos. Como ya desveló este periódico, otras mujeres con las que el exministro mantuvo relaciones sentimentales —como Jésica Rodríguez, Andrea de la Torre y Claudia Montes— terminaron encontrando acomodo en empresas públicas. El patrón es tan repetido que resulta difícil atribuirlo a la casualidad. Sin embargo, el Ejecutivo se resiste a comprobar si se produjo lo mismo con Ariadna, limitándose a responder en aquellos casos en los que no había nada que ocultar. Otras carteras como las de Ciencia, Cultura, Educación, Inclusión y seguridad Social, Industria, Juventud e Infancia y Trabajo han rechazado la petición, pero, a diferencia de Transportes, sí han argumentado por qué la desestimaban. Han alegado que «pudiera tratarse de información de carácter personal que ha de ser protegida» y que «no hay interés público». Resulta llamativo después de desvelar que varias de las mujeres que mantuvieron una relación sentimental con Ábalos fuesen colocadas en empresas públicas.
La amiga favorita de Ábalos
El nombre de Ariadna emergió en junio pasado, cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil incautó grabaciones en las que Ábalos y su mano derecha, Koldo García, organizaban un fin de semana de ocio «discreto» con varias mujeres. En esas conversaciones aparece de forma reiterada la figura de Ariadna R. P., descrita como una de las predilectas del exministro. Según fuentes de la investigación, la joven se había convertido en una auténtica «obsesión» para Ábalos, hasta el punto de acumular decenas de fotografías y vídeos de ella en sus dispositivos electrónicos.

El material digital intervenido revela el grado de fijación. En los archivos incautados, a los que ha tenido acceso en exclusiva THE OBJECTIVE, el exministro guardaba carpetas meticulosamente ordenadas con el nombre de cada mujer. Una de las más nutridas era la dedicada a Ariadna, en la que se almacenaban imágenes de carácter privado y sugerente. Algunas de esas fotos la muestran junto a Carlotta Sabina Popper, la influencer malagueña de 27 años que saltó a la fama por vender cursos de enriquecimiento rápido desde Dubái tras trabajar como camarera en Fuengirola. «Te tengo preparada una (…) La Ariatna [sic] está bien, está recién, está perfecta. Y la colombiana nueva», le comenta Koldo a Ábalos en una de esas conversaciones. «Si vinieran de Córdoba es nada, ese trocito, pero si vienen estas, claro, hay que buscar un sitio».
El intercambio es explícito. Ábalos le interrumpe: «Ariatna». Ambos discuten sobre a qué mujeres invitar y cómo repartírselas. Koldo admite que prefiere a otra y anima al ministro a «cambiar». «Era porque cambiaras tú. Pero a ti te gusta más Ariatna». La respuesta de Ábalos no deja lugar a dudas: «No sé, la Carlota se enrolla que te cagas». Y el asesor concluye: «Pues la que tú quieras. O Ariatna y Carlota, y a tomar por culo».

El tándem de Ábalos
La relación entre Ariadna, Carlotta y Andrea de la Torre, la última pareja conocida de Ábalos, tiene un elemento común: todas proceden de Fuengirola. La conexión no se limita al lugar de nacimiento. En el caso de Ariadna y Carlotta, ambas trabajaron juntas en un bar de copas de la localidad antes de entrar en la órbita de Ábalos y Koldo. Mientras Carlotta ya mostraba un estilo de vida difícil de explicar con el salario de una camarera, Ariadna proyectaba una imagen más reservada, incluso académica. Estudió en el Centro Universitario Internacional de Marbella y, según quienes la conocieron en esa etapa, aspiraba a progresar por sus propios medios.
«Ariadna parecía más centrada, incluso más inteligente. No parecía el tipo de chica que se mete en ese mundillo, pero al final fue arrastrada por su amiga Carlotta», cuentan personas del entorno. Esa amistad habría sido el puente que la conectó con el círculo íntimo de Ábalos y con los viajes organizados por Koldo. Después de que este periódico destapara la identidad de Carlotta Sabina, Ariadna decidió borrar toda huella digital. Cerró sus perfiles en redes sociales y desapareció del escaparate público. Un contraste llamativo frente a la exposición mediática de su amiga, que continúa promocionando su estilo de vida en Dubai.