La flotilla pide fondos para recuperar sus barcos incautados antes de que Israel los desguace
Llevan recaudados 6.000 euros para una nueva flotilla, pero Israel tiene previsto destruir las embarcaciones en Ashdod

El barco Alma en la flotilla, con su anterior denominación Family cuando fue incautado por narcotráfico en 2018
La misión de la flotilla no ha terminado con el intento de asalto –frustrado– al bloqueo naval de Israel sobre Gaza. A pesar de que la guerra va camino de su fin con la firma del alto el fuego entre Hamás e Israel, los organizadores ya están preparando una nueva acción, muy similar a la anterior, para llevar sus barcos hasta la costa de Gaza sorteando el operativo naval militar que Israel tiene en la zona. Ya han iniciado una nueva recaudación de fondos, que supera los 6.000 euros, para financiar la asistencia legal necesaria para «recuperar embarcaciones confiscadas ilegalmente». Las docenas de barcos incautados por Israel están varados fuera del agua en el puerto de Asdod a la espera de ser desguazados, según fuentes consultadas por THE OBJECTIVE. La organización no tiene previsto hacer frente con ese dinero al pago de los billetes de vuelta, adelantado por el Gobierno de Pedro Sánchez y que el Ejecutivo rechaza reclamar, a diferencia de países como Portugal o Suiza.
La Global Sumud Flotilla, la organización que está detrás de la iniciativa para asaltar el bloqueo naval israelí sobre Gaza, vuelve a la carga con una nueva recogida de fondos de cara a futuras acciones. Esta vez es la propia plataforma la que solicita fondos, ya que en la primera edición de la flotilla fue la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) la que recogió dinero hasta alcanzar los 3,3 millones de euros.
Parte de ese dinero fue a la compra de barcos. Algunas de las embarcaciones fueron puestas a disposición de la flotilla, al estar sus propietarios directamente involucrados en el viaje. En otros casos, se destinó dinero a la adquisición de buques que en ese momento pertenecían a terceros. Es el caso, por ejemplo, del pesquero Estrella y Manuel, que faenaba este verano en las costas de Vélez-Málaga antes de ser adquirido y puesto al servicio de la flotilla. Ahora, la flotilla busca recuperarlos.
Varadas y al desguace
Las 42 embarcaciones incautadas por Israel se encuentran en estos momentos varadas en una zona terrestre del puerto de Asdod, en la zona de carga industrial, tal y como ha podido confirmar THE OBJECTIVE de fuentes del propio puerto. Allí están a la espera de ser desguazadas, que es el destino que baraja Israel para estos barcos de recreo, algunos pequeños veleros, pero también con presencia de yates de cierta consideración como el Alma, construido en 1973 y que aún figura a la venta por cerca de 600.000 euros. El buque tiene su pasado: en 2018 ya fue incautado en una operación antidroga frente a la costa balear cuando portaba más de 300 kilogramos de cocaína colombiana en su bodega.
Algunos de esos buques siguieron emitiendo su posición AIS, una señal de radio VHF (frecuencia muy alta) que ubica a las embarcaciones en un mapa, hasta el último momento previo a ser varados. En el caso del Estrella y Manuel, la última señal quedó registrada el pasado martes 2 de octubre.

Uno de los objetivos de la nueva recogida de fondos es, precisamente, recuperar esos buques y ponerlos de vuelta a su servicio. Para ello, apuntan a la necesidad de «asesoramiento legal» para «recuperar embarcaciones confiscadas ilegalmente por Israel». Anuncian que también prevén «buscar justicia por las violaciones de derechos humanos que sufrieron nuestros participantes».
La primera flotilla partió con el presunto objetivo de alcanzar la costa de Gaza para entregar, decían, cerca de 200 toneladas de ayuda humanitaria. Israel, en cambio, tan solo halló a bordo dos toneladas, una centésima parte. En la segunda edición que plantean, la meta declarada es diferente: «Romper el asedio ilegal y solidarizarnos con el pueblo palestino. Su apoyo impulsó nuestras naves y amplificó nuestras voces a través de las olas».
«Ahora, presenciamos frágiles ceses del fuego y hablamos de ayuda humanitaria. Pero debemos ser claros: un alto el fuego no es libertad. La ayuda no es soberanía», señalan. «Si bien las treguas temporales pueden permitir el ingreso de suministros esenciales, no hacen nada para restablecer los derechos fundamentales del pueblo palestino», apuntan.
Los gastos de deportación
Mientras tanto, continúa la polémica por la no devolución de los gastos en los que incurrieron los activistas por su deportación, y que el Gobierno de Pedro Sánchez, a través de Exteriores, decidió asumir de forma íntegra. A saber: billetes en aeronaves civiles para más de una treintena de personas y un avión militar A400M del Ejército del Aire enviado a Atenas a recoger al segundo grupo de deportados. El cálculo total de gastos supera los 200.000 euros.
Como ha desvelado TO, en este segundo grupo había una docena de activistas catalanes y otros cuatro vascos que se negaron a ir en el avión militar. Entre ellos, los dos condenados por pertenencia a ETA que se habían sumado a la flotilla. El Ejecutivo ordenó a la embajada en Grecia pagarles vuelos comerciales ante su negativa a embarcar en el A400M.
Frente a esa posición española, países como Portugal y Suiza han decidido cobrar los gastos –incluso los consulares– a sus nacionales de la flotilla, alegando que fueron hasta Israel sabiendo las consecuencias y bajo su «responsabilidad individual».