The Objective
España

Uno de los pueblos afectados por la dana pide duplicar los colectores para contener las riadas

Sedaví reclama reforzar la capacidad de las salidas de agua para evitar nuevas trombas

Uno de los pueblos afectados por la dana pide duplicar los colectores para contener las riadas

El paso a nivel de Alfafar y Sedaví durante las riadas. | EP

El alcalde de Sedaví, Josep Cabanes, reclama duplicar la capacidad del Colector Oeste y «triplicar o cuadriplicar» las salidas por la que los municipios desaguan en él para evitar consecuencias como las de la dana del pasado 29 de octubre de 2024. En una entrevista con la agencia EFE a punto de cumplirse un año de la tragedia, recuerda que ese día «no cayó ni una gota en todo el municipio», solo tenían viento, aunque al final contabilizaron nueve vecinos fallecidos y otras dos personas de fuera que «aparecieron en medio de los campos arrastradas por la fuerza del agua».

Afirma que «no hubo ninguna alerta ni de riada, ni de fuertes lluvias ni nada. Yo no tenía ningún aviso. Era un día feo», y rememora que hubo un refuerzo de policía local y servicios por la tarde y se cerraron parques, jardines, cementerios y pistas polideportivas al aire libre. Cayeron dos árboles, uno en el paso a nivel -retirado a las 19 horas- y otro en la entrada del municipio por la Pista de Silla. «A las 19.40 estábamos la policía, la brigada y yo cortando ese árbol. Empezaron a llegar muchos vehículos por la Pista de silla, camiones, coches, pitando, gritando. La gente no entendía muy bien lo que pasaba», cuenta. «Le dije a un policía que subiera al puente de la Pista de Silla a ver qué pasaba porque nos estaban colapsando el municipio y cuando bajo dijo que ya venía el agua por toda la avenida del País Valenciano», añade.

El municipio se vio afectado por la dana «al cien por cien: fue totalmente asolado todo lo que estaba por debajo de los dos metros debido a que el agua entró en tromba», relata. «Las pantallas de hormigón de las vías del tren aguantaron el agua y cuando ya no resistieron más, cayeron y el agua entró como una tromba de más de dos metros y medio o tres de altura y arrastró todo el municipio. Cuando el agua llegó a la Pista de Silla, que está a un nivel más alto, hizo de dique y volvió para atrás todo el agua, por esto tardó más en salir el agua del  municipio; estaba estancada». La diferencia entre antes y después del 29 de octubre son tres cosas, según Cabanes: las víctimas, que «no hay obra suficientemente cara para que valga una vida»; la «parte destructiva», con pérdida de comercios, viviendas, bajos, garajes, trasteros y vehículos -perdieron más del 90 % de su parque móvil-, y la salud mental.

«Pusimos en marcha a los pocos días una atención post catástrofe para la ciudadanía junto con el Colegio de Psicólogos de Valencia y el Colegio de Psicólogos de Madrid -que ha premiado al servicio social del Ayuntamiento por el trabajo tras la dana-, con más de 50 psicólogos atendiendo a la población los primeros meses». Afirma que, tras la pandemia del Covid y la dana «la parte psicológica está bastante tocada. Esto ha sido el remate final para muchísima gente», a lo que se añade «la crispación política que hay» creada por «ir intentando buscar culpables cuando el que tiene que buscar un culpable es un juez».

Para recuperar la normalidad anterior a la dana pide a los gobiernos autonómico y central «agilidad; la administración y la burocracia son muy lentas», por lo que pide que les «dejen agilizar las obras». No obstante, asegura que el Estado les ingresó en marzo 41,5 millones para sacar adelantes obras de las infraestructuras municipales afectadas y otros 5 millones en subvenciones, y el Gobierno autonómico, al que también pide refuerzo de los sistemas sanitarios para la atención psicológica, «menos de 500.000 euros para daños dana». «Lo primero que se hizo en la primera semana fue un estudio de los edificios de todos los colegios; nos dijeron que estaban bien estructuralmente y me negué a que los niños fueran trasladados o empezar en barracones, ya que se podían rescatar los edificios», afirma.

«Automáticamente nos pusimos a trabajar para la rehabilitación y luego la Conselleria empezó también a trabajar con Tragsa para restaurar los edificios y, tras un trabajo conjunto -el Ayuntamiento se ha hecho cargo de ciertas partes de la obra-, hemos podido tenerlos en perfecto estado para el inicio del curso», valora. Cabanes recuerda que el primer día tras la dana ya contrataron empresas para la retirada de trastos, enseres y vehículos y fueron «el primer municipio que empezó a trabajar por las noches» porque tardaban en llegar a los vertederos 45 minutos cuando por el día «con carreteras colapsadas se tardaba 5 ó 6 horas».

Publicidad