Vito Quiles y la doble vara de medir del progresismo
Cuando perseguían al PP, estábamos ante la fiscalización del poder; ahora estamos ante un intolerable acoso fascista
Vito Quiles no ha inventado nada. El reporterismo canalla que este joven —amigo de quien les habla— practica contra el Gobierno de Pedro Sánchez y sus voceros mediáticos, ya lo practicaron mucho antes programas como Caiga Quien Caiga o Buenafuente, que en su día eran aplaudidos con entusiasmo en los ambientes progresistas que hoy se rasgan las vestiduras.
Cuando los secuaces de Wyoming o El follonero perseguían a miembros del PP, estábamos ante un ejercicio divertido de fiscalización del poder; pero ahora que algunos hacen lo propio con el PSOE, se nos dice que estamos ante un intolerable acoso fascista.
La paradoja —la hipocresía— ha llegado a tal punto que en Malas Lenguas, el programa de TVE en el que Ester Yáñez imita las formas de los antes mentados, Pablo Iglesias ha justificado la violencia contra Vito Quiles, tildándolo de fascista y escuadrista. Y es que, en España, lamentablemente, no se te juzga por lo que hagas, sino por la ideología que tengas.