Juan Carlos I revela una cena de su padre con Milans del Bosch dos meses antes del 23-F
El general le soltó al conde de Barcelona esta frase: «¡Antes de jubilarme, sacaré los tanques de combate a la calle!»

Jaime Milans del Bosch y el rey Juan Carlos varios años antes del 23-F. | EFE
Las memorias de Juan Carlos I prometen. Los primeros extractos del libro Reconciliación en el diario francés Le Point aportan un hecho desconocido hasta ahora: don Juan de Borbón coincidió a finales de 1980 con el teniente general Jaime Milans del Bosch en una cena. Apenas faltaban dos meses para el golpe militar del 23-F. «Una reunión amistosa sin segundas intenciones», señala el rey emérito, en la que el entonces capitán general de Valencia le soltó «con aplomo» la siguiente frase al conde de Barcelona: «¡Antes de jubilarme, sacaré los tanques de combate a la calle!».
Don Juan se encontraba en casa de Luis de Ussía, conde de Gaitanes y padre del conocido columnista Alfonso Ussía, ya que el primero se había convertido en el secretario particular del conde de Barcelona. Milans del Bosch estaba emparentado con los Ussía por parte de madre y posiblemente viajó a Madrid en fechas navideñas. En aquella cena de Navidad aún no se había producido la dimisión del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, pero las conversaciones entre los golpistas sí que estaban en marcha.
¿Aprovechó el capitán general la citada cena para testar el comportamiento de don Juan ante un golpe que empezaba a gestarse? El emérito no desvela más datos de ese ágape entre su padre, los Ussía y Milans del Bosch. «Sinceramente, cuando mi padre me lo contó, lo tomé como una broma. Seguramente debería haberlo tomado en serio», reconoce en su libro de memorias.
«Sabía que el descontento crecía en los cuarteles. Los militares se atrevían a tildar públicamente de ‘traidores’ a los miembros del Gobierno, en primer lugar a Adolfo Suárez y a su ministro de Defensa y vicepresidente, el general Gutiérrez Mellado, pero ni por asomo imaginaba que se estaba tramando un golpe de Estado. Los partidos políticos también tramaban, en busca del poder. Atravesábamos un periodo de crisis que me preocupaba. Ya no tenía el poder ejecutivo para actuar. Solo podía escuchar y alertar. Entonces ocurrió lo impensable», explica Juan Carlos I en el libro escrito por su biógrafa, Laurence Debray.
Esta reunión nunca había sido mencionada por el anterior jefe de Estado. En el libro El Rey, de José Luis de Villalonga, el monarca habla de esa polémica frase, pero en términos genéricos. «Había dicho [Milans del Bosch] tantas veces que algún día sacaría sus carros, que a nadie debería haber sorprendido que por fin los sacara en Valencia. Y, sin embargo, cuando me enteré de que Milans había decidido ‘salvarme’, me quedé estupefacto», se relata en la página 165. En la noche del 23-F, el general golpista le había justificado la asonada con la siguiente frase: «¡Majestad, hago esto para salvar a la Monarquía!». Unos términos inadmisibles para el entonces rey.
En Anatomía de un instante, de Javier Cercas, tampoco aparece esta cena entre el conde de Barcelona y Milans del Bosch, aunque sí se enumeran varias ocasiones en las que el militar esgrimió la amenaza del golpe en términos muy similares. La primera, cuando dirigía la Acorazada Brunete, la unidad más potente del Ejército. Eran los primeros compases de la Transición y entre bromas, el general le hizo una confesión a Juan Carlos I mientras tomaban una copa tras unas maniobras castrenses: «Majestad, si me tomo otro cubata saco los tanques a la calle».
En abril de 1977, la amenaza fue en serio en una «tumultuosa» reunión del Consejo Superior del Ejército tras conocerse la legalización del PCE de Santiago Carrillo. «El presidente del Gobierno dio su palabra de honor de no legalizar el partido comunista. España no puede tener un presidente sin honor: deberíamos sacar los tanques a la calle», propuso Milans del Bosch a sus conmilitones. Esas palabras provocaron que se le quitara del mando de la División Acorazada «Brunete».
En los casi tres años que estuvo destinado de capitán general en Valencia, hubo expresiones parecidas que salieron de sus labios y que se volvieron frecuentes. «No se preocupe, señora —se le oyó decir en una recepción en la que varias invitadas le exhortaban a dar un paso al frente ante los peligros que acechaban a la patria—. Yo no me retiro sin sacar los tanques a la calle», recuerda Cercas en su libro de referencia sobre el 23-F.
Sin el pantalón de general
Hay otra curiosidad que el Emérito revela en su libro, que saldrá a la venta el próximo 5 de noviembre en las librerías francesas: para la grabación del vídeo que saldría en TVE la noche del 23-F solo se puso la chaqueta de capitán general de los ejércitos. «Por fin grabo mi mensaje a la nación. Han llegado las cámaras y se ha montado un estudio a toda prisa en mi despacho. Me he puesto la chaqueta de general. Para ir más rápido, ni siquiera me he puesto los pantalones. Mi discurso es sobrio y eficaz, de noventa segundos. Todavía lo recuerdo», rememora.
«Entre el momento en que salieron los dos coches, uno de ellos con una bobina vacía como señuelo por si lo paraban, y la emisión de mi anuncio en televisión, el tiempo me pareció eterno, como si se hubiera detenido. Las marchas militares resonaban sin cesar en la televisión y en la radio. Esperaba, esperaba, impaciente», señala el padre de Felipe VI.
En aquella noche del golpe, varias personas —que no cita— le confiaron al rey que estaban preparando todo lo necesario para irse al exilio. «Algunos militantes habían acudido a las sedes de los partidos para quemar los archivos. Envié un segundo télex a Milans del Bosch a la 1.45 de la madrugada. A las 2.30, le pregunté por tercera vez por qué mis órdenes aún no se habían ejecutado. Era muy terco. No fue hasta las 4.30 cuando los tanques regresaron a sus cuarteles. ¡Parece ser que algunos incluso se detuvieron en los semáforos en rojo! Tejero permaneció encerrado en el Parlamento, obstinado. No fue hasta alrededor del mediodía del 24 de febrero cuando se rindió, tras dieciocho horas de asedio», explica sobre lo sucedido aquel día que pasó a la historia de España.
