Golpe a los fugados en España: la Policía bate récords tras 'cazar' a 464 huidos de la Justicia
La Sección de Localización de Fugitivos de la Policía ya ha superado el número total de detenciones que hizo en 2024

Una detención, en una imagen de archivo. | EP
La Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional ha pulverizado un nuevo récord en detenciones tras el arresto en los últimos días de tres prófugos de la Justicia. Dos de ellos eran reclamados por delitos de agresión sexual cometidos contra familiares menores de edad en Perú y Costa Rica y han sido detenidos en Fuenlabrada y Aranjuez (Madrid). Y el otro, buscado por Alemania por el mismo ilícito y otro de lesiones agravadas, ha sido arrestado en una comuna hippie de Granada, donde convivía con decenas de personas que supuestamente desconocían quién era. Con estas detenciones, el citado departamento ha cazado ya a 464 fugitivos que se escondían en España. Un dato que supera la cifra total que se registró el año pasado, con 462 arrestados.
Cabe destacar, no obstante, que esta estadística no obedece únicamente a operativos liderados por la Policía española, sino a aquellos en los que ha colaborado directa o indirectamente la Sección de Localización de Fugitivos, adscrita a la Comisaría General de Policía Judicial, y que tienen origen, casi siempre, en órdenes de búsqueda y captura internacionales. Desde este departamento policial celebran los resultados. «El éxito en las detenciones se debe a la gran estructura que se ha establecido en el país para la localización de prófugos. En cada provincia, por ejemplo, contamos con una red de contacto. Además, tenemos un equipo ágil, preparado y dispuesto a actuar en cualquier momento».
La extensa cifra de operativos —más de 900 en dos años— invita a pensar, sin embargo, que España podría estar convirtiéndose en una suerte de paraíso para los prófugos de todo el mundo. La Policía, sin embargo, rechaza este extremo. Prueba de ello, explican, es la estrategia que se ha implantado, y con ella la acción policial por la que se han multiplicado las detenciones en los últimos años. No obstante, sí admiten que factores como el clima o los lazos culturales con sus países de origen puedan atraer a determinados criminales. «Si uno piensa dónde puede fugarse, nunca elegiría, por ejemplo, Islandia, sino un sitio con un clima cálido y donde el idioma no sea una barrera».
Perfil de los fugados
Sobre el perfil de los prófugos, explican estas mismas fuentes, no hay un patrón común. Cada uno es distinto y busca formas dispares de ocultarse… o no. Y es que, según señalan desde la Sección de Fugitivos, la mayoría no se aísla de la sociedad. Están perfectamente integrados y es esto, paradójicamente, lo que les permite estar más tiempo en paradero desconocido, cuentan. Posiblemente, porque así evitan levantar sospechas entre su entorno. De este modo, precisamente, era como vivían los dos últimos detenidos en la Comunidad de Madrid. Estos arrestos, además, se enmarcan en la Operación peluche, que ha permitido la localización y detención de 35 fugitivos buscados por delitos graves de abusos sexuales a menores en apenas un año desde su inicio.
En uno de los hechos, ocurrido en Perú, el agresor, de 42 años, contactaba con la víctima, que padece una discapacidad intelectual, a través de una red social con cualquier pretexto para asegurarse de que estaba sola en la vivienda. Después, para evitar ser visto, se colaba en la casa de la víctima a través del techo de la casa contigua. Poco a poco, señala la nota de la Policía, el detenido se fue ganando la confianza de la menor viendo películas y regalándole dulces, hasta que terminó llevándola al dormitorio y la agredió sexualmente por primera vez.
Detención exprés del fugitivo
En poco tiempo, las visitas pasaron a ser recurrentes, al igual que las agresiones, que el arrestado incluso llegó a grabar en vídeo. Ese, finalmente, sería su error. Las grabaciones fueron descubiertas por la pareja sentimental del fugitivo, que era hermana de la víctima. Tras preguntarle por lo sucedido, la menor admitió que era víctima de abusos y agresiones sexuales desde hace años y lo había ocultado por miedo. A finales de septiembre, la Interpol remitió a las autoridades españolas la orden de búsqueda. El 10 de septiembre, apenas dos semanas después, la Sección de Fugitivos ya había detenido al prófugo en Fuenlabrada.
El otro reclamado, de 28 años, pagó varias consumiciones alcohólicas a la víctima, menor de edad, en un bar de Colón, en Costa Rica, hasta que, aprovechando su estado de embriaguez, la trasladó hasta un motel de la localidad de San Antonio de Belén. Una vez allí, el agresor se valió de su superioridad física para forzarla y agredirla sexualmente. Tras varios meses de investigación, la Policía Nacional detuvo al fugitivo el pasado 14 de octubre en Aranjuez (Madrid).
En una comuna ‘hippie’
En paralelo, el pasado miércoles, agentes de la Policía detuvieron en la provincia de Granada a un fugitivo buscado en Alemania por agresión sexual, en este caso a una mujer mayor de edad. El reclamado, condenado a seis años de prisión en 2022 en el municipio alemán de Varel, forzó a la víctima a mantener relaciones sexuales. Para ello, la ató con unas esposas y la estranguló sin llegar a causarle la muerte, pero provocando lesiones graves. Los investigadores localizaron al fugitivo en una comuna hippie, ubicada en una zona boscosa remota con un único acceso por un camino transitable solo a pie. Allí pasó inadvertido hasta que el pasado martes fue arrestado cuando pretendía abandonar el lugar.
