Torres infló en medio millón el coste de las mascarillas minutos después de contratarlas
Canarias firmó dos formalizaciones de compra con una diferencia de 48 minutos y con 447.000 euros extra

Ángel Víctor Torres. | EFE
El Gobierno canario de Ángel Víctor Torres fue un gran cliente para Soluciones de Gestión, la empresa de la trama vinculada a Víctor de Aldama, José Luis Ábalos y Koldo García que canalizó la venta de mascarillas durante la pandemia. No solo por los más de 12 millones que se llevaron estos en total de las arcas canarias, sino también por la facilidad con la que fueron capaces de modificar contratos in extremis para inflar su precio. Por ejemplo, en la primera compra de mascarillas, en la que en solo 48 minutos el contrato se «formalizó» dos veces: en la segunda versión, el Gobierno de Torres se comprometía a pagar aparte los fletes de las mascarillas, algo que no estaba contemplado en la primera oferta y que provocó la queja de un funcionario responsable de la Dirección General de Recursos Económicos del Servicio Canario de Salud. Nunca antes se habían facturado los fletes aparte, recalcaba. La trama ganó en esos 48 minutos 447.000 euros extra sobre lo previsto. Muchas de las mascarillas resultaron inservibles.
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha festejado públicamente el hecho de que el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) en el que figura no aporta «indicios de criminalidad» en su actuación. Ni «mordidas» ni «señoritas», ha señalado. Y pese a que este no es el informe definitivo sobre su presunto papel en la trama —fuentes judiciales aseguran que habrá más—, el documento actual sí arroja más dudas sobre el papel que jugó Torres en la contratación por parte de su gobierno de millones en mascarillas —buena parte de ellas inservibles— a la trama empresarial que dirigía Víctor de Aldama y que patrocinaban, presuntamente, José Luis Ábalos y Koldo García.
Una de las circunstancias sobre las que aporta luz el reciente informe de la UCO es el que tiene que ver con cómo se cerró la primera compra de mascarillas: el negocio millonario que posteriormente daría problemas en la fase de pago y que obligaría a Torres a involucrarse personalmente. «Esta mierda la soluciono sí o sí», llegó a decirle a Koldo. En el origen, la compra experimentó una situación del todo anómala: se formalizó dos veces con apenas 48 minutos de diferencia. Y en la segunda versión, arrojaba un coste extra de 477.000 euros para las arcas canarias, correspondientes al transporte de las mascarillas por avión desde Madrid a Canarias.
Así figura en documentos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, junto a los correos electrónicos de los altos funcionarios canarios que en aquellos días mediaron y ejecutaron la compra a Soluciones de Gestión. Uno de esos documentos, con fecha y hora del 22 de abril de 2020 a las 18.04 horas, aparece firmado por la directora general de recursos económicos del Servicio Canario de Salud. «Asunto, formalización pedido material sanitario». En la segunda página se incluye un cuadro con el material a adquirir: 2,75 millones de mascarillas FFP2 a 2,5 euros la unidad, con un montante total de 6.875.000 euros.
Los registros informáticos del Servicio Canario de Salud guardan copia de la factura proforma enviada por Soluciones de Gestión en la que se planteaba la oferta por las mascarillas. TO tiene una copia de ese documento, que aparece firmado a las 18.08 de ese mismo 22 de abril. Es decir, el Gobierno canario formalizó la compra antes incluso de recibir la oferta concreta y las condiciones que ponía la firma vinculada a Víctor de Aldama y que había llegado hasta Canarias por mediación de Koldo García.
La factura proforma provocó un cambio fundamental en el contrato: en ella se estipulaba, a diferencia de lo que se había pactado previamente, que el flete de las mascarillas entre Madrid y Tenerife-Norte «no estaba incluido». El de China a España sí, pero los 60.000-80.000 euros por cada avión nacional para llevar el material a las islas debían pagarlos el Gobierno de Torres. Las mascarillas, a 2,5 euros la unidad, ya no solo eran algunas de las más caras que habían encontrado en el mercado en ese momento, sino que además tampoco incluían el envío. La sanidad canaria no estaba negociando con esas condiciones, aunque como reconocería Torres meses después, este contrato tenía un componente de «excepcionalidad».

El problema sobre quién debía asumir los fletes no duró mucho. La directora general de Recursos Económicos firmó una nueva formalización a las 18.52 de ese 22 de abril, que ya incluía en una nota al pie que los fletes correrían a cargo de Canarias. Se facturarían aparte, obligando a abrir un nuevo expediente de contratación. La firma de esta nueva formalización modificada, que supondría unos 447.061 euros extra para la empresa de la trama, llegaría solo 48 minutos después de la primera. Esa segunda versión es la que hoy sigue publicada como oficial en el Portal de Contratación del Estado.

La situación no pasó inadvertida en los despachos del Servicio Canario de Salud donde se gestionaban los contratos sanitarios en la pandemia. La Unidad Central Operativa, por ejemplo, incorpora a su investigación un e-mail de Sebastián Fuentes Tarajano, de la Dirección General de Recursos Económicos, en el que, tras comprobar los términos del contrato, se pregunta: «Por otra parte, no sé cómo se han pactado las condiciones con el proveedor, pero los fletes deben formar parte del precio de la mercancía y veo que remite facturas al margen. ¿Se han negociado condiciones distintas para pago de mercancías y fletes?».

