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La prisión de Ceuta, entre el deterioro y el caos: «Tres de cada cuatro celdas están cerradas»

Los trabajadores culpan a la directora de las deficiencias y la falta de mantenimiento tras una inversión de 140 millones

La prisión de Ceuta, entre el deterioro y el caos: «Tres de cada cuatro celdas están cerradas»

El interior de la prisión, en una imagen de archivo. | TO

Ocho años después de la puesta en marcha del centro penitenciario de Ceuta, esta prisión «de última generación» y concebida como una «pequeña ciudad» para albergar a 1.400 presos todavía sigue lejos de alcanzar su máximo potencial. Es más, parece haber iniciado un proceso de involución. Según revelan fuentes penitenciarias, la mayor parte de la cárcel ha quedado en desuso, y con ello en «un proceso de deterioro continuo» pese a la inversión de 140 millones de euros que hizo el Ministerio del Interior. Los sindicatos insisten en que el proyecto fue totalmente «innecesario y desproporcionado» para las necesidades que tenía la ciudad autónoma. Y la prueba es que hoy el centro acoge a 250 reclusos y son numerosos los módulos e instalaciones que acumulan polvo, suciedad y mobiliario inservible. 

«Si hubiese que utilizar todos esos espacios, habría que volver a invertir mucho. Se ha tirado mucho dinero del contribuyente en esta prisión», critican. El hecho de que «tres de cada cuatro celdas estén cerradas», por otro lado, implica que el centro no pueda hacer una clasificación y un tratamiento correcto de los reclusos, explican fuentes penitenciarias. «No podemos separar a los presos primarios —que están por primera vez en prisión— o que son más jóvenes de los multirreincidentes. Y si hay algún preso más peligroso, enseguida lo mandamos a algún centro de Península», revelan estas mismas fuentes. 

Al no poder clasificar a este tipo de presos «porque los modelos del penal no están adaptados, se les manda a las prisiones de Cádiz, de Sevilla, en definitiva, a otro continente». De este modo, que se comuniquen con su familia cada semana se convierte en algo imposible. Una serie de problemas que en algunos casos pueden solucionarse gracias al trabajo y a la experiencia de los funcionarios, pero que suponen «una clara violación de los derechos fundamentales de la población reclusa», sostienen fuentes sindicales.  

Incendio en una sala de seguridad

Los trabajadores de la prisión han denunciado recientemente también la falta de mantenimiento de otros espacios penitenciarios. En algunos casos, de instalaciones tan importantes como la sala técnica, de la que depende la seguridad del perímetro exterior del centro y que el pasado mes de agosto se quemó por completo. Desde CCOO y TAMPM han denunciado que este suceso podría haber sido evitado y apuntan que se trata precisamente de una consecuencia directa del abandono y la falta de revisiones técnicas. 

Estos sindicatos han pedido explicaciones a Instituciones Penitenciarias por estos hechos, que, a juicio de lo denunciantes, solo se entienden por «indicios firmes de negligencia» cuando se trata de una prisión nueva, de apenas ocho años. «El incendio afectó a la seguridad del establecimiento y supuso un caos total porque las familias comunicaban ese domingo con los presos. Hubo que desalojarlos rápidamente. La directora, sin embargo, lo minimizó como algo menor». La realidad, según estas mismas fuentes, es que el incendio demuestra que la dirección no fiscalizó el cumplimiento del contrato de mantenimiento y se puso en peligro la vida tanto del personal como de los reclusos. 

En octubre, el Consejo de Ministros licitó un contrato de emergencia de 222.000 euros para subsanar este problema. Mientras, critican fuentes de la prisión, la Inspección Penitenciaria no ha actuado para investigar el origen del fuego. La denuncia de las posibles causas del incendio, así como la publicación de distintas imágenes del interior de la prisión que prueban el deterioro de varias instalaciones de la prisión, han generado una reacción en la dirección del centro. La Inspección ha citado en los últimos días a varios trabajadores, entre ellos a los delegados de los citados sindicatos, tras abrir una información previa para investigar las filtraciones a la prensa. 

Tensión en la prisión con la directora

Los sindicatos atribuyen a la directora del centro —que accedió al puesto hace dos años, aunque llevaba varios años en la Subdirección de Tratamiento— la mayoría de problemas que han surgido en la prisión y el mal clima laboral que se respira desde hace meses. Según denuncian fuentes del penal, la gestión del personal por parte de la dirección crea un «gran desasosiego» entre los trabajadores. De un lado, por el «maltrato sistemático contra la profesionalidad de los trabajadores» y, de otro, por el abuso que se está haciendo de los mismos, habida cuenta de la escasez de personal. «Derechos básicos de descanso y libranza se han convertido en una decisión arbitraria por parte de los mandos de la prisión», critica CCOO. 

Estas condiciones de trabajo han provocado que las bajas laborales se multipliquen. «Están llamando todos los días a gente que está descansando, estas cosas antes no ocurrían», cuenta un trabajador. Los funcionarios advierten de que la política del anterior director era totalmente distinta. «Había espacios de diálogo con los trabajadores y con los sindicatos. Ahora, la gestión es totalmente autoritaria. Esto parece más un establecimiento militar que un centro de la Administración del Estado. Con la anterior dirección no hubo ningún expediente disciplinario, en los dos últimos años llevamos más de diez», señala otro funcionario. 

Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) ha exigido la dimisión de la directora, y CCOO ha emplazado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SSIIPP) a reconducir lo que considera «una deriva» que «cuestiona la normalidad y eficiencia del propio servicio público penitenciario en Ceuta». Por si la situación no fuese lo suficientemente tensa en la cúpula del centro, un juzgado investiga a un subdirector por una presunta agresión a un funcionario en el departamento de ingresos, un incidente por el que, paradójicamente, el centro solo ha abierto expediente al trabajador. 

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