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Marlaska crea un grupo antinarcos en la UDEF para maquillar la inactividad de la unidad

El Graco, aseguran fuentes judiciales, no es más que «una cortina de humo para tapar el vacío»

Marlaska crea un grupo antinarcos en la UDEF para maquillar la inactividad de la unidad

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska

El Ministerio del Interior ha encontrado una forma de aparentar actividad donde solo hay parálisis. Después de haber vaciado de contenido a la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), el ministro Fernando Grande-Marlaska ha lanzado ahora un nuevo grupo dentro de la unidad: los Graco, Grupos de Recuperación de Activos Contra el Crimen Organizado. Oficialmente, su misión es rastrear el patrimonio del narcotráfico en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. Pero dentro de la Policía Nacional nadie duda de que se trata de una maniobra de maquillaje para encubrir la desaparición efectiva de la UDEF como motor de la lucha contra la corrupción en España. «Lo presentan como una novedad, pero no lo es. Estas investigaciones patrimoniales se hacen desde hace años con distintos nombres. Lo único nuevo es el intento de dar apariencia de vida a una unidad que el Gobierno ha dejado morir», explican fuentes de la UDEF a THE OBJECTIVE.

El nuevo grupo, formado por apenas unos ocho agentes, depende de la Comisaría General de Policía Judicial y se integra formalmente en la estructura de la UDEF. Oficialmente, su función es seguir el rastro económico de los clanes del narcotráfico, en coordinación con la Fiscalía Antidroga y la Agencia Tributaria. Pero fuentes internas reconocen que el verdadero objetivo es político: «Ofrecer la imagen de que la UDEF sigue viva, cuando en realidad lleva años paralizada». Desde 2022, cuando Fernando Alonso asumió la jefatura de la unidad bajo el paraguas de Marlaska, la UDEF ha dejado de investigar los grandes casos de corrupción que afectan a las altas esferas del poder. La Guardia Civil, a través de su Unidad Central Operativa (UCO), ha tenido que asumir esas investigaciones, hasta el punto de verse desbordada. «Han trasladado toda la carga sensible a la Guardia Civil, y a la UDEF la han reducido a un papel testimonial», denuncian fuentes judiciales.

Un desmantelamiento calculado

La decadencia de la UDEF no es un accidente, sino el resultado de una estrategia deliberada del Gobierno. Según confirman diversas fuentes policiales, desde Interior se ha impulsado una política de apagón institucional para alejar a la Policía Nacional de las causas políticamente más comprometedoras. Marlaska ha optado por una fórmula de bajo riesgo: vaciar de contenido a la unidad que durante años investigó la corrupción de todos los partidos, incluidos los del propio Gobierno. «El Gobierno no quiere una UDEF incómoda, y Alonso ha sido el ejecutor dócil de esa orden. Él no ha resistido; ha cedido», explican estas fuentes a este periódico.

El resultado es visible: la unidad que destapó Gürtel, Pujol, Malaya, PDVSA y el caso Tito Berni ya no figura en ninguna de las grandes causas actuales. Ni en la trama Koldo, ni en las investigaciones que salpican a la esposa del presidente, Begoña Gómez, ni en los casos que afectan a su entorno familiar. Todas están en manos de la Guardia Civil.

El comisario complaciente

Fernando Alonso llegó al cargo con la bendición del ministro Marlaska y, según varios mandos policiales, ha ejercido su puesto como un escudo protector del Gobierno. Su lema oficioso —«No quiero líos»— se ha convertido en la mejor descripción de su gestión. Bajo su dirección, la UDEF ha perdido más de la mitad de su plantilla. Decenas de agentes especializados han pedido el traslado ante la falta de trabajo real y de horizonte profesional. «Aquí investigar está mal visto», asegura un funcionario. «El jefe se jacta de que no tiene presiones, pero eso solo ocurre cuando renuncias a hacer tu trabajo».

El nacimiento del Graco representa esa metamorfosis controlada: convertir la antigua unidad anticorrupción en un espacio inocuo, centrado en el narcotráfico y alejado de los escándalos políticos, aunque el grueso de la lucha contra el narcotráfico seguirá recayendo en la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco). Fuentes judiciales coinciden en esa lectura. «Han querido que la UDEF deje de ser un actor incómodo. Lo han conseguido: ya no aparece en los juzgados, no remite informes y ha perdido cualquier relevancia en Anticorrupción». El Graco, dicen, no es más que «una cortina de humo para tapar el vacío». La creación de este grupo patrimonial, por tanto, no supone un refuerzo, sino un síntoma de la descomposición de la Unidad.


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