The Objective
España

Alarma por el aumento «descontrolado» de agresiones a policías: «Interior no nos protege»

Los ataques a agentes se han disparado en la última semana. «Prueban la pérdida total de autoridad», denuncian

Alarma por el aumento «descontrolado» de agresiones a policías: «Interior no nos protege»

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. | EP

Un policía en estado grave tras recibir dos disparos en una operación contra el narco en Isla Mayor (Sevilla). Dos policías del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) en Alcalá de Henares (Madrid) brutalmente agredidos por un grupo de seis individuos que los reconocieron tras salir de una cena con compañeros en el centro de la ciudad. Otro agente herido de gravedad tras recibir una paliza en Puente de Vallecas después de ser reconocido también por seis individuos cuando estaba fuera de servicio. La concatenación de agresiones contra funcionarios policiales en la última semana ha desatado la alarma entre las fuerzas de seguridad.

El sindicato mayoritario de Policía, Jupol, denuncia «el aumento descontrolado y extremadamente violento» de las agresiones contra agentes en toda España. Una situación que califican de «insostenible» y que evidencia «la pérdida total del principio de autoridad y el crecimiento del odio explícito hacia los policías por parte de delincuentes cada vez más violentos e impunes».  

Los últimos episodios, que incluyen emboscadas, ataques con armas de guerra —cada vez más comunes entre los narcos que custodian la droga—, agentes hospitalizados en estado crítico, brutales palizas y amenazas de muerte, confirman, según esta organización policial, que los delincuentes ya no respetan a las fuerzas de seguridad. «Atacan, disparan y buscan causar el mayor daño posible, alentados por un marco jurídico débil y por un Gobierno incapaz de garantizar la seguridad de los profesionales que protegen a todos los ciudadanos». 

17.000 agresiones en un año

«El Ministerio del Interior no nos protege», resumen fuentes sindicales. La prueba de ello es que, según los datos oficiales, solo en 2024 se registraron cerca de 17.000 agresiones a policías nacionales y guardias civiles, un récord «que demuestra que España se ha convertido en un país donde agredir a un agente sale prácticamente gratis», según denuncia esta organización policial. A su juicio, los ataques ya no son «incidentes aislados», sino que responden a un «clima de odio creciente alentado por la impunidad y la ausencia total de un discurso institucional que defienda y respalde la labor policial». 

«Tenéis que estar todos muertos», «madero de mierda», «ahora a ver si eres tan valiente». Insultos y amenazas que se han normalizado y aparecen en agresiones tan graves como la ocurrida en Puente de Vallecas, en la que siete personas golpearon brutalmente a un agente, provocándole una pérdida del conocimiento y un traumatismo craneoencefálico. Jupol sostiene que el funcionario también sufrió varias lesiones en la zona lumbar mientras los agresores le gritaban, precisamente, «madero de mierda». En el caso de Alcalá de Henares, un agente se quedó sin tres piezas dentales y sufrió una fractura de mandíbula y daños oculares en un ojo, mientras que el otro tiene rota la clavícula y varias heridas en la cara. 

Falta de medios

Jupol cree que la escalada de violencia también está ligada a la falta de medios en la Policía. Prueba de ello es que hay agentes, denuncian, que aún patrullan sin chaleco antibalas individual, material caducado o en mal estado, y unidades de riesgo —como aquellas que luchan contra el narcotráfico— sin cascos, escudos o vehículos balísticos, pese a enfrentarse a amenazas cada vez más letales. A esta circunstancia, añaden, se suma «la indefensión jurídica». «Cada intervención en la que un agente debe usar la fuerza se convierte en un proceso donde el policía pasa de víctima a investigado, generando un efecto desmoralizador y un abandono institucional sin precedentes». 

El sindicato policial señala directamente al ministro del Interior, al que responsabiliza políticamente del «colapso del principio de autoridad, del abandono de los agentes y del deterioro de la seguridad pública». Tras años de promesas incumplidas, ausencia de reformas legales urgentes y el bloqueo del catálogo de puestos de trabajo, que no se actualiza desde hace 17 años, «la situación ha llegado a un punto de absoluta inaceptabilidad». Entre tanto, los policías luchan desde hace años por que su profesión sea considerada de riesgo, sin que ningún gobierno haya escuchado su reclamación.

Endurecimiento de las penas

Esta organización, liderada por Aarón Rivero, reclama la puesta en marcha de «medidas urgentes», entre ellas un endurecimiento real de las penas por agresiones a agentes de la autoridad, así como la inclusión de una agravante penal específica para quienes ataquen a policías. Además, consideran «imprescindible» que se impulsen campañas institucionales que refuercen el respeto al principio de autoridad. Al mismo tiempo, demandan la incorporación del equipamiento balístico adecuado y el refuerzo de plantillas en las zonas más conflictivas, acompañado de la declaración de Zonas de Especial Singularidad cuando sea necesario, como por ejemplo, en el Campo de Gibraltar, donde la violencia contra los agentes es cada vez mayor. 

En el operativo en Isla Mayor (Sevilla), uno de los agentes afectados escuchó a un narcotraficante decir: «Cárgate a esos perros». Hasta ese momento, todavía era una incógnita si los criminales sabían que quienes les vigilaban eran agentes o miembros de una banda rival que querían darles un vuelco de droga. Las primeras informaciones pusieron el foco en un único herido de bala, que tuvo que ser intervenido. Posteriormente, se tuvo constancia de otros dos agentes más. Uno sufrió fracturas en las costillas por la esquirla de los disparos que impactaron en los chalecos, y el otro, un desgarro en el brazo cuando se lanzó al agua para salvar la vida. 



Publicidad