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España

Un grupo de feministas intenta cancelar a Soto Ivars por su libro sobre las denuncias falsas

El escritor solivianta a una parte del movimiento feminista, que pide la retirada de las librerías de su último ensayo

Un grupo de feministas intenta cancelar a Soto Ivars por su libro sobre las denuncias falsas

El escritor Juan Soto Ivars, en una entrevista concedida a THE OBJECTIVE el año pasado. | Carmen Suárez

El libro Esto no existe: Las denuncias falsas en violencia de género, del escritor Juan Soto Ivars, ha generado la reacción que el autor esperaba. Varias feministas han protestado y exigen a librerías que lo retiren de las estanterías. En algunos casos, piden al Gobierno que salga públicamente a refutar la tesis del ensayo, que es que las denuncias falsas por violencia de género son en realidad muy superiores al 0,01% del total, como algunos dicen.

El ensayo no niega, en ningún caso, la violencia contra las mujeres, sino que cuestiona la idoneidad de la «narrativa de género» para hacer frente a esta lacra, y asegura que la ley de 2004 promulgada en torno a esta narrativa ha generado miles de víctimas colaterales: varones que han sufrido denuncias falsas o instrumentales. Sin embargo, no han faltado los anatemas recurrentes contra el autor: «misógino», «negacionista» e incluso «incel», a pesar de que Soto Ivars está casado y tiene dos hijos. La vaguedad de los ataques contrasta con el rigor documental del libro, fruto de años de investigación.

La asociación Feministas Canarias, por ejemplo, ha señalado como «misógino» a Soto Ivars y ha asegurado que las denuncias falsas «no son ni el 1%». Por ello, han exigido a las librerías que «no lo vendan» porque «las víctimas necesitan apoyo social, no ver estos discursos en estanterías». Las feministas isleñas han blasonado en X de haber conseguido retirar sus ejemplares en al menos una tienda: «Hemos hablado con alguna librería y lo han retirado. Es cuestión de principios y compromiso social. En decirlo no perdemos nada y podemos ganar mucho, sobre todo las víctimas».

Las feministas radicales han salido en tromba. La socióloga Ana Monzón ha reclamado a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que responda públicamente a Juan Soto Ivars, al que se refiere como un «impresentable saliendo casi a diario negando la violencia de género». Núria González López, abogada y activista feminista, ha ido más allá y lo ha acusado de «violencia machista», e insta al Ejecutivo a desmentir el «bulo peligroso» de que existen denuncias falsas. González López se remite al dato del 0,01% que se extrae del CGPJ, pero que representa en exclusiva las denuncias en que la Fiscalía actuó de oficio y condenó a la parte denunciante, y que está ampliamente refutado en el libro que, por la fecha del tuit (11 de noviembre), no ha podido leer.

En el libro, tras una ardua investigación de varios años, el escritor llega a la conclusión de que alrededor de 750.000 españoles habrían sido víctimas de denuncias falsas por violencia de género entre 2006 y 2023. Tres cuartos de millón de inocentes que, según la narrativa de género, no existen. Juan Soto Ivars alcanza esta conclusión porque solo el 25% de las denuncias terminan en condena, y, de estas, un 33% son falsas, según las estimaciones más conservadoras de los expertos en la materia.

Lo «divertido», a juicio del autor, es que la reacción a la publicación del libro es la que predice su título: «Esto no existe». Antes de leer el libro, y sin siquiera voluntad de hacerlo, algunas feministas se han lanzado a tildarlo de «negacionista» basándose en algunos extractos de sus entrevistas, y han negado que las denuncias falsas tengan un peso significativo sobre el total. Una suerte de profecía autocumplida.

La espiral del silencio

Esto no existe dedica un capítulo a María Sanahuja, una jueza progresista que fue una voz en el desierto al clamar contra la ley integral de violencia de género. Las feministas se le echaron encima por decir, al poco de que se aprobara la norma, que tenía la sensación de que «algunas personas usan la fase de instrucción para tener mejor situación en la separación y se está haciendo un uso abusivo de las denuncias en los juzgados». Sanahuja, tras una campaña de difamación en su contra, terminó perdiendo el cargo de jueza decana y fue condenada al ostracismo.

El autor celebra el intento de cancelación. «Me lo están vendiendo». Esto no existe ha anunciado una segunda edición en tan solo cinco días. También ha publicado un vídeo en YouTube para monetizar las críticas. Su caso evidencia que la espiral del silencio se ha roto, que las campañas de cancelación en torno a este tema ya no surten efecto y que toca debatir.

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