La unidad 'secreta' de la Policía que ha frenado en España al cartel señalado por Trump
La Comisaría General de Información monitoriza a la banda venezolana desde 2021 para evitar que se asiente en el país

Agentes de la Policía, en una imagen de archivo. | Europa Press
El Tren de Aragua es considerado uno de los carteles más peligrosos del mundo. Con presencia en numerosos países de Latinoamérica y en el punto de mira de Donald Trump, que lo ha incluido en su lista de organizaciones terroristas por su penetración en el país con el tráfico de drogas, esta macrobanda no ha tenido el mismo éxito en España. Todo se debe al trabajo de la Policía Nacional y en concreto, al de una unidad especializada de la Comisaría General de Información (CGI) —el servicio policial de inteligencia— que monitoriza en secreto a esta organización criminal y ha tumbado todos sus intentos de asentarse en territorio español. «Hace unos años eran totalmente desconocidos, pero nosotros seguimos sus pasos desde 2021 y sobre todo a partir de 2023», explica a este diario el responsable de este equipo policial.
El último golpe contra el cartel venezolano fue hace apenas unas semanas. Agentes de la CGI desarticularon la primera célula localizada en España con la detención de 13 personas, ocho en Barcelona, dos en Madrid y otras tres en Gerona, La Coruña y Valencia. Según revelaron fuentes de la investigación, se trataba de la segunda fase de una operación que la Policía había iniciado en marzo de 2024 cuando fue arrestado en la Ciudad Condal el hermano del líder internacional de la organización, Héctor Rustherford Guerrero, el Niño Guerrero, cuyo paradero sigue siendo desconocido después de que escapara hace dos años del centro penitenciario de Aragua (Venezuela), conocido como la prisión de Tocorón.
La huida del Niño Guerrero fue y sigue siendo clave en la expansión de esta organización criminal. «En la prisión de Torocón él creó una miniciudad en la que se erigió como líder, como pran, y llegó a construir un zoo y una discoteca. Sin embargo, en 2023 se produce una intervención policial para restablecer el orden y el Niño Guerrero escapa. A partir de ahí es cuando este grupo empieza a extender sus tentáculos y hacerse fuerte en países como Chile, Bolivia, Brasil, Panamá, Colombia y Perú hasta convertirse en una amenaza global», explica a THE OBJECTIVE el inspector jefe del grupo. Desde entonces, al Tren de Aragua se le relacionan todo tipo de delitos: asesinatos, secuestros, extorsiones, tráfico y trata de seres humanos, blanqueo de capitales… y métodos del todo aterradores.
Diáspora venezolana
Fue en ese momento cuando, alertados por agencias como el FBI o foros internacionales de seguridad como la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI-TOC, por sus siglas en inglés), la Comisaría General de Información decidió anticiparse y crear un grupo especial para evitar que el Tren de Aragua se hiciese fuerte en España. En este equipo, además de agentes de Información, también participan policías de la Sección de Fugitivos y de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (Ucrif). Un trabajo al que también se suma la Audiencia Nacional y la Fiscalía Especial Antidroga.
Fruto del trabajo discreto y constante que caracteriza a la labor de inteligencia, este grupo de agentes de la Policía ha trazado un esquema perfecto de cómo funciona la organización por dentro y cómo actúa para hacerse con los territorios. Otra de las claves de esta organización, señala el citado inspector jefe, es la diáspora venezolana, de la que se nutre para integrar sus facciones. En el caso de España, la numerosa presencia de ciudadanos de esta nacionalidad —con más de medio millón de personas repartidas por el país— facilita que los integrantes pasen inadvertidos y sea fácil también captar a más miembros para el cartel.
Sus delegados en España
En cuanto a la organización interna, explican fuentes policiales, aunque toda la organización responde ante una cúpula, se divide por facciones en cada territorio y tiene delegados que se dividen por tipos delictivos. De este modo, si se descabeza una delegación, las restantes son capaces de funcionar independientemente y al mismo tiempo son más indetectables para las fuerzas de seguridad. En junio, la Policía Nacional detuvo en Madrid a L.J.R, alias Mamera, un venezolano de 30 años en busca y captura por un delito de asesinato en un ajuste de cuentas entre bandas en 2020 y la muerte de dos mujeres. Según fuentes del caso, Mamera era uno de los líderes de la facción del Tren de Aragua en Perú, y su principal tarea en la misma era la gestión de la prostitución.
Hace unas semanas, por otro lado, este equipo especializado de la Policía también detuvo en la localidad murciana de Molina de Segura a una mujer perteneciente a la organización, buscada por las autoridades de Chile por ser la encargada de blanquear el dinero de la estructura delictiva. La detenida abandonó el país sudamericano tras una operación en la que fueron detenidos 52 miembros del Tren de Aragua. Ella era la delegada del lavado de activos proveniente de estafas y extorsiones y, según las autoridades chilenas, las transferencias superaron los 138 millones de dólares.
La guerra contra bandas locales
Para hacerse con el control de los territorios, esta macrobanda transnacional va absorbiendo y/o derribando a las organizaciones locales. De hecho, según advierten desde la Policía, la célula asentada entre Barcelona y Madrid estaba lista para iniciar una guerra entre organizaciones de traficantes. El objetivo era competir de la manera más violenta posible por el control del territorio y del narcotráfico, hasta que todos los integrantes fueron detenidos in fraganti a principios de noviembre. Los detenidos, la mayoría venezolanos y colombianos de alrededor de 30 años, se habían asentado en pisos lujosos de las citadas ciudades. Pese a su alto nivel de vida, no tenían ningún oficio conocido.
Y es que pese a lo que ocurría hasta hace poco, los integrantes de estas bandas criminales han dejado de portar tatuajes en la cara con los que podían ser fácilmente reconocibles. La mayoría eran detenidos por este motivo en Estados Unidos. Ahora, precisan fuentes policiales, estos criminales pueden aparentan ser altos ejecutivos y llevan a sus hijos a los mejores colegios. Y sumado a que son venezolanos, todo ello les hace pasar más inadvertidos a los radares policiales. Por ahora, la Policía Nacional solo ha detectado la presencia del Tren de Aragua en el negocio ilícito del tráfico de drogas, pero dan por seguro que también han fijado su objetivo en el tráfico y la trata de seres humanos porque «es lo que más dinero les proporciona».
Aun con el éxito de las operaciones policiales, este grupo especial de Información asegura que la amenaza de que el Tren de Aragua se asiente en España es más real que nunca, porque el país es un gran nicho de mercado para ellos. Por este motivo, el trabajo de monitorización policial sigue siendo constante y los agentes no van a bajar la guardia ante la posibilidad de que la organización vuelva a intentarlo. Al final, explican estas mismas fuentes, entrar en actividades delictivas como el narcotráfico o el tráfico de seres humanos es solo un primer paso para esta organización que, como se ha demostrado en otros países, es capaz de penetrar en las instituciones y los Estados.
