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El interés por el Ejército toca fondo: de 28 candidatos por plaza en 2013 a 3,5 en 2024

A pesar del aumento de la oferta de plazas, el Ministerio de Defensa no logra dar con la tecla para atraer a los jóvenes

El interés por el Ejército toca fondo: de 28 candidatos por plaza en 2013 a 3,5 en 2024

Un militar en unas maniobras. | Europa Press

Cada vez es mayor el desinterés de los jóvenes por el Ejército. El Observatorio de la Vida Militar (OVM), órgano asesor dependiente de las Cortes Generales, advierte en su último informe del desplome en las solicitudes de acceso directo a las Fuerzas Armadas, un fenómeno que califica de «muy preocupante». Los datos llegan en pleno impulso del plan del Gobierno para incrementar en 14.000 el número de efectivos en la próxima década, en línea con los Objetivos de Capacidades establecidos por la OTAN.

Según el informe correspondiente a 2024, las academias de oficiales registraron un descenso del 8,5% en las solicitudes: de 3.269 aspirantes en 2023 se pasó a 2.993 el curso pasado. La ratio cayó así de 4,59 a solo 3,55 candidatos por plaza, muy lejos de los 6,25 de hace cuatro años. Un dato que, a juicio del OVM, «resulta preocupante no solo por el menor número de aspirantes, sino también por la peor selección que se puede realizar entre ellos».

El informe recuerda que hace apenas una década esa ratio se movía en cifras muy superiores, llegando a alcanzar los 28 candidatos por puesto en 2013. 2024 cerró con el peor registro de los últimos doce años. «De lo anterior se deduce que el interés por el acceso a las escalas de oficiales de las Fuerzas Armadas debe empezar a ser motivo de preocupación. Siendo urgente analizar las causas de ese, cada vez, más escaso interés», destaca el OVM.

El escenario es aún más delicado en las escalas de suboficiales. En 2024, el Ministerio de Defensa aumentó un 18% el número de plazas —de 6.826 a 8.062—, pero ni siquiera esta ampliación logró atraer suficientes candidatos. Con una oferta reforzada, la ratio cayó de 6,8 aspirantes por plaza en 2023 a 4,7 en 2024, dejando incluso vacantes en diez de las 219 convocatorias. En 2021 esta proporción alcanzaba los 8,37. 

Las causas del desplome

A pesar del notable aumento de la oferta de plazas en el Ejército, el Ministerio de Defensa no ha logrado dar con la tecla para revertir la tendencia. El informe identifica salarios poco competitivos, posibilidades de promoción limitadas y una movilidad geográfica que dificulta la conciliación familiar como algunos de los factores que explican el creciente desinterés de los jóvenes por la carrera militar. A ello se suma lo que el OVM describe como un «cambio de expectativas profesionales» entre las nuevas generaciones, cada vez más inclinadas hacia salidas laborales estables, mejor remuneradas y con mayores garantías de conciliación, en comparación con las que perciben en las Fuerzas Armadas.

A estos elementos se añaden variables demográficas y sociales, como la reducción del número de jóvenes en edad de ingreso y la dificultad para captar talento cualificado en áreas técnicas, donde el sector privado ofrece condiciones más ventajosas. El informe también subraya la complejidad de los procesos selectivos y la necesidad de reforzar tanto la orientación vocacional como la comunicación institucional sobre las oportunidades reales que ofrece la vida militar.

No se contempla el regreso de la mili

El informe del OVM recuerda que España cuenta actualmente con 2,4 militares por cada 1.000 habitantes, una cifra muy inferior a la media de la Unión Europea (3,6) y a la de la OTAN (6). Por ello, los autores recomiendan al Ministerio que dirige Margarita Robles avanzar hacia el máximo de 140.000 efectivos en activo previsto en la Ley de Carrera Militar, así como analizar en profundidad las causas de la «preocupante disminución» en las solicitudes para la escala de oficiales.

Pese a este escenario, España no se plantea recuperar el servicio militar obligatorio. La cuestión ha vuelto a aparecer en las agendas mediáticas de numerosos países europeos, impulsados por el temor a verse implicados en un conflicto armado y por la creciente duda sobre si los Estados de la UE están preparados para afrontar una guerra. Algunos gobiernos, hasta hace poco reticentes, han empezado a mover ficha: Alemania ha puesto en marcha un modelo de voluntariado que derivará en obligatorio si no se cubren las necesidades, mientras que Bélgica ha presentado una propuesta que incluye un salario atractivo para jóvenes de 18 años.

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