Exteriores declara secreta la información del aterrizaje de un avión militar mauritano en Soria
El departamento de Albares evita dar detalles sobre este vuelo de agosto de este año y lleno de interrogantes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la República Islámica de Mauritania, Mohamed Cheikh, a mediados de julio. | Pool Moncloa/Fernando Calvo
El aterrizaje de un avión militar de Mauritania el pasado 7 de agosto en un pequeño aeródromo junto a las ruinas sorianas de Numancia seguirá en la penumbra. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha invocado el secreto para rechazar una solicitud de información remitida a través del Portal de Transparencia.
«Al tratarse de una autorización de sobrevuelo de Estado, cuya tramitación involucra a otro Estado y se encuentra sujeta a protocolos específicos, marcados legal y consuetudinariamente por la reserva y la confidencialidad en sus detalles, conforme a la normativa y la costumbre española e internacional vigentes, la divulgación de lo solicitado afectaría negativamente a las relaciones bilaterales y a la imagen de fiabilidad de España ante futuros procesos de autorización con este y otros socios internacionales», explica el departamento de José Manuel Albares en una respuesta a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
El aterrizaje del avión mauritano en el aeródromo de Garray (Soria) se hizo sin ningún control fronterizo. Tampoco se inspeccionó su carga ni se registraron los datos de la tripulación. El plan de vuelo especificó únicamente que irían tres personas a bordo, dos de ellas de nacionalidad española. El aparato hizo escala en las Islas Canarias en su trayecto hacia la península.
Exteriores defiende que si facilitase ahora datos concretos de ese vuelo y de la carga que llevaba en su bodega, «se comprometería así el normal funcionamiento y la confianza depositada por otros Estados soberanos en los canales institucionales establecidos para la gestión de autorizaciones de vuelos de Estado, materia propia del ejercicio soberano de las relaciones exteriores y de la defensa y seguridad nacionales».
Las preguntas remitidas al Gobierno fueron muy precisas y extensas. En primer lugar, se reclamó copia íntegra de la autorización concedida por el Mando Aéreo de Combate para el vuelo y aterrizaje del «avión CASA-IPTN CN-235 mauritano», así como el texto del protocolo interno vigente en el Ejército del Aire para el control de aeronaves extranjeras en espacio aéreo español y su aplicación —y excepciones si las hubiere— en este caso concreto.
Sobre el control en tierra y los protocolos de seguridad, se inquirió al Ejecutivo «sobre la ausencia de vigilancia o control policial y explicación de las causas administrativas o técnicas» de dicha ausencia, junto con la evaluación de riesgos realizada por el Mando Aéreo de Combate y el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) «ante el aterrizaje sin presencia de seguridad en tierra».
Asimismo, se requirió copia de la nota verbal enviada por la embajada de Mauritania a Exteriores «relacionada con la solicitud de sobrevuelo y aterrizaje, incluyendo anexos con tripulantes e intenciones de vuelo», así como el registro de intercambios —fechas, destinatarios y contenido— entre el departamento de Albares y el Mando Aéreo de Combate «sobre esta nota verbal y la autorización final».
En relación con la identidad y condiciones en las que viajaron a España los tripulantes, en el requerimiento a través del Portal de Transparencia se inquiere por la relación «completa» de los tres tripulantes autorizados, «con nombre, rango, función y
nacionalidad», y si se realizaron verificaciones de antecedentes «penales, militares o migratorios» de ellos antes de autorizar el aterrizaje en la provincia de Soria. También se preguntó por el estado técnico de la aeronave y su mantenimiento, y si hubo un registro de inspecciones técnicas tras su aterrizaje en Garray «y de cualquier fallo o anomalía detectada» en dicho aeródromo.
Inventario «detallado» de la mercancía
La carga y mercancías también se incluyen en la pregunta. En este sentido, se pide un inventario «detallado» de la mercancía, documentación y otros efectos que la aeronave «ha transportado o pudiera haber transportado» durante su estancia en Soria, junto con los certificados aduaneros o de seguridad sobre el control de carga «a la llegada y salida del aeródromo» que apenas tiene tráfico aéreo a lo largo del año.
Por ello, se reclama «el plan de vuelo original y modificaciones registradas» indicando trayectoria, puntos de navegación, y causas del desvío hasta Soria, ya que estaba previsto que aterrizase en Sevilla, así como el calendario y permiso para la estancia prolongada, de hasta diez días, que se expidió en Garray, «incluyendo cualquier solicitud de prórroga» que hubiese podido solicitarse al gestor del aeródromo —la compañía Airpull—. En último término, se preguntó sobre los criterios jurídicos o militares invocados para calificar como reservada la información sobre este vuelo y que se justificase cualquier denegación parcial de acceso.
La solicitud de información fue inicialmente dirigida al Ministerio de Defensa, pero el departamento de Margarita Robles la derivó a la Secretaría General Técnica de Exteriores para su valoración. El departamento de Albares aclara en su respuesta que solo tiene una competencia «parcial» sobre el asunto. En lo relativo a la nota verbal enviada por la Embajada mauritana, únicamente sobre la solicitud de sobrevuelo y aterrizaje. Y en cuanto a la información reservada y excepciones, solo se responsabiliza de los criterios jurídicos invocados «para calificar como reservada la información sobre el vuelo y justificar cualquier denegación parcial de acceso». Pero no aporta detalles concretos sobre este vuelo lleno de interrogantes.
