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España

El jefe antidroga de Valladolid ocultaba 100.000 euros en efectivo en sus inmuebles

Un juez lo investiga por liderar una banda criminal que reintroducía en el mercado los alijos que el propio policía incautaba

El jefe antidroga de Valladolid ocultaba 100.000 euros en efectivo en sus inmuebles

El mando detenido. | TO

Asuntos Internos encontró más de 100.000 euros en efectivo en las propiedades del exjefe de Estupefacientes de la Policía Nacional en Valladolid, el inspector Luis Fernández Rafael. Según revelan fuentes próximas a la investigación, los agentes hallaron gran parte de este botín oculto en una caja fuerte que el mando tenía en su vivienda en Arroyo de la Encomienda, una localidad situada a las afueras de la capital vallisoletana, donde su mujer es la actual portavoz del Partido Popular en el Consistorio. El juez investiga a Fernández Rafael por ser el cabecilla de una banda criminal que se dedicaba a reintroducir en el mercado los alijos de droga que el responsable policial incautaba en operaciones contra el narcotráfico en la provincia que él mismo dirigía.

Los investigadores creen que el dinero en efectivo es parte del beneficio que el exjefe policial habría obtenido por vender la droga que decomisaba en el desempeño de su trabajo como funcionario. El modus operandi era el siguiente: el inspector daba el cambiazo a la cocaína antes de que se destruyese en las plantas incineradoras y después se la vendía a un clan de dominicanos, asentado en Valladolid y cuyos integrantes también fueron detenidos en la misma operación policial. Según explican fuentes policiales, la eliminación de los estupefacientes depende de la decisión del juez. No obstante, en la mayoría de casos, solo se requiere una muestra de la droga como prueba del delito.

De esta forma, según contó THE OBJECTIVE, el mando colocaba alijos que, a ojos de Policía, ya habían sido destruidos y evitaba levantar cualquier sospecha entre sus compañeros. Asuntos Internos, sin embargo, llevaba dos años detrás de él y finalmente desenmascaró la operativa del grupo criminal. Lo hizo con la incautación de 40 kilos de droga en el domicilio de un familiar de uno de los dominicanos detenidos. Un alijo que no era desconocido para la Policía de Valladolid, habida cuenta de que ya lo había decomisado siete meses antes en la operación Churruca, en el mayor golpe contra una red de narcotráfico y blanqueo de capitales asentada en Valladolid. 

Falsos atestados policiales

La operación Churruca se saldó con 19 detenidos y 59 kilos de cocaína incautados, valorados en casi cuatro millones de euros, y descabezó a la cúpula «más potente» de la droga en la región. Una presunta organización criminal vinculada a un clan muy conocido de mercheros —un grupo social que sigue las costumbres gitanas, pero no pertenece al pueblo gitano— de Valladolid, que adquiría la droga en Galicia para distribuirla por la provincia y la comunidad autónoma de Asturias. Los agentes, dirigidos por el entonces inspector jefe de Estupefacientes, también se incautaron de 22 vehículos de alta gama y numerosa documentación. 

Lo que también han descubierto los agentes de Asuntos Internos es que Fernández Rafael fabricaba además informes y atestados policiales sobre incautaciones de droga en los que incluía números de identificación de algunos de los agentes de su grupo, según ha publicado El Norte de Castilla y confirman a este periódico fuentes del caso. Una práctica que los investigadores todavía no han sabido encajar en la operativa de la trama, pero por la cual el Juzgado de Instrucción número tres le investiga al inspector jefe por falsedad documental, además de por otros cinco delitos: organización criminal, tráfico de drogas, prevaricación, revelación de secretos y omisión del deber de perseguir delitos.

El inicio de la investigación

El alto tren de vida de Fernández Rafael, que había adquirido recientemente distintos coches de lujo, fue precisamente lo que levantó las sospechas entre los agentes de Asuntos Internos. La Policía detuvo al inspector tras dos años de investigación y registró todos sus inmuebles en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), así como el despacho y la taquilla que tenía en dependencias policiales. Después de tres días en los calabozos,, el juez instructor decretó el ingreso en prisión provisional para el mando policial y otros cinco arrestados. Solo uno de los detenidos quedó en libertad. Según revelaron fuentes jurídicas a este periódico, los miembros del clan dominicano confesaron en sede judicial todo el modus operandi del policía que les vendía la droga, procedente de las incautaciones que realizaba.

Hace poco más de una década, el nombre del exjefe de Estupefacientes trascendió internamente por denunciar, paradójicamente, una trama de tráfico de drogas en la Policía Nacional de Fuerteventura cuando estaba destinado allí como inspector, según revelan fuentes policiales. Finalmente, en 2013, agentes de Guardia Civil a cargo de esa operación detuvieron a un mando de la Comisaría de Puerto del Rosario por formar parte de la cúpula de un grupo mafioso de agentes de la Benemérita que se dedicaban al narcotráfico en la isla, al que se conocía como clan de los Marichales.





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