Marlaska refuerza la lucha contra el narco en el Estrecho con una unidad 'low cost' de policías
La Policía está engrosando el Greco de Cádiz con agentes de otras comisarías sin asignarles un puesto ni pagarles más

Una Incautación de droga de la Policía, en una imagen de archivo. | EP
El plan del Ministerio del Interior para combatir el narcotráfico en la zona del estrecho de Gibraltar se esta revelando desde hace meses como ineficaz. Las estrategias implantadas por las familias que controlan el negocio de la droga en Cádiz tienen totalmente desbordados a los agentes de la Policía Nacional. La consolidación de rutas alternativas, principalmente hacia la costa de Portugal, las nuevas fórmulas para abastecer de gasolina las lanchas y la creciente peligrosidad de los narcos con la utilización de armas largas e incluso de guerra han evidenciado que el despliegue policial en la lucha contra el tráfico de droga es «insuficiente» y está «alejado de las actuales circunstancias», según constatan diversas fuentes policiales desplegadas en la provincia andaluza.
El problema, sostienen estas fuentes, es que mientras el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska trata de reaccionar y replantear el plan operativo, se «ha abandonado la investigación» y los grupos de Estupefacientes y de Crimen Organizado (Greco) carecen de medios humanos y materiales «como vehículos camuflados, armas automáticas o chalecos antibalas, habida cuenta de que no hay fondos para reponerlos o arreglarlos». Explican que, si bien los ejes del plan contemplan la lucha contra las organizaciones criminales y sus entramados financieros, ese objetivo es «un brindis al sol» porque Interior no ha dotado tampoco a los agentes de las herramientas y la formación necesaria. «No hay protocolos de comunicación, ni de coordinación…», advierten.
«Los grequitos»
Ante este escenario, Interior ha improvisado una fórmula para reforzar las unidades de élite que luchan contra el narco. Desde hace aproximadamente nueve meses, detallan fuentes policiales, los grupos de respuesta especializada contra el crimen organizado (Greco) asentados en el Estrecho —aunque dependen de la Brigada Central de Estupefacientes (Udyco), es decir, de Madrid— están recabando el apoyo de policías de otras comisarías de la provincia de Cádiz. Esta medida ha causado malestar en el cuerpo, habida cuenta de que los funcionarios «no cuentan con el estatuto jurídico correspondiente» ni «reciben ningún tipo de compensación económica extra» por el trabajo que realizan.
Entre los agentes, estas figuras han recibido el nombre de «Greco low cost» (Greco de bajo coste, en castellano) o «los grequitos». Su denominación más oficial es «Greco Tartessos». En cualquier caso, insisten fuentes policiales, no forman parte del grupo en el que se integran, habida cuenta de que «trabajan para ellos en inferioridad de condiciones tanto jurídicas como de remuneración». Mientras los agentes que sí forman parte de esta unidad cobran hasta 3.600 euros al mes por estar desplazados fuera de Madrid, los agentes del «Greco low cost, que siguen encuadrados en las plantillas provinciales, cobran solo dietas puntuales», advierten.
Lo más grave, no obstante, es que estos policías trabajan «con falta de protección jurídica porque no disponen de un puesto de trabajo especifico, dado que no existe», denuncian fuentes de la lucha contra el narcotráfico. Los puestos de trabajo diseñados por Interior serían del todo irregulares, porque, explican, la Policía no los ha asignado a través de una comisión de servicios o de una atribución temporal de funciones. Esta última figura, por ejemplo, se utilizaba para los agentes que integraban OCON Sur, la unidad de élite de la Guardia Civil que combatía el tráfico de drogas en el Campo de Gibraltar y que fue desmantelada por Marlaska en 2022. «En OCON todos se integraban en igualdad de condiciones administrativas», señalan.
«Una chapuza jurídica»
Las fuentes hablan de una «chapuza jurídica» que «podrá dar problemas y reclamaciones en el futuro» porque los agentes low cost además «actúan al margen de sus mandos naturales directos». Esto supone que los jefes de los grupos en los que están encuadrados estos policías ignoran en todo momento «a qué se dedican y donde se encuentran», cuando sobre papel están bajo sus órdenes. «Una situación sin precedente porque todo puesto de trabajo debe estar regalado administrativamente», advierten. Se da la circunstancia de que el agente que resultó herido de gravedad a principios de noviembre tras recibir varios disparos por unos narcos en una nave de Isla Mayor (Sevilla) era uno de estos agentes ‘falsos‘.
Pese a que la Policía informó de que era un funcionario del Greco, en realidad pertenece a la plantilla de la comisaría de Algeciras. Aunque el refuerzo de agentes se trata de una medida efectiva en la lucha contra el tráfico de drogas, las fuentes policiales reclaman al ministerio que sucesos como el tiroteo que sufrió el policía deben cambiar la situación jurídica y administrativa que tienen los agentes de «Greco Tartessos». Las fueras de seguridad vienen alertando del aumento exponencial de la delincuencia vinculada al narcotráfico y los sindicados y asociaciones exigen soluciones efectivas para frenarla. Mucha de estas organizaciones señalan que el cierre de OCON Sur ha supuesto, aunque se niegue desde Interior, «un repunte del tráfico de hachís y sobre todo de la sensación de impunidad entre los delincuentes».
Más violencia del narco
La primera prueba fue el asesinato de los dos guardias civiles en el puerto de Barbate, en febrero de 2024, después de que una narcolancha pilotada por cuatro hombres, todos ellos de origen marroquí, arrollase una goma en la que iban seis agentes. Un militar de la Guardia Nacional Republicana portuguesa (GNR) murió a finales de octubre tras ser embestido por una goma en el río Guadiana a la altura de Alcoutim, en el sur de Portugal y en la frontera con Huelva. Los narcos han ido buscando nuevas rutas, en particular remontando la costa hacia Isla Mayor, Isla Cristina (Huelva) y Portugal. Y eso ha convertido también a la zona de la Bahía de Cádiz en un centro neurálgico para el almacenamiento de gasolina que son transportadas desde la zona a través de pequeñas embarcaciones a alta mar para aprovisionar de combustible a las embarcaciones ilegales en su camino hacia Huelva y Sevilla.
El aumento de la violencia por parte de los narcos se ha hecho evidente no solo por los enfrentamientos que se producen en el mar y que han costado la vida a los citados agentes; también por la utilización de armas largas de presencia permanente para proteger y transportar los alijos. Esas armas no pretenden ser utilizadas en su mayoría contra las fuerzas de seguridad. En un principio, tienen la finalidad de proteger la droga de bandas rivales y de los frecuentes vuelcos (narcos que roban droga a otros narcos). Aun así, suponen un factor de riesgo más para la ya de por sí complicada tarea de los agentes.
