Polémica en Cadaqués: acusan a cargos públicos de beneficiarse de un pelotazo
Movimientos locales y ecologistas denuncian un exceso de viviendas de lujo y conflictos de interés en el plan urbanístico

Cadaqués.
El nuevo plan urbanístico de Cadaqués ha sembrado la discordia en esta idílica localidad de la Costa Brava, uno de los litorales con más demanda de residencias de lujo y a la vez más limitaciones medioambientales a la hora de edificar vivienda de obra nueva. El Plan de Ordenación Urbana Municipal (POUM) del Ayuntamiento del pueblo gerundense prevé cambios significativos, que justifica como necesarios para ordenar el crecimiento de la población, garantizar el desarrollo sostenible y proteger el entorno natural. Sin embargo, la iniciativa se ha topado con una fuerte oposición de movimientos vecinales locales y entidades ecologistas como Amics de la Natura de Cadaqués y SOS Costa Brava.
La asociación Amics de la Natura transmite a THE OBJECTIVE que está estudiando llevar ante la Fiscalía Anticorrupción lo que considera un presunto caso de corrupción, prevaricación y abuso de poder. Critican la «insostenible» construcción prevista de más de 700 viviendas, con la capacidad de carga al máximo, el incremento de 24 a 38 viviendas en camping, un proyecto de campo de fútbol con 42 viviendas en Portlligat, y la imposibilidad de levantar los 200 pisos de protección oficial previstos, ya que depende de un acuerdo entre varias partes que no verían, según esta versión, suficiente atractivo en la oferta.
Asimismo, denuncian que en el Plan Parcial s’Oliguera-1 se han proyectado 55 viviendas «donde la arquitecta municipal tiene terrenos a nombre de su marido», y que «el abogado asesor jurídico urbanístico tiene como cliente» a un particular que «tiene terrenos en el Plan Parcial Saguarda», que pasaría de 54 a 68 viviendas. Añaden que se permitirá construir «un 300% más» de vivienda en «los terrenos del anterior arquitecto municipal». Por todo ello, concluyen que «este POUM solo beneficia a cuatro amigos y familiares, perjudicando a muchos vecinos del pueblo por la cuestión del agravio comparativo y desigualdad entre diferentes propietarios».
Este municipio, símbolo internacional de la preservación paisajística en el Mediterráneo, se enfrenta así a uno de los debates más determinantes de su historia reciente. El pleno del Ayuntamiento ya dio luz verde a la aprobación inicial del nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal, un documento técnico de enorme complejidad que pretende sustituir al vigente Plan General de 1986. Lo que el equipo de gobierno presenta como una actualización necesaria para ordenar el crecimiento poblacional y garantizar la sostenibilidad ha sido recibido con una feroz resistencia por parte de grupos ecologistas y plataformas ciudadanas, que ven en el plan una alfombra roja para la especulación urbanística.
El nuevo planeamiento es el resultado de cinco años de trabajos técnicos y políticos. Según la información oficial, el proceso ha contado con una fase de participación ciudadana en la que se involucraron unas 300 personas, una cifra que representa aproximadamente el 10% del censo municipal. El objetivo declarado del POUM es modernizar la normativa urbanística para adaptarla a los estándares ambientales del siglo XXI, protegiendo el entorno natural del Cap de Creus y regulando el crecimiento en el núcleo urbano.
La polémica tiene varios focos de los que han informado 3CatInfo, Crónica Global y El Triangle, si bien se centra fundamentalmente en la previsión de construcción de nuevas viviendas. Los críticos sostienen que el plan abre la puerta a la edificación de cerca de un centenar de nuevas residencias de lujo en zonas de alto valor paisajístico. Según las entidades ecologistas, estas promociones no responden a las necesidades habitacionales de los residentes habituales de Cadaqués, que sufren graves problemas de acceso a la vivienda debido a los precios prohibitivos, sino que están orientadas a un mercado de segunda residencia de alto poder adquisitivo. Para SOS Costa Brava, el POUM de 2025 podría suponer un retroceso irreversible en la protección de un litoral muy afectado de por sí.
La tensión ha escalado hasta el punto que algunas voces de la oposición y sectores críticos han puesto el foco en la figura de la alcaldesa, Pia Serinyana, que es además la concejala encargada de las competencias de Urbanismo. Se acusa al nuevo planeamiento de beneficiar intereses particulares relacionados con el entorno de la propia alcaldía, una afirmación que ha tensado al máximo la cuerda política en el municipio. El argumento de los detractores es que el crecimiento propuesto beneficia de manera desproporcionada a determinados sectores del suelo privado, en detrimento del interés general y la preservación del patrimonio común.
El Ayuntamiento ha insistido en que el POUM es un instrumento de consenso que ha intentado equilibrar todas las sensibilidades. El consistorio defiende que, lejos de fomentar la especulación, el plan establece límites más estrictos que la normativa de 1986, que había quedado totalmente obsoleta ante la realidad actual. Para los defensores del documento, es imprescindible contar con una hoja de ruta clara que defina dónde se puede y no construir, evitando la arbitrariedad y proporcionando seguridad jurídica. Admiten que se debe escuchar a todo el mundo, pero subrayan que el documento final debe ser, por encima de todo, beneficioso para el conjunto de la comunidad.
Uno de los puntos de mayor fricción es la gestión de los espacios que aún conservan el carácter de olivares y muros de piedra seca, elementos identitarios del paisaje de Cadaqués. Mientras el POUM asegura proteger estas estructuras, los ecologistas advierten de que la clasificación de algunos suelos como urbanizables condenará a la desaparición de hectáreas de este mosaico agroforestal. Las asociaciones piden una moratoria inmediata y una revisión a la baja de la densidad edificatoria prevista, argumentando que el municipio ya ha alcanzado su límite de carga, especialmente en lo que respecta al suministro de agua y la gestión de residuos durante los meses de verano, cuando llegan los turistas en mayor volumen.
El debate en Cadaqués trasciende lo local para convertirse en un nuevo capítulo de la histórica lucha por el control del litoral catalán. La aprobación inicial es solo el primer paso de un proceso administrativo que se prevé largo y judicializado. Está por ver si estas reclamaciones logran que el Cadaqués del futuro se convierta en un equilibrio entre la esencia que inspiró a artistas como Salvador Dalí y la oleada de ladrillo que busca dar respuesta a la demanda de vivienda, pero que también podría transformar para siempre la fisonomía del paisaje.
