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Máxima protección del testaferro de Zapatero: su teléfono lo tenían «solo cinco personas»

Julio Martínez Martínez mantenía unas estrictas medidas de seguridad que utilizaba para proteger sus comunicaciones

Máxima protección del testaferro de Zapatero: su teléfono lo tenían «solo cinco personas»

José Luis Rodríguez Zapatero | Alejandra Svriz

El caso de Julio Martínez Martínez, conocido como ‘Julito’, presunto testaferro del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado un giro significativo en las últimas semanas, con nuevas revelaciones sobre su vida privada y las estrictas medidas de seguridad que utilizaba para proteger sus comunicaciones. Según fuentes cercanas al investigado, Martínez mantenía un teléfono móvil completamente aislado de internet, con una lista de contactos restringida a no más de cinco personas , entre las cuales se encontraba el propio Zapatero. Este dispositivo no era de uso común: su estructura aislada y su reducido círculo de contactos parecen estar directamente relacionados con las transacciones comerciales y el miedo a ser investigado por la policía.

La figura de Julio Martínez ha sido clave en el entramado de empresas vinculadas a diversas operaciones económicas de gran envergadura, entre ellas la investigación por el rescate de la aerolínea Plus Ultra. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la seguridad de sus comunicaciones estaba a la par de su perfil empresarial: alta, cerrada y difícil de vulnerar. Fuentes próximas al empresario aseguran que su teléfono, que carecía de acceso a internet, contenía solo los números de unas pocas personas de absoluta confianza, algo que no solo reflejaría la necesidad de mantener la discreción, sino también la importancia de evitar cualquier posible filtración que pudiera comprometer su red de negocios. «Solo tiene agendada a unas cinco personas, que son con las que habla; a nadie más le da su teléfono de contacto», han indicado las fuentes. Este reducido grupo incluía, por supuesto, a Zapatero, lo que indicaría una relación muy cercana.

El uso de un teléfono sin conexión a internet no es una casualidad. Se sabe que, con el paso de los años, las investigaciones y los casos de espionaje digital han ido en aumento, por lo que la necesidad de evitar las filtraciones a través de la red es cada vez más crucial para personas involucradas en negocios de alto nivel, como los que Martínez parece gestionar. Su estrategia de mantener un teléfono de este tipo refleja la paranoia que se apoderó de él y de quienes como él operan en la sombra de las grandes corporaciones. Al mismo tiempo, Zapatero, según publicó El Debate, también utilizaba este tipo de dispositivos —similares a un Nokia 3310— para comunicarse con Julio Martínez.

Testaferro de Zapatero

Desde la salida de José Luis Rodríguez Zapatero de la Moncloa en diciembre de 2011, la relación con Julio Martínez no solo se estrechó a nivel personal, sino también a nivel profesional. Como ya adelantó THE OBJECTIVE, el empresario originario de Elda (Alicante) comenzó a viajar regularmente a Venezuela para cerrar negocios, a pesar de no haber estado nunca antes en el país latinoamericano. Fue allí donde empezó a forjar la red empresarial que hoy está en el centro de la investigación judicial.

A lo largo de los años, Martínez consolidó una red de al menos 16 sociedades activas, las cuales operan de forma independiente, pero bajo un control centralizado. Este conjunto de empresas no se presenta como un grupo económico convencional, sino que funciona bajo un esquema en el que cada sociedad tiene su propia personalidad jurídica y objeto social. Sin embargo, la figura de Martínez está en el centro de todas ellas. La cronología de la formación de esta red es particularmente relevante. A pesar de que las sociedades fueron fundadas de manera independiente, la mayoría de ellas comenzó a operar de forma activa a partir de 2020 y 2021, casi una década después de que Zapatero dejara la presidencia.

El sistema bajo el cual funcionan estas empresas se asemeja al de un entramado diseñado para compartimentar actividades, dividiendo las funciones en bloques como patrimonio, inversión y consultoría. Este modelo permite que las operaciones de negocios sean difíciles de rastrear, lo que le da a Martínez un control absoluto, pero también lo convierte en un objetivo para las autoridades, que buscan desentrañar cómo operan realmente estas sociedades.

Una operación controlada

Aunque los agentes tienen información sobre el papel de Julio Martínez como testaferro de Zapatero, el nombre del expresidente aún no aparece en los informes oficiales, algo que ha aliviado a Zapatero. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE sugieren que este hecho podría ser interpretado como un intento por parte de las «cloacas» policiales de explotar la investigación con el objetivo de salvar a Zapatero. De hecho, se señala que esta operación está siendo impulsada por figuras vinculadas al expresidente, como su antiguo director de seguridad en la Moncloa, el comisario Segundo Martínez, que ahora trabaja para Huawei.

Las fuentes consultadas ponen el acento en el último encuentro de Zapatero con Martínez, tres días antes de su detención, en el marco de una causa que investiga el blanqueo de capitales vinculado al rescate de la aerolínea Plus Ultra. Las mismas fuentes explican que es cierto que ambos quedaban con asiduidad para practicar deporte, pero, sin embargo, tras su última cita se produjo un borrado de correos y mensajes de Martínez para «obstaculizar la investigación» que tanto preocupa al exjefe del Ejecutivo socialista en la medida en que se trata de una persona de máxima confianza. La correlación de ambos hechos —la reunión de Zapatero y Martínez y el borrado posterior de sus dispositivos— no es casual para los investigadores de la Guardia Civil, que creen que se ha producido un chivatazo por parte del expresidente del Gobierno, que ha obtenido información, no por parte del Gobierno, sino por parte de sus tentáculos en la Policía Nacional.

Fuentes policiales detallan que el circuito por el que fluye la información dentro de la Policía Nacional sigue un esquema perfectamente definido. Los agentes de la UDEF elevan sus informes y avances de investigación a su superior directo, el comisario Fernando Alonso. Según estas mismas fuentes, el comisario Alonso transmite posteriormente las diligencias a su superior jerárquico, el comisario general de Policía Judicial, Luis Fernando Pascual, nombrado en el puesto hace apenas dos años. A partir de ahí, la información asciende hasta el máximo responsable operativo del cuerpo, el director adjunto operativo (DAO), José Ángel González, conocido internamente como Jota‘. Este último, subrayan los investigadores consultados, mantiene una estrechísima vinculación con Segundo Martínez, a quien señalan como «el hombre de Zapatero para controlar Interior»«Martínez es quien eligió al DAO», aseguran de forma tajante esas fuentes, que describen este entramado jerárquico como una estructura diseñada para filtrar y condicionar las investigaciones sensibles. «Esta es la auténtica cloaca de Interior», denuncian, una acusación que no procede únicamente de la Guardia Civil, sino también de agentes en activo de la propia Policía Nacional.

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