El cajero en un callejón histórico de Sevilla desata la polémica sobre el turismo
La máquina situada en el ‘Callejón del Agua’ se suma a una lista de quejas continuadas por parte de los vecinos sevillanos
Cajero automático en el 'Callejón del Agua' en Sevilla | @sevillanosORG
En la calle Agua de Sevilla ha sido colocado un cajero automático. El callejón del barrio de Santa Cruz se sitúa junto a la Muralla del Alcázar, siendo uno de los más representativos e históricos de la ciudad de Sevilla. Según adelantaba ABC, el cajero no ha pasado por la Comisión de Patrimonio. A la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes no le figura ningún expediente para la instalación del cajero automático.
La organización Sevillanos, a través de su cuenta @sevillanosORG, publicó un tweet en el que mostraba su disconformidad con respecto a la instalación de esta máquina: «¡En pleno callejón del agua! Hace poco, el @Ayto_Sevilla empezó a multar y extorsionar a los negocios tradicionales por sus letreros ‘con poco decoro’ para Sevilla, pero a las multinacionales les pone alfombra roja. ¿Casualidad? No! Hoja de ruta! NOS ROBAN SEVILLA».
Según ha podido conocer THE OBJECTIVE, la financiera multinacional encargada de la gestión del cajero se ha puesto en contacto con la organización Sevillanos, con el compromiso de reformar la imagen corporativa del cajero, con la intención de adaptarla «a lo que merece el entorno». A pesar de ello, en ningún momento se ha apuntado desde la multinacional a la retirada de este cajero situado en un lugar emblemático de Sevilla.
«No es nada nuevo. Esto es lo que lleva ocurriendo en Sevilla desde hace unos años, cuando se metió la quinta marcha para convertir a Sevilla en una ciudad más de la Europa turística, en esas que se convierten en un centro comercial para el beneficio de los fondos de inversión», afirma Pablo Gañán, portavoz de Sevillanos, a THE OBJECTIVE.
La ordenanza municipal de publicidad publicada por el Ayuntamiento de Sevilla tiene especial cuidado con el casco histórico de la ciudad. La última ordenanza publicada al respecto data de febrero de 2022. En la exposición de los motivos se asegura que esta ordenanza pretende proporcionar «un marco jurídico estable que permita coexistir la actividad económica con el disfrute de la realidad cultural e histórica de la ciudad», especialmente, pone el foco en ser «respetuosa con los valores patrimoniales y acorde con los nuevos diseños que ofrece el mercado».
La instalación del cajero automático, según la queja de los sevillanos que han transmitido a esta organización, parece contradecir por completo la ordenanza municipal. «Lo van a mantener, por supuesto. Lo que va a cambiar va a ser la fisionomía. Pero realmente lo que daña a los sevillanos no es el color, que también, sino que esté en el callejón más romántico de Sevilla», afirma Pablo Gañán.
Los comercios locales también han transmitido su queja a través de esta organización: «A las franquicias se les permite cambiar el entorno sin ningún tipo de problema, y a los negocios tradicionales se les presiona continuamente debido a esta ordenanza», explica Pablo Gañán.
Según ha podido conocer THE OBJECTIVE, un comercio local dedicado a la filatelia tuvo que quitar su cartel debido a la ordenanza municipal. Ubicado cerca de la Giralda, recibió la visita de «agentes del ayuntamiento» que los obligaron a cambiar el cartel. El negocio familiar cedió y colocó otro cartel para evitar la multa. Poco después, un establecimiento de venta de tickets turísticos abrió su comercio en la misma calle. El letrero de esta franquicia multinacional, naranja y muy llamativo, «no respeta la esencia de la ordenanza».
Otro de los casos es el del bar «Antiguas Piletas», cerrado tras la pandemia. Situado en la calle Águila, el tradicional bar tuvo que cambiar su letrero al «no ser acorde al patrimonio». Después de este gasto económico, tuvieron que volver a modificarlo debido a unos centímetros de exceso que no cumplían con la ordenanza. Nuevamente, tuvieron que cambiarlo.
La organización Sevillanos piensa que ante esta «doble vara de medir» el sevillano es el que sale perjudicado: «El turismo ha cogido una velocidad de vértigo. Nosotros no queremos acabar con el turismo. Queremos que el turismo no acabe con nosotros. Me parece lo más justo, loable y humano».
A través de las redes sociales, los sevillanos muestran su disconformidad ante las consecuencias del turismo en el casco histórico de Sevilla. Uno de los casos más sonados es el de el nuevo edificio en construcción de cuatro plantas en el Paseo de Colón. Este edificio residencial, tapa las vistas de la Giralda desde el mítico puente de Triana.
La organización Sevillanos da voz a través de sus redes sociales a este tipo de «irregularidades» que manchan la ciudad hispalense: «Estamos haciendo mucho ruido y estamos recibiendo el apoyo de la gente», asegura su portavoz.
Según Diario de Sevilla, el turismo extranjero en el año 2022 cerró con la cifra de 191.544 alojamientos, aumentando en un 300% con respecto al año anterior. El turismo representa un 15% del PIB y el aumento de empleo también es notable. Sin embargo, los vecinos de las zonas más saturadas consideran que la masificación daña enormemente el patrimonio de la capital andaluza.
La organización Sevillanos está registrada en la Junta Electoral de Zona y tras el empuje que ha recibido por parte de la ciudadanía plantea presentarse a las próximas elecciones municipales: «Nosotros queremos cuidar el turismo del futuro. Queremos que Sevilla siga siendo una ciudad y no un parque temático. Y a la misma vez, queremos preservar el turismo del futuro, pero sin acabar con el mayor atractivo que tiene Sevilla: La vida de los sevillanos, nuestra idiosincrasia. Eso es lo que más valor tiene, y queremos luchar por preservarlo», concluye Pablo Gañán.
