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Andalucía

Agricultores de Granada relacionan el uso de cañones antigranizo con la falta de lluvias

Varios estudios científicos no evidencian la modificación artificial del ciclo hidrológico

Agricultores de Granada relacionan el uso de cañones antigranizo con la falta de lluvias

Cañón antigranizo. | SPAG (Youtube)

En Granada ha resurgido la polémica en torno al uso de cañones antigranizo. Un grupo de agricultores y ganaderos ha expresado su descontento hacia una empresa dedicada al cultivo de hortalizas, por el impacto negativo que estos dispositivos estarían teniendo en sus actividades agrícolas y ganaderas. Mientras tanto, la legislación y los estudios científicos no avalan de forma contundente detener esta actividad tecnológica.

Los agricultores y ganaderos locales han señalado que el uso de estos cañones por parte de esta empresa ha reducido significativamente las precipitaciones en la zona. «Demandamos un estudio sobre el efecto real que tienen estos cañones ultrasónicos sobre nuestros cultivos. Si no hay evidencia científica sobre las consecuencias, es porque no se ha invertido lo suficiente para estudiarlo», explica un agricultor del municipio de Baza (Granada) a THE OBJECTIVE.

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Granada ha respaldado recientemente estas quejas, indicando que la disminución de lluvias está afectando negativamente a los cultivos de cereales, almendra y pistachos. Además, según la asociación, esta reducción en las precipitaciones también compromete la disponibilidad de pastos y agua para el ganado, poniendo en riesgo la subsistencia de muchas explotaciones agrícolas y ganaderas en una zona que lucha contra el impacto de la sequía.

Lo que dice la normativa

El uso de cañones ultrasónicos en España es relativamente reciente, y según explican abogados, no existe una regulación específica que prohíba o autorice directamente esta tecnología. Sin embargo, existen regulaciones y normativas medioambientales que podrían aplicarse indirectamente para controlar su uso.

El artículo 3 del Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, establece normas sobre la modificación artificial de la fase atmosférica del ciclo hidrológico. Según este decreto, cualquier intervención en el ciclo hidrológico debe estar autorizada por la Administración del Estado o por el organismo de cuenca correspondiente. En el caso de Granada, la competencia recae sobre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El Texto Refundido de la Ley de Aguas también aborda en su artículo 3 la modificación artificial del ciclo hidrológico y requiere autorización previa para cualquier intervención en este ciclo.

ASAJA de Granada ha solicitado formalmente a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que aclare si la empresa en cuestión tiene permiso para utilizar estos cañones. La organización agraria sostiene que cualquier medio de intervención en el régimen de lluvias debe estar precedido por un estudio exhaustivo sobre los efectos potenciales en los recursos hídricos, el medio ambiente y la biodiversidad local.

Opiniones contrapuestas

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) han señalado que no existe una base científica sólida que respalde la efectividad de los cañones antigranizo. Según un informe de la OMM, la energía asociada a los sistemas meteorológicos es tan grande que es imposible modificar los patrones de viento para traer vapor de agua a una región o eliminar completamente los fenómenos meteorológicos extremos con estas tecnologías.

Mientras los agricultores subrayan que su experiencia evidencia la afectación de estas herramientas sobre el clima, no hay consenso entre los expertos sobre su efectividad. Un estudio científico realizado en una franja aguacatera de México hace varios años no encontró evidencia concluyente de que los cañones antigranizo causaran variabilidad espacial en las lluvias.

La controversia sobre los cañones antigranizo no se limita a Granada. En Murcia, por ejemplo, la Asociación del Sureste contra la Manipulación del Clima ha protestado activamente contra el uso de estas máquinas, alegando que cada vez que se utilizan, las nubes se disipan y no se produce lluvia. Los manifestantes afirman estar cansados de la inacción de las autoridades ante lo que perciben como una manipulación climática perjudicial.

Tecnológicas en España

En España, empresas con sede en Alicante como SPAG, ofrecen estos sistemas de protección antigranizo. Según los datos que proporcionan, sus tecnologías comenzaron a desarrollarse hace más de 50 años y ya han alcanzado a más de 30 países alrededor del mundo. Relatan casos de éxito en el ámbito nacional y explican que sus torres antiheladas y antigranizo son 100% respetuosas con el medio ambiente, la fauna, la avifauna, y con el ciclo hidrológico de las nubes.

Los cañones antigranizo son dispositivos voluminosos que funcionan generando explosiones de gas acetileno y aire que producen ondas de choque, las cuales se propagan hacia las nubes. Estas ondas, emitidas cada pocos segundos, supuestamente interfieren con la formación del granizo, reduciendo su tamaño o disolviéndolo en gotas de lluvia más pequeñas.

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