Una alemana ofrece 1.000 euros por su 'burrito' de peluche perdido en Sevilla
La abogada reconoce que la pérdida de Hilde es como si le hubieran «arrancado un pedazo de su corazón»
Hilde, el peluche de Alev, en la Catedral de Sevilla | THE OBJECTIVE
Las calles de Sevilla, frecuentadas por millones de turistas cada año, son testigo de historias que van más allá de simples visitas turísticas. Algunos visitantes se llevan recuerdos inolvidables, pero en ocasiones, la experiencia de recorrer esta emblemática ciudad puede acabar con una pérdida que trasciende lo material. Como adelantó Diario de Sevilla, este es el caso de Alev Filya, una abogada alemana que durante su visita a la ciudad extravió su querido peluche Hilde, un burrito que la ha acompañado durante los últimos 15 años.
Lo que podría parecer un simple juguete, para Alev es mucho más. Hilde no solo es un compañero de viaje, sino un símbolo de su recuperación tras superar una grave enfermedad. El pequeño burrito de peluche fue un regalo de su hermana cuando, hace más de una década, sobrevivió a una sepsis que casi le cuesta la vida. Desde entonces, Hilde ha sido su inseparable compañero, acompañándola en todos sus viajes, desde Turquía hasta Italia, Canadá y Estados Unidos.
El fatídico día tuvo lugar el 8 de mayo de 2024, mientras Alev paseaba por la capital andaluza. Entre las 14.15 y 14.25 horas, en el tramo que abarca desde la icónica Plaza de España hasta la Universidad de Sevilla, Hilde desapareció. Según ha explicado Alev a THE OBJECTIVE, el peluche debió de caerse de su mochila mientras sacaba algo de ella: «Inmediatamente, volvimos sobre nuestros pasos, buscando en cada esquina y bajo cada árbol. Nos quedamos una semana más en Sevilla, suspendiendo un crucero, para continuar con la búsqueda», cuenta Alev, «pero los esfuerzos no dieron frutos».
Durante esa semana, Alev y su familia no dejaron ningún esfuerzo por realizar. «Colocamos carteles por toda la ciudad, fuimos cada día a la Oficina de Objetos Perdidos y revisamos las calles durante diez horas diarias», recuerda con desesperación. A pesar de todo, Hilde no apareció.
Una elevada recompensa
Meses después, Alev sigue buscando a su fiel amigo. Con la esperanza de que alguien lo haya encontrado, ha decidido ofrecer una recompensa de 1.000 euros para quien lo devuelva. «Para otros puede ser solo un peluche, pero para mí es un pedazo de mi vida. Hilde me dio fuerza y amor para recuperarme, y perderlo es como si me hubieran arrancado un pedazo del corazón», confiesa la abogada alemana.
Alev cree que alguien pudo haber encontrado a Hilde y posiblemente se lo haya dado a un niño. «Solo espero que quien lo tenga lo devuelva», expresa con la esperanza de volver a tener a Hilde en sus brazos. Asegura que no importa cómo se realice la entrega: «La persona que lo traiga no debe tener miedo, puede hacerlo de forma anónima. Solo quiero tener a Hilde de vuelta, y por eso estoy dispuesta a pagar esa cantidad de dinero».
Alev y su familia han recurrido a plataformas en línea como eBay y Wallapop para intentar localizar a Hilde, con la esperanza de que alguien lo haya puesto a la venta. Aunque hasta el momento no han encontrado ninguna pista en estos sitios, continúan vigilando cualquier posible aparición del peluche.
Más que un peluche
El peluche, un burrito de color beige y pequeño tamaño, tiene un valor incalculable para Alev, quien incluso ha celebrado su cumpleaños a lo largo de todos estos años. Las imágenes de Hilde adornan cada rincón de su hogar, por lo que su ausencia se siente profundamente. La nostalgia no solo es de ella, sino también la sufre su marido Oliver. «En casa hay fotos y recuerdos suyos por todas partes», comenta Alev. La pérdida de Hilde en este matrimonio alemán es mucho más que la de un simple juguete.
La dueña ruega que si alguien ha encontrado a Hilde o tiene información sobre su paradero, contacten con ella a través de su correo electrónico ([email protected]) o por teléfono en el número +49 1624077387, recordando añadir el prefijo alemán al marcar.
Este caso recuerda a otras historias similares, donde los objetos tienen un valor emocional muy especial. Hace poco, en la ciudad de Gijón, una familia alemana vivió una situación parecida. El peluche Racki, un mapache que acompañaba a la pequeña Lena, se perdió durante sus vacaciones en la ciudad asturiana. Al igual que Alev, la familia Schulte decidió pegar carteles y ofrecer una recompensa por la devolución de Racki. En este caso, la familia estaba de paso en Gijón durante la Semana Grande, y tras asistir a un concierto, se percataron de la desaparición del peluche.
