El Gobierno invertirá casi 500.000 euros en el estudio del túnel entre España y Marruecos
La licitación de los cuatro sismómetros marca un paso clave en la investigación del fondo marino del Estrecho
Túneles submarinos en el Estrecho de Gibraltar. | SECEGSA
El Gobierno de España ha lanzado una licitación para el arrendamiento con opción a compra de cuatro sismómetros que serán empleados en la investigación del fondo marino del Estrecho de Gibraltar, como parte de los estudios necesarios para la futura construcción de un túnel submarino que conectará España y Marruecos.
La iniciativa, gestionada por la Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija a través del Estrecho de Gibraltar (Secegsa), dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, muestra un interés renovado entre ambos países que durante los últimos años han reflejado una aparente mejora en sus relaciones bilaterales.
La adquisición de los sismómetros forma parte de la campaña de investigación denominada «Capitán de Navío Manuel Catalán Morollón», cuya ejecución está prevista durante seis meses. Los sismómetros son instrumentos científicos utilizados para medir y registrar movimientos sísmicos o vibraciones en la Tierra, detectando incluso los más leves temblores. En este caso, se trata de sismómetros de fondo marino, diseñados para operar bajo el agua, lo que permitirá realizar estudios sismotectónicos detallados en el Estrecho de Gibraltar.
Reto técnico
Según los expertos, la zona donde se planea construir el túnel es geológicamente activa, con frecuentes movimientos tectónicos, lo que representa un desafío técnico para evaluar la viabilidad de la infraestructura submarina. Una vez entregados al Real Instituto y Observatorio de la Armada en San Fernando (Cádiz), los dispositivos ayudarán a obtener datos precisos sobre la actividad sísmica en la región. El presupuesto destinado a esta fase del proyecto asciende a casi 488.000 euros.
El Estrecho de Gibraltar, con su compleja configuración geológica, representa uno de los pasos más estrechos entre Europa y África. El estudio del fondo marino y de los patrones sísmicos de la región es crucial para asegurar que la infraestructura del túnel pueda soportar las condiciones naturales adversas, como los movimientos tectónicos y las corrientes marinas. Debido a la alta sensibilidad de los datos que se recogerán, los sismómetros deberán cumplir con estrictos requisitos técnicos y pasarán una prueba de aceptación antes de su despliegue.
Trayectoria del proyecto
La idea de un enlace fijo entre España y Marruecos no es nueva. En 1980, ambos países firmaron un acuerdo para estudiar la viabilidad de una conexión física a través del Estrecho de Gibraltar, lo que dio lugar a la creación de dos entidades nacionales encargadas de llevar a cabo los estudios pertinentes: Secegsa en España y la Sociedad Nacional de Estudios del Estrecho de Gibraltar (SNED) en Marruecos.
Desde entonces, han sido varios los estudios que se han topado con las dificultades que supone construir una infraestructura de este tipo, teniendo en cuenta factores geológicos, sísmicos, oceanográficos y meteorológicos.
En los años 90, se desterró la idea inicial de construir un puente sobre el Estrecho y se optó por explorar la viabilidad de un túnel submarino. Durante este tiempo, se han realizado sondeos y excavaciones en ambas orillas: en Tánger (Marruecos) y Tarifa (España), lo que ha permitido a los ingenieros definir las características necesarias para este ambicioso proyecto.
Uno de los resultados de estos estudios es que el túnel tendría una longitud total de 38,5 kilómetros, de los cuales 27,7 serían submarinos. Se prevé que esté compuesto por dos túneles ferroviarios, que permitirán el transporte de pasajeros y mercancías entre los dos continentes.
Mundial 2030
Uno de los principales catalizadores de este impulso ha sido la organización conjunta del Mundial de Fútbol 2030, en la que España, Marruecos y Portugal actuarán como anfitriones. La celebración de este evento global ha incrementado el interés por mejorar las conexiones entre ambos países, considerando el túnel como una infraestructura clave para facilitar los desplazamientos tanto de personas como de mercancías entre Europa y África.
Secegsa y su homóloga marroquí han querido aclarar en numerosas ocasiones que los siguientes pasos del proyecto requerirán la firma de nuevos acuerdos bilaterales. No obstante, han subrayado los beneficios económicos y sociales que traerá consigo. Según Secegsa, la creación del enlace fijo promoverá un desarrollo económico sin precedentes en las áreas adyacentes de Andalucía y el norte de Marruecos, y creará una nueva red de transporte que reforzará la cooperación entre la Unión Europea y los países del Magreb.
Apuesta millonaria
Como ha informado THE OBJECTIVE, el túnel submarino entre España y Marruecos se presenta como una de las infraestructuras más ambiciosas del mundo, con un coste total estimado de 6.000 millones de euros. De acuerdo con estudios preliminares, se espera que, una vez finalizado, el túnel permita el tránsito de 12,8 millones de pasajeros y hasta 13 millones de toneladas de mercancías cada año.
Además, según las aproximaciones, la conexión ferroviaria acortaría de manera notable los tiempos de viaje entre las ciudades más importantes de ambos países. Por ejemplo, el trayecto entre Madrid y Casablanca, que actualmente requiere 12 horas por carretera, podría reducirse a solo 5 horas y media.
