La Justicia andaluza ratifica la expulsión de un soldado por agredir a un teniente en un bar
El militar propinó un codazo y una bofetada a su superior en un incidente que supuso su salida del Ejército
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha validado la expulsión de un soldado de las Fuerzas Regulares de Melilla tras ser condenado a ocho meses de prisión por un delito de agresión a un teniente. Este incidente, que ocurrió en un bar de la ciudad autónoma, derivó en la decisión del Ministerio de Defensa de dar por terminado el compromiso del militar, considerando que sus acciones atentaron contra la disciplina y la cohesión esenciales en las Fuerzas Armadas.
Según adelantó Diario de Sevilla, el altercado se remonta a la noche del 22 de octubre de 2021, cuando el teniente y el soldado coincidieron en un bar de Melilla. En un tono aparentemente jocoso, el teniente interactuó con varios soldados, realizando comentarios y gestos que incluyeron pequeñas palmadas en la cabeza de algunos, indicando que solo bromearía con quienes tenía confianza. Sin embargo, el soldado reaccionó de forma inesperada, advirtiendo al oficial que le propinaría un golpe si insistía.
La situación escaló cuando el teniente intentó dialogar en privado con el soldado, quien se negó repetidamente con expresiones hostiles como: «Aquí no mandas, en el cuartel sí» y otras alusiones despectivas hacia su autoridad. Finalmente, tras un intercambio de palabras en presencia de otros compañeros y clientes del bar, el soldado golpeó al teniente con un codazo y una bofetada, lo que provocó su separación inmediata del lugar por parte de otros presentes.
Consecuencias legales y administrativas
El Tribunal Militar Territorial Segundo condenó inicialmente al soldado a 14 meses de prisión, una pena que fue posteriormente reducida a ocho meses por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo. La condena, al tratarse de un delito doloso, activó un procedimiento administrativo por parte del Ministerio de Defensa que culminó en la resolución de compromiso del militar en julio de 2023. Este acto administrativo selló la expulsión del soldado, impidiéndole continuar su carrera en las Fuerzas Armadas.
Según ha podido conocer THE OBJECTIVE, el acusado intentó recurrir la decisión ante la Sala de lo Contencioso-administrativo del TSJA, argumentando que no se había valorado adecuadamente su historial militar ni un informe favorable emitido por su unidad, además de alegar que la Ley de Tropa y Marinería permite cierta discrecionalidad en casos de este tipo. Sin embargo, el tribunal andaluz concluyó que la gravedad del delito y sus implicaciones justificaban plenamente la resolución.
Justificación del TSJA
El TSJA señaló que las acciones del soldado, más allá de la agresión física, comprometieron principios fundamentales como la integridad física de los superiores y la disciplina, pilares esenciales en la estructura de las Fuerzas Armadas. Además, subrayó que el incidente, presenciado por múltiples testigos, tanto militares como civiles, generó un impacto negativo en el acuartelamiento y la imagen de la institución.
El informe de la asesoría jurídica del Ejército, en el que se basó la decisión, destacó que si bien el historial del soldado era positivo, este no podía contrarrestar la gravedad de la conducta violenta. También se mencionó que los hechos produjeron alarma y un daño considerable al régimen interno del acuartelamiento.
El TSJA respaldó la actuación del Ministerio de Defensa al considerar que no hubo arbitrariedad ni exceso en la resolución del compromiso. La sentencia persigue enfatizar la disciplina y el respeto jerárquico dentro del funcionamiento de las Fuerzas Armadas y subraya la rotundidad sobre cualquier acto que los vulnere. Según el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el comportamiento del soldado, agravado por la naturaleza de la agresión y el contexto público en el que ocurrió, justificó plenamente la decisión de expulsarlo.